La Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) confirmó hoy el inicio de una vigilia permanente para defender la Asamblea Constituyente, amenazada por la oposición. Según explicó a Prensa Latina el dirigente de los labriegos, Florentino Barrientos, la medida se aplicará desde el martes 13 de noviembre próximo, en la ciudad de Sucre, […]
La Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) confirmó hoy el inicio de una vigilia permanente para defender la Asamblea Constituyente, amenazada por la oposición.
Según explicó a Prensa Latina el dirigente de los labriegos, Florentino Barrientos, la medida se aplicará desde el martes 13 de noviembre próximo, en la ciudad de Sucre, sede del ente deliberativo.
«La decisión es instalarnos en Sucre hasta que la Asamblea concluya su trabajo de presentar una nueva Carta Magna, antes del 14 de diciembre, cuando expira su vigencia», precisó.
Barrientos remarcó que los sectores sociales que han luchado históricamente por refundar Bolivia no permitirá en lo adelante que grupos minoritarios impongan sus intereses oligárquico a través de acciones violentas, como sucedió esta semana.
El dirigente campesino recordó que el proceso de cambio en la nación andina es profundo y democrático, pero sus principales protagonistas no pueden permitir más racismo, discriminación y odio.
Asimismo señaló que la decisión fue asumida después que la Federación Sindical de Trabajadores de Chuquisaca aceptó la propuesta del Consejo Político de constitucionalizar cuatro poderes del Estado, de los cuales el Judicial y el Electoral tendrán como sede a Sucre.
Los otros dos, Ejecutivo y Legislativo, permanecerán en la ciudad de La Paz, agregó.
Los disturbios en la capital comenzaron el pasado jueves y fueron repudiados sobre todo porque los agresores -supuestos universitarios- golpearon incluso a mujeres, como las asambleístas Mirta Jiménez y Marcela Revollo y Loyola Guzmán.
Los opositores hicieron estallar petardos de dinamita desde la madrugada para impedir las sesiones plenarias del foro, luego de 13 semanas de receso, y hostigaron además a las personas con atuendos originarios.
Con el labio hinchado por un botazo, el constituyente Raúl Prada narró ante la televisión nacional los ataques sufridos por sus compañeros, pero ratificó que la moral permanece alta.
«A pesar de las alevosas agresiones, estamos con la moral alta para defender el cambio, proceso que debe continuar en democracia y en la unidad de los bolivianos», puntualizó.
Dijo que este incidente desnudó la encerrona del Comité Interinstitucional de Chuquisaca, que les garantizó seguridad a los 255 asambleístas para que permanecieran en Sucre, y luego instigó contra ellos a supuestos universitarios extremistas venidos desde Santa Cruz.