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Galperín, uno de los súpermillonarios, tiene que pagar la crisis

Fuentes: Rebelión

El Monopolio

Según el ranking elaborado por la revista Forbes sobre los mayores multimillonarios del mundo, el argentino Marcos Galperín, creador de Mercado Libre, ocupa el puesto 359 con una fortuna personal calculada por Bloomberg en 7.120 millones de dólares, una mejora de 2.900 millones respecto a un año atrás (Clarín, 31/12/2023).

Sus números siguieron siendo excelentes para esta “fintech” (financiera tecnológica) porque “en base a sus operaciones de comercio electrónico y servicios financieros, Mercado Libre (ML) obtuvo el año pasado un beneficio neto récord de US$ 987 millones, una mejora del 104,7% sobre el resultado del año anterior” (Clarín, 23/02/2024).

Como la dura crisis que vive nuestro pueblo -Argentina- tiene la contracara (y la razón de ser) de estas ganancias extraordinarias de los monopolios, me interesó sobremanera el libro “República Mercado Libre”, de Julián Zícari, director, con once capítulos de diversos autores y autoras, además del inicial de Zícari. Fue publicado por la Cooperativa Cultura Callao en 2022 y vale la pena mencionar a todos los autores: Grisel Baudry, Héctor Bazque, Martín Burgos, Nicolás Dvoskin, Alejandro Gaggero, Miguel Andrés Giudicatti, Andrés Imperioso (el único de todos ellos que conozco y aprecio su militancia política como asesor del socialista Jorge Rivas), Estanislao Malic, Leandro Navarro Rocha, Sergio Palazzo, Bruno Pérez Almansi, Facundo Piovano, Rubén Seijo, Sebastián Smerling, Irina Sternik, Agustín Trevisan y Carolina Vodopivec.

Cada uno, asociado a uno o dos colegas en cada caso, hizo una buena investigación, con orientación antimonopólica, de allí que el texto en su conjunto está bien documentado, con citas de autores nacionales y extranjeros, y bibliografía que dan pie a seguir investigando. La mirada colectiva es más que crítica respecto a Galperín y sus negocios en Argentina y 18 países de nuestra América y Portugal. Ya citaremos ejemplos de esa manera monopólica de hacer negocios, muy rara vez investigados por la justicia argentina (solo en 2011 y 2012 lo hizo por ventas fraudulentas en su página).

De todos modos, críticas mediante, se reconocen los aportes tecnológicos de la empresa y la manera en que han facilitado operaciones comerciales de mucha gente común, además de los servicios que los medios digitales brindaron durante el necesario encierro por el COVID-19.

Así y todo es falso que el objetivo de Galperín haya sido “Democratizar el comercio”. Fundó un monopolio en 1999 y comenzó a tener ganancias desde 2005 en adelante. En 2017 en la bolsa de Wall Street, Mercado Libre (ML) era la empresa argentina de mayor valor, por encima de YPF. Como monopolio dejó segundo a Techint, que había sido el número uno de las empresas privadas durante años.

Ganancias extraordinarias

Un dato alarmante es que entre 2005 y 2021 ML multiplicó sus ingresos totales por 252 veces, hasta 7.069 millones de dólares, registrando 120 millones de usuarios de sus servicios, que incluyen venta electrónica, logística, comercio y, luego con Mercado Pago todos los servicios propios de un banco, para pagar, cobrar, prestar, etc. Este aspecto, similar a un banco, lo trata Palazzo, quien afirma que Mercado Pago pasó a tener primacía respecto a Mercado Libre, porque MP tuvo en 2020 un volumen de pagos intermediados de 14.506 millones de dólares en tanto ML por 5.902 millones. O sea que sobresalió su actividad como financiera o banco (pág. 105). Entonces también fue falso el eslogan de MP, que venía a democratizar las finanzas. ¡Lo cierto es que fue acumulación abusiva!

Se trata de un pulpo y no de una pequeña o mediana empresa. Sternik afirma que en la región tiene 30.000 empleados. Palazzo dice que en nuestro país la planta laboral era en 2019 de 3.715 empleados, aunque quizás se refiere a la parte financiera, porque otros autores dan para 2021 una cifra cercana a 10.000 en Argentina.

Es notable el grado de precarización laboral que impera en el monopolio. “Sindicatos afuera” parece su eslogan, igual que el del facho seudo libertario que gobierna. A sus empleados de logística les impidió tener el convenio de Camioneros, con mayores conquistas laborales, y les enchufó el de Comercio, pero creando un sindicato de empresa, Unión de Trabajadores de Carga y Descarga (UTCYD). Hizo lo mismo con los empleados de Mercado Pago, en relación a la Asociación Bancaria dirigida por Palazzo: afuera de ese convenio que es mucho mejor para los trabajadores.

Otro de los críticos de Galperín fue Juan Grabois, que lo acusó en mayo de 2019 de “contrabando, evasión, especulación financiera, abuso al consumidor y competencia desleal”.

Los empleados del súper millonario no cobran horas extras, hay un banco de horas para reponer horas de más o de menos, se trabaja sábados y domingos sin pagos extras, las vacaciones son de 7 días cuando los jefes disponen, con turnos rotativos, francos cualquier día, etc. Otra coincidencia plena con Javier Milei y las grandes patronales de UIA, AEA, Coloquios de IDEA y otras cámaras donde Galperín se da la mano con Rocca, Funes de Rioja, Magnetto, etc.

Ayudita de los amigos

Otra falsedad que hacen circular Galperín y los medios adictos es que el éxito de su emporio se debe a la meritocracia y el emprendedurismo. Falsedad total. Galperín viene de una familia millonaria y cursó su posgrado en la Universidad de Stanford, California. Allí consiguió los primeros préstamos de JP Morgan y Goldman Sachs, para empezar su negocio. Todos sus servicios están alojados en los servidores de Amazon (pág. 52). Todo el directorio, salvo uno, son graduados en universidades estadounidenses y con antecedentes de trabajo en sus grandes empresas y bancos. Sobresale Susan Segal, titular del Council of America y de la banca JP Morgan Chase.

Eso está precisado en el capítulo 9, donde Gaggero, Navarro Rocha y Pérez Almansi detallan quién y cuánto tienen los accionistas de ML. Baillie Gifford, un fondo de inversión con sede en Gran Bretaña, tiene el 9,44 por ciento del paquete; Galperín Trust, fondo con sede en Nueva Zelanda (!!) el 7,83 de la acciones y así de seguido otros inversionistas como The Capital Group Compañies, Prudential Financial con sede en Nueva Yersey, Pay Pal, General Electric, etc (página 190).

Esos son los socios y dueños de Mercado Libre; Galperín fijó domicilio en Uruguay para pagar menos impuestos y a su grupo accionario lo asentó en Nueva Zelanda. También en estos detalles importantes se delata como muy poco argentino. Su discurso político y económico-ideológico fue siempre bien de derecha, afín al neoliberalismo, macrismo y ahora mileísmo, con condenas al Estado, la supuesta excesiva cuota de impuestos, el gasto público y demás dogmas del capitalismo semicolonial que nos ha llevado a la ruina varias veces.

También en esta materia Galperín miente, porque su emporio financiero tecnológico y de marketplace ha necesitado siempre del Estado y lo mismo ha ocurrido con empresas similares en el mundo. Hasta Internet, recuerda el libro, surgió de investigaciones del Departamento de Defensa de EE. UU. El Estado le dio a Galperín un crédito de 4.000 millones de pesos del Banco Nación durante el macrismo. Estas firmas usan personal formado por las escuelas y universidades públicas. Sus cargas pasan por aeropuertos, puertos, trenes y rutas que abrió el Estado, aunque después algunos gobiernos las hayan concesionado o privatizado.

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