Qué sorpresa! Estamos frente a un gasolinazo del pasado neoliberal. ¿Qué sucedió? Esta pregunta se hacen miles de masistas de base, hombres y mujeres indígenas y mestizo@s del campo y las ciudades. Sobre todo, se la hacen los dirigentes de los distritos urbanos, l@s concejales, incluso l@s diputad@s y senador@s. Estoy seguro que es así, […]
Qué sorpresa! Estamos frente a un gasolinazo del pasado neoliberal. ¿Qué sucedió? Esta pregunta se hacen miles de masistas de base, hombres y mujeres indígenas y mestizo@s del campo y las ciudades. Sobre todo, se la hacen los dirigentes de los distritos urbanos, l@s concejales, incluso l@s diputad@s y senador@s. Estoy seguro que es así, pues desde la primera gestión de gobierno hasta este diciembre, nunca se suspendió una «evaluación» de gestión. ¿El gasolinazo fue la razón de la suspensión de la del 2010? ¿Ya se había tomado la decisión de lanzarlo? ¿No se podía decir a los dirigentes que se venía? ¿O se la comunicó? ¿A quién? Si así fue, ¿por qué no se protestó internamente? ¿Esta medida era conocida por los Ministros? ¿Quiénes sabían?
Hago estas preguntas pues hay algo que todos sabemos. En el MAS no existe la posibilidad de discutir. No existe espacio para la crítica y la autocrítica. No existe instrumento organizado para evaluar el rumbo de políticas adoptadas o por adoptar. Los dirigentes no cuentan con información y obviamente las bases tampoco. Por eso, los más pobres del país, deben estar preguntándose: «¿por qué no nos informaron los dirigentes que la gasolina y el diesel iban a subir?», «¿quién y desde cuándo sabia que la gasolina tenía que subir más del 80%?» En este proceso, nadie se entera de las decisiones.
Pregunta: ¿Cuándo se le informó al Presidente Morales?
Los que la diseñaron son núcleos del pasado infiltrados en el gobierno. De ellos no se podía esperar otro tipo de decisión. Un gasolinazo, sinónimo de FMI; hoy es impulsado desde dentro del gobierno.
No es un problema del entorno del Presidente. El problema es otro. Los mecanismos «neoliberales» para la toma de decisiones están intactos. Siguen funcionando los reglamentos de las leyes de planificación e inversión. La centralidad en la toma de decisiones es la misma. El poder de decidir el destino de los recursos sigue en muy pocas manos. No hay descentralización real, las bases no deciden el destino de los recursos locales. ¿Los ministros se quejan de poca ejecución presupuestaria? Ellos, los que centralizan las decisiones saben que no puede ser de otra manera, mientras no se adopten efectivamente políticas descentralizadoras, que fortalezcan la autonomía de los pueblos indígenas, regiones y municipios.
Es urgente un cambio de timón. El Presidente debe evaluar las causas del gasolinazo. Debe evaluar su impacto político y sobre todo económico. No puede ser que este proceso se pierda por decisiones de política económica que nos llevan al fracaso.