En estos días, el presidente Kirchner y el Ministro de Educación Daniel Filmus, presentaron el Proyecto de la Nueva Ley de Educación. El mismo será llevado a la Legislatura y ya cuenta con el apoyo de la CTERA. Se anuncia como un gran cambio en la política educativa. Y eso suena bien, porque nadie duda […]
En estos días, el presidente Kirchner y el Ministro de Educación Daniel Filmus, presentaron el Proyecto de la Nueva Ley de Educación. El mismo será llevado a la Legislatura y ya cuenta con el apoyo de la CTERA.
Se anuncia como un gran cambio en la política educativa. Y eso suena bien, porque nadie duda en Argentina del desastre que significó para la educación pública estatal la aplicación de la Ley Federal de Educación y las reformas educativas.
En estos últimos 12 años los gobiernos fragmentaron la educación nacional en 24 proyectos provinciales. Se desarticularon las Escuelas Técnicas, se vaciaron las Escuelas Medias, se crearon precarias EGB sobre la estructura de la Escuela Primaria que cambió su función educadora y formadora por la de contención social. Cada vez hay más Jardines de Infantes y Escuelas de Adultos que quedaron por fuera del sistema educativo formal en manos de ONG, empresas, sindicatos o punteros políticos.
La educación privada creció a pasos agigantados, especialmente en los niveles Terciario y Universitario y se «tercerizó» la Capacitación Docente, proliferando el negocio del «curso trucho» que avalado por el Ministerio de Educación otorga puntaje a los docentes, mientras que las empresas se quedan con un buen porcentaje de sus magros salarios.
Este vaciamiento fue acompañado por ajustes presupuestarios estructurales, que respondieron a sucesivas leyes de transferencia, descentralización, emergencia económica y por último de responsabilidad fiscal. Por ese motivo los salarios de los docentes están orillando la línea de pobreza y no se han hecho mejoras estructurales ni siquiera el mínimo mantenimiento de la infraestructura escolar.
Ocasionalmente llegan fondos para libros, computadoras, zapatillas o calefactores, en forma totalmente insuficiente y clientelar. Si enchufamos las computadoras salta la instalación eléctrica, o se nos mojan los libros porque cuando llueve, la escuela también «se llueve» o no tiene puertas o vidrios.
Cientos de escuelas en toda la provincia de Buenos Aires y en todo el país están sin gas y con serios problemas de infraestructura, que van parchándose cuando los alumnos, padres y docentes salen a denunciarlos. Reclamos que por otro lado son cuestionados o reprimidos, como ocurrió la semana pasada con los estudiantes mendocinos que fueron detenidos por la policía.
¿Todos a la escuela?
Tanto Kirchner como Solá han difundido ampliamente el Plan «todos a la escuela», pero ni las campañas, ni los sponsoreos de las empresas, ni las publicitadas becas han logrado contener a los alumnos en un sistema educativo que no sirve, sostenido sólo por el esfuerzo individual de los pocos docentes que aún resisten.
Hubo en el 2005, 10.000 alumnos menos en el Polimodal que en el año anterior. La Dirección de Escuelas reconoce que el 23% de lo chicos abandonaron sus estudios en el primer año del Polimodal, y que el 9 por ciento de la matrícula total repitió el año en 2005. Responsabilizan de esto a la herencia de los gobiernos anteriores de 14.000.000 de desocupados y el colapso del 2001.
Si bien la pobreza y la desocupación tienen gran peso en esta situación, ¿qué ha hecho el gobierno para cambiarla? ¿Ha generado empleo?
¿Qué hará ahora? ¿Invertirá en educación aumentando el presupuesto? ¿Abrirá realmente la discusión con los docentes sobre los problemas de la educación y los cambios necesarios? ¿Volverán las escuelas a formar Técnicos, se nacionalizará el sistema educativo, se hará cargo nuevamente el estado de la educación, rompiendo todos los acuerdos y convenios con los «empresarios de la educación»?
Cambiar algo para que nada cambie
El nuevo proyecto e ley ya está acordado con la iglesia, las empresas y la CTERA, para seguir profundizando la tercerización y el gerenciamiento educativo, aumentando la brecha entre las escuelas de contención para pobres y educación para unos pocos ricos.
También está acordado con el Banco Mundial y el FMI, enmarcado en un plan económico con un altísimo superávit fiscal y ningún aumento presupuestario.
El mismo plan que mantiene los salarios y jubilaciones bajo la línea de pobreza , las empresas de energía, comunicaciones, transportes y servicios públicos en manos de las multinacionales , las fábricas cerradas , las leyes laborales que garantizan la flexibilización laboral y por supuesto el desempleo.
Los cambios que necesitamos
Para pensar un nuevo proyecto de educación tenemos que pensar en un nuevo proyecto para nuestro país. Empezando por exigir ya las mejoras que el gobierno «promete» cuando hablan de «derecho a la educación». Luchando desde cada escuela, desde cada barrio, desde cada universidad por aumento de presupuesto y contra la injusticia . Los estudiantes de la UBA nos dieron un ejemplo los otros días cuando lograron con la movilización que se bajara de su candidatura a rector Atilio Alterini.
Ninguna buena ley va a salir hoy de este gobierno. Tenemos que luchar por una ley para que la educación sea un derecho social y cultural del pueblo, que instale al conocimiento como factor de crecimiento personal, social y no como una mercancía.
Una ley al servicio de garantizar una educación única, estatal, gratuita, científica y laica.
Desde los sectores docentes que nos oponemos a la burocracia de la Lista Celeste de la Ctera de Hugo Yasky , los docentes universitarios que están llevando adelante un plan de lucha, los estudiantes , las nuevas direcciones como la Intersindical Clasista, tenemos que tomar en nuestras manos la pelea por el cambio que nuestro país y la educación necesitan.
Esta pelea se está dando en distintos lugares del mundo
A la vanguardia de la lucha contra la mercantilización de la educación están los jóvenes y estudiantes franceses que vienen de derrotar un proyecto de flexibilización laboral, movilizándose en las calles, junto a los obreros.
En nuestro continente se han movilizado en estos días los estudiantes chilenos que le exigen al gobierno de Bachelet la derogación de las leyes privatizadoras de Pinochet y en Brasil los estudiantes de la CONLUTE resolvieron adherir al CONLUTAS, para fortalecer su organización independiente de la UNE, federación estudiantil que se ha puesto al servicio del gobierno de Lula y traiciona la lucha por mayor presupuesto educativo y contra la nueva ley universitaria.
Esto muestra que podemos dar una batalla internacional contra los planes del imperialismo, fortaleciendo así nuestra chance de derrotarlos.