El 9 de noviembre la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”, ubicada en el Centro Histórico de la ciudad de Morelia, Michoacán, México, cumplió 47 años de su fundación.
La Popular, como se le conoce en la ciudad de Morelia, atiende a adolescentes de entre 12 y 16 años, provenientes de colonias marginadas de la ciudad, de orígenes proletarios y populares, a jóvenes expulsados o rechazados de Secundarias Federales o Técnicas públicas. Incluso, en los últimos años ha recibido a jóvenes que presentan distintos problemas psicopedagógicos.
La Secundaria Popular “Carrillo Puerto” es un proyecto de educación popular autogestivo que no recibe presupuesto gubernamental, ni subsidio de asociaciones civiles, ONGs u otras entidades. Sin embargo, consecuente a los fundamentos de la Educación Popular, La Popular no cobra cooperaciones o cuotas de inscripción, ni exige útiles onerosos o uniformes, ni aplica exámenes de admisión, ya que todas estas políticas, enesencia, representan mecanismos de exclusión educativa en contra de los hijos e hijas de la clase trabajadora.
Para su funcionamiento (cinco días a la semana, en turnos matutino y vespertino), La Popular se sostiene por medio del principio guevarista del trabajo voluntario de los educadores, lo cual expresa el compromiso y la convicción desinteresada, así como una clara solidaridad de clase con las causas y derechos del pueblo trabajador.
Implementa el modelo de la Escuela del Trabajó de Moisey Pistrak (1888-1940) y de la Educación Colectivista de Antón Makárenko (1888-1939), ambos pilares de la pedagogía socialista. De esta forma, la estructura orgánica conjuga dos aspectos fundamentales de la educación socialista. En primer lugar, la autoorganización de los estudiantes, mediante la participación activa de los educandos en las actividades de higiene, vigilancia, cooperativa, acción social y cultural y prensa.
En segundo lugar, atiende los principios de la educación colectivista, a través de la cual se desarrolla la autogestión de la que derivan el autogobierno, la autodisciplina y el autodidactismo, todo ello fundamental para que conjuntamente con cierto grado de concientización y politización, el hecho pedagógico desemboque en la acción consciente y crítica.
Además, recupera la crítica a la educación bancaria y reivindica la propuesta de la educación dialogal de Paulo Freire (1921-1997), sintetizado en la tesis: «Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, los hombres se educan entre si mediatizados por el mundo.»
En su declaración de principios, aprobados el 4 de septiembre de 1978, los fundadores de La Popular exponen concepciones pedagógicas sumamente avanzadas y radicales, pues reconocen que es el “sistema social burgués el que impide el acceso a la educación del proletariado”i, al tiempo que convierte a la educación en un negocio privado de la clase dominante. Además, los principios afirman que la Secundaria se debe al pueblo, por lo que reivindica una educación para la clase proletaria, lo que significa formar cuadros que contribuyan en la instauración de la dictadura del proletariado. De esta forma, La Popular queda indisolublemente unida a la lucha histórica de la clase trabajadora.
“Dispense las molestias, Escuela Secundaria de los Pobres trabajando”. La histórica fundación
La fundación de la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”, se enmarca en un momento histórico de lucha por la educación en todos los niveles, ante el claro carácter elitista y excluyente del sistema de educación pública en México.
En 1974, ante la ausencia de espacios educativos de educación media básica, cientos de padres acudieron a la organización estudiantil nicolaítaii del Comité Universitario de Lucha (CUenL). En esos años, la Ciudad de Morelia sólo contaba con tres escuelas secundarias públicas, lo que implicaba que cientos de adolescentes provenientes de orígenes populares se quedaran fuera de las aulas.
En un primer momento, tanto activistas estudiantiles, como madres y padres de familia, así como estudiantes secundarios instalaron la “Escuela de la Calle”, la cual impartía clases afuera del Colegio de San Nicolás de Hidalgoiii, justo en pleno centro histórico y principal avenida de la ciudad de Morelia. Bajo la consigna “Dispense las molestias, Escuela Secundaria de los Pobres trabajando”, iniciaron las primeras acciones pedagógicas de lo que sería la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”.
Padres y madres hacían barricadas para proteger a los estudiantes que tomaban clases en la calle, o repartían volantes explicando a la población de las acciones de lucha para que sus hijas e hijos accedieran a su derecho a la educación. Por su parte, estudiantes universitarios del CUenL y adolescentes secundarios, bajo el grito de “educación popular, educación popular”, a fuera de papelerías, centros comerciales o tiendas de abarrotes, gestionaban el material didáctico o de limpieza necesario para el funcionamiento de la escuela.
La lucha por el acceso a la educación para los sectores populares generó una amplia aceptación en la población. Tras la presión social y exigencias del CUenL, entre 1974 y 1975 se logró fundar la Escuela Secundaria Federal No. 4 y la Escuela del Magisterio, ambas incorporadas y bajo la dirección de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Sin embargo, estas propuestas no solucionaban la falta de demanda de espacios educativos, tampoco cumplía con la necesidad de una educación desde y para las clases populares, por lo que la exigencia de una escuela para los pobres, aun se mantenía vigente.
La escuela “particular” para los pobres
Después de la fundación de dos escuelas secundarias incorporadas a la SEP, se hizo patente que estas no garantizaban una educación para los pobres, debido a que las nacientes escuelas exigían útiles escolares costosos, uniformes o incluso cooperaciones que eran inaccesibles para los sectores populares y proletarios. Había que luchar por la fundación de una escuela no pública, sino popular, que no impusiera mecanismos de exclusión.
En 1976, tras una asamblea de padres de familia de los 480 jóvenes adolescentes que aspiraban a ingresar a la secundaria, y la presencia del CUenL, se decide fundar un proyecto propio, aunque con Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE), autónomo en su modelo pedagógico y organización interna. De esta forma, inicia la lucha por el registro de La Popular.
El 30 de septiembre de 1976iv, tanto estudiantes como activistas del CUenL decidieron participar en el desfile estatal de escuelas públicas. Bajo la consigna “Educación Popular” y acuerpados con el volanteo de los padres y madres de familia, los estudiantes de la Popular hacían presencia en uno de los actos cívicos más importantes del estado.
Tras la participación en el desfile, y la gran aceptación de la población, el entonces secretario de educación pública del país, Víctor Bravo Ahuja, solicitó una reunión con el Comité Universitario en Lucha. Aunque en la reunión las autoridades educativas expresaron innumerables trabas, al no existir en la Constitución de Mexico ni en las leyes secundarias la figura legal de Escuela Popular, si no solo públicas, incorporadas y particulares, los miembros del CUenL, con el objetivo de obtener el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE), argumentaron que querían una “escuela particular de los pobres, una escuela particular de los jodidos”v.
En una segunda reunión en el mes de octubre de 1976 con las autoridades educativas y ante la permanente reticencia de los funcionarios, los activistas universitarios argumentaron que el objetivo era ir al pueblo, ya que el pueblo está pidiendo apoyo para que sus hijos accedan a la educación. Ante la persistencia, convicciones y claridad de los activistas universitarios, la respuesta de Víctor Bravo Ahuja fue: “vale más un educador de vocación, que de carrera”vi. De esta forma, se daba luz verde para iniciar el cumplimiento de los requisitos formales.
Una de las principales trabas, era que la naciente Secundaria Popular no contaba con edificio propio, requisito indispensable para acceder al RVOE. Para solventar esto, a finales de octubre de 1976, el comité de lucha junto a moradores de la Casa del Estudiante “Nicolaíta”vii y estudiantes de la Escuela de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), tras el grito de “educación popular”, tomaron el edificio que en ese entonces albergaba la Escuela de Filosofía.
Con la conquista del edificio, y tras tener un documento expedido por el ayuntamiento de la ciudad que explicaba la ausencia de maestros, y otro del Gobierno del Estado, donde se explicitaba que no había inconveniente por parte de la autoridad estatal para que se abriera una nueva escuela secundaria, el 9 de noviembre a las 11 de la mañana, tras tres años de lucha y pese a la campaña permanente de denostación por los grupos reaccionarios y medios de comunicación de derecha, se obtuvo la clave con la cual se funda la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”.
Es importante señalar que, desde su fundación, la secundaria se caracterizó por su fuerte vínculo y raíz popular. Diferentes organizaciones funcionaron como bases de apoyo social, entre ellas la Unión de Comerciantes en Pequeño “Felipe Carrillo Puerto”, la cual agrupaba a 300 personas de la ciudad de Morelia; además de la colonia Proletaria “Lázaro Cárdenas”, del municipio de Zinapécuaro, que había sido fundada por los mismos miembros del Comité de Lucha, y; la Unión Popular, organización de colonos fundada en Morelia en 1974. El vínculo con estas organizaciones, y otras más, representan hasta hoy la esencia misma de la secundaria, esencia que se puede expresar claramente en dos conceptos: “en lucha” y “con el pueblo”.
La Popular y la alternativa pedagógica
La Popular, ante la crisis educativa que contrajo la pandemia, representa una propuesta pedagógica de ruptura de las formas monótonas, anquilosadas y enmohecidas en que se organiza la vida de las escuelas tradicionales. La historia misma de La Popular supone entenderla como un acto de resistencia, de lucha y confrontación contra las concepciones burguesas y liberales del hecho educativo.
Primero, la escuela del trabajo, supone romper con la educación libresca y permite cuestionar la concepción instrumental de la educación, entenderla como algo más que simple instrucción o capacitación, sino como un proceso inherentemente multifacético y multilateral, formativo y humanizante.
Segundo, la autoorganización de los estudiantes le otorga una forma realmente democrática al incorporarlos a la organización practica de la vida escolar. Tercero, el carácter popular de la educación, le confiere una postura abiertamente política y de clase, y con ello, desvanece el fetichismo de la escuela, que la muestra aparéntemente como algo neutral y apolítica.
La Popular atraviesa hoy una lucha por mantener su Reconocimiento de Validez Oficial, mantener su histórico y simbólico edificio, y seguir siendo un espacio educativo para los hijos e hijas de la clase trabajadora. Al igual que hace 47 años, La Popular es inviable, es imposible, representa una utopía, una fantasía propia de lo que Gioconda Belli, llamaría los portadores de sueños, pero la popular existe, y todos los días materializa lo imposible.
Los interesados pueden obtener mayor información en la pagina de Facebook: https://www.facebook.com/SecuPopular
Notas:
i Estatutos de la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”, Morelia
ii Nicolaíta es el nombre que se otorga a la comunidad de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que es la máxima casa de estudios del estado de Michoacán.
iii El Colegio de San Nicolás de Hidalgo, actualmente la Preparatoria No. 1 de la UMSNH, es la institución sobre la cual se fundó en 1917 la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
iv El 30 de septiembre se conmemora el nacimiento del prócer de la independencia mexicana, José María Morelos y Pavón, quien nació en la ciudad que hoy lleva su nombre, Morelia.
v Estos hechos son narrados por el fundador de la Secundaria Popular, el profesor Juan Luna Ceja.
vi Ibid.
vii Las Casas del Estudiante son albergues estudiantiles de la UMSNH.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.