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La doble crisis de la universidad

Capitalismo cognitivo, precariedad laboral, producción del conocimiento y conflictos sociales

Fuentes: Rebelión

Ponencia completa para Tema 8, Sociología de la Educación, del Segundo Encuentro de Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana 2014 «La Sociología Hoy…en México y en la UAM», 20 de octubre de 2014, Club Alemán, México DF.

Existe una doble crisis en la universidad en México y globalmente: económica e institucional. Los procesos de comercialización y globalización de la educación superior (ES), que son fundamentales para la transición del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo y que se basan en el gran aumento del valor del trabajo inmaterial intelectual en comparación con el trabajo manual material en las relaciones productivas actuales, han ampliado radicalmente el mercado mundial en la ES, teniendo una serie de impactos sociales algunos positivos, pero muchos negativos.

Fundamentalmente, estos procesos han llevado a la creciente precarización de las condiciones de trabajo, para los trabajadores universitarios, sobre todo los de tiempo parcial. Además, está cada vez más restringido el acceso a la educación superior pública para los estudiantes, lo cual causa un creciente malestar entre los sectores sociales de menos recursos que resultan más excluidos que antes. También, han causado un número creciente de conflictos sociales, principalmente huelgas por parte de los trabajadores y movilizaciones y ocupaciones estudiantiles.

La sociedad civil y la comunidad académica mexicanas necesitan aprender de los conflictos actuales en torno a la producción del conocimiento en la universidad pública para reducir los peores efectos del modelo educativo neoliberal en aras de su transformación a un modelo educativo mas incluyente y de mejor calidad que estimula el pleno desarrollo del trabajo cognitivo inmaterial en México.

La capital percibe todos los límites como obstáculo y los supera en lo ideal si no los superó en la realidad: ya que cada uno de estos límites es en contra de toda proporción inherente al capital, su producción se mueve a través de contradicciones constantemente superadas pero igualmente constantemente recreadas.

Karl Marx «Grundrisse»


Introducción

El objetivo central de esta ponencia es delinear las causas y los efectos de las principales formas de conflicto social relacionadas al acceso, la producción y la difusión del conocimiento en la universidad pública mexicana durante la actual transición del capitalismo industrial hacia el capitalismo cognitivo, involucrando el auge del trabajo inmaterial/intelectual en la sociedad y de la precariedad laboral posfordista en la universidad, a través de un estudio que examina los conflictos en la universidad pública mexicana alrededor de la cuestiones de la producción y consumo del conocimiento en México en particular y en las Américas en general.

Es difícil entender la transición actual del capitalismo industrial-financiero al capitalismo cognitivo, que se base en el trabajo inmaterial que produce, consume, compra, vende, comunica, comparte y transmite nuevos conocimientos e informaciones a un ritmo inédito en la historia sin considerar las deformaciones y transformaciones producidas por la actual crisis económica mundial y la convergencia de un conjunto de crisis trans-épocal (ambiental-cambio climático, de la hegemonía geoestratégica de los Estados Unidos de Norte América, de la producción alimenticia y del terrorismo, guerra y narco-violencia) (Blondeau et al 2004, Bartra 2010, Pacheco y Gun Cuninghame 2010, Veraza Urtuzuástegui 2010). En el epicentro de estos desarrollos al inicio del siglo XXI se encuentra la universidad que traspasa una «doble crisis» (Edu-Factory y Universidad Nómada, 2010): crisis de función, en cual una institución históricamente conservadora y renuente a enfrentar el cambio institucional está obligada pasar a la expansión substancial para poder satisfacer la creciente demanda para la educación superior; por otro lado, hay la crisis de financiamiento a largo plazo bajo el neoliberalismo ahora exacerbado al extremo por la crisis económica mundial que en su etapa actual obliga incluso a los países céntricos a introducir recortes de presupuesto en el gasto público y las re-estructuraciones financieras más radicales desde los años 30 del siglo pasado.

La doble crisis de la universidad

La primera causa de la doble crisis económica e institucional universitaria han sido las políticas globales y nacionales para la comercialización de la educación superior pública y la corporatización de la «universidad-empresa» (de Mendonca Silva 2011; Roggero 2011) promulgadas por gobiernos neoliberales con el objetivo (generalmente escondido aunque inducido por las políticas de instituciones globales como el Banco Mundial) de la privatización paulatina de la universidad pública a través de políticas de recortes en el presupuesto para la educación público en general y para la educación superior en particular, y la transferencia de fondos públicos del sector publico al sector privado, causando un aumento inicialmente pequeño y luego dramático, como en Inglaterra en 2010 y en Estados Unidos actualmente, de las colegiaturas y del endeudamiento estudiantil, así reduciendo el acceso a la educación superior pública para grandes estratos de la población que solamente recientemente se han integrado en la universidad.

Una segunda causa, sin duda, ha sido el desarrollo de políticas públicas hacia la integración regional y continental de los sistemas nacionales universitarios en Europa a través del Proceso de Bolonia, que inicio en 1999 y que habría debido terminado su primera etapa en 2010, y en América Latina a través del Proyecto Tuning para el desarrollo de competencias específicos para eventualmente substituir o por lo menos complementar a las careras de licenciatura y de posgrado, se han complementado mutuamente a nivel global, junto con procesos parecidos en Estados Unidos, Australia y China. Estas iniciativas han sido recibidas con sospecha por buena parte de las comunidades académicas nacionales afectadas, principalmente por el miedo que sean «caballos de Troya» para un mayor participación privada y empresarial en la universidad pública y por lo tanto han sido resistido más activamente por los estudiantes y otros movimientos sociales anti-neoliberales y mas pasivamente y parcialmente por los trabajadores académicos y administrativos.

Los efectos han sido precisamente la subida de las colegiaturas (todavía no en México, pero la prospectiva de una contrarreforma neoliberal en la educación superior en concordancia con las de 2013-14 es muy cercana), la reducción en el presupuesto de la universidad pública, la transferencia de recursos del sector público al privado, la precarización del trabajo académico y administrativo y la reducción de acceso a la educación superior para las clases sociales con menos recursos, así llevando a un aumento en conflictos políticos y sociales dentro la universidad. A la vez se han aumentado el número de iniciativas y colaboraciones por parte de la universidad pública con el sector privado, sobretodo en la investigación en las ciencias exactas y naturales, para compensar la reducción en financiamiento por el estado. Muchas veces estas iniciativas han sido desarrolladas en una manera poca democrática o abierta a los opiniones de toda la comunidad universitaria precisamente para evitar la posibilidad de resistencias y protestas.

Conflictos en la universidad

Las principales formas de conflicto dentro la universidad mexicana han sido, de antemano, la formación de organizaciones, colectivos y movimientos sociales autónomas de las instituciones políticas por parte de grupos de estudiantes, investigadores, profesores y administrativos opuestos a los cambios neoliberales, los últimos dos grupos más frecuentemente a través de sus sindicatos, sobre todo si sean independientes, como SITUAM en la UAM y STUNAM en UNAM. Otras actividades de resistencia y protesta han sido la organización y puesta en práctica de un abanico de acciones directas, como ocupaciones de edificios y facultades, marchas internas, contra-información por medio de la distribución de volantes y pancartas, la organización de encuentros, seminarios, debates y proyecciones de películas y videos, el desplego de posters, mantas y pintas con o sin la autorización de la universidad, la organización de cursos y seminarios alternativos por los mismos estudiantes como forma de autoeducación.

Fuera de la universidad, pero relacionadas a ella y su crisis, las principales formas de conflicto han sido la participación por estudiantes sobretodo en redes sociales y encuentros locales, nacionales e internacionales opuestas a las políticas neoliberales hacia la educación superior pública, como los que han sido organizadas por los movimientos sociales globales Edu-factory, Knowledge Liberation Front y el Movimiento Estudiantil Internacional desde 2008. Se han organizado jornadas nacionales e internacionales de protesta contra algunas políticas en particular, como el intento de aumentar el endeudamiento estudiantil como solución a la crisis económica de la universidad, particularmente en los países anglo-sajones. Esta política del endeudamiento social, en lugar del aumento de los impuestos a las clases altas, surge de las políticas neoliberales de endeudamiento de enteros países y regiones, como África y América Latina en los 70 y 80, y ahora, por medio de políticas de austeridad y recortes en el gasto público, del 99% de la población, según Occupy Wall Street y los Indignados, como solución a la crisis económica global del modelo neoliberal.

Capitalismo Cognitivo

El concepto del «capitalismo cognitivo» como nueva etapa en la historia del capitalismo está relacionado a otros como la «sociedad de información», la «economía del conocimiento» y los «trabajadores del conocimiento» (knowledge workers), forma la base teórica de esta ponencia que sin embargo quiere presentar las limitaciones de tal planteamiento, sobre todo para México como país todavía periférico, o semi-periférico según Wallerstein, en términos de su desarrollo económico y tecnológico. Las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y de la Información (NTIC), causa de la inédita expansión de Internet y por la generalización del uso de la computadora personal o PC en cualquier actividad social, cultural y económica, y luego de los laptops como dispositivo mas móvil, ahora ya están en vía de ser substituidos por dispositivos cada vez más pequeños, ligeros, delgados, versátiles, potentes y rápidos, como son los tablet y los celulares inteligentes.

La sociología y la ciencia económica han abordado el tema de las NTIC a través de varias teorías, como las de la «sociedad de la información» y la «economía del conocimiento» o bien los conceptos de la «nueva economía» o la «economía red» para analizar la transformación profunda en las prácticas laborales y estudiosas en curso. Sin embargo, lo que falta a estas teorías y conceptos, que sobre todo tratan de aferrar la velocidad de este cambio enorme, es precisamente la dimensión conflictiva y contradictoria como problema también de gobierno y de dominio (Blondeau et al, 2004).

Desde una perspectiva estrictamente economicista, el antiguo objetivo del desarrollo -basado sobre la relación entre primer y segundos sectores económicos – sería reemplazado y/o subordinado al objetivo prioritario de la creación de una articulación coherente entre el sector intensivo en conocimiento -que algunos autores designan como el quinto sector que comprende también los sectores colectivos del welfare – y la renovación del sector denominado tradicional que viene designado como el sexto sector de la economía.

Así hay las condiciones para un desarrollo sostenible cuya realización rebasa la capacidad de innovación y de autonomía de cada territorio. Esto implica la ruptura con la actual regulación neoliberal de la división internacional de trabajo fundada en los «cercamientos» del saber y en la captación de lo cognitivo en provecho de lo financiero (ídem).

La crisis económica mundial actual que inició en septiembre de 2008 se presenta como la primera «gran crisis» de regulación del capitalismo cognitivo. Es una «crisis de mutación» que muestra la imposibilidad del actual régimen de crecimiento para asegurar la cohesión y la preservación de los recursos naturales. La salida de esta gran crisis está indeterminada y está ligada al juego de una compleja dinámica de conflictos e innovación.

Producción y consumo del conocimiento

En cuanto a la cuestión del conocimiento y su producción y transmisión acertada para la formación de nuevos cuadros profesionistas y científicos y que forma la base del papel de la universidad en las sociedades modernas. Sin embargo, estos procesos para la producción y transmisión del conocimiento han sido puestos en crisis, como la misma institución de la universidad, por una serie de desarrollos en la economía global capitalista que se podría encapsular en los términos de «globalización» y «posmodernización».

En estas nuevas condiciones socio-culturales, el conocimiento se ha vuelto sobre todo un bien comercializado cada vez más central a los procesos de la privatización de los recursos y bienes públicos y la concentración de la riqueza socio-económica, como políticas neoliberales generales y partes esenciales de lo que Harvey (2004) ha llamado una nueva etapa de la acumulación originaria por medio de la desposesión.

Por otro lado, se ha vuelto la base de la nueva economía del capitalismo cognitivo a través del trabajo inmaterial y afectivo (Lazzarato y Negri, 2001), sobre todo en la forma del precariedad que predomina cada vez más en la universidad, incluso entre los profesores de tiempo indeterminado que sin embargo viven formas de precariedad e inseguridad laboral en su cotidianidad.

Frente al desafío de la intentada privatización de un conocimiento cuya producción se ha vuelto a la vez masiva y precaria gracias a las NTIC, así realizando con algún ligero retraso la teoría de Marx (1974) del «general intellect», el mundo académico se ha dividido entre los que abogan a favor del conocimiento abierto y gratuito para todos, o sea un commons (bienes comunales o propiedad colectiva) del conocimiento, contra la posición neoliberal donde todo el conocimiento estratégico tiene que ser comercializado y su acceso rígidamente restringido según criterios comerciales, mientras una parte menos estratégica puede ser «regalado» por medio de la economía de la donación (gift economy). En medio hay muchos académicos e investigadores que defienden su propiedad intelectual y derechos de autor en distintos grados, así resultando en la proliferación de distintos tipos de regímenes de propiedad intelectual desde «copyright» y «copyleft» a «intelectual commons».

La universidad pública en México se encuentra en una condición estancada donde por el momento no hay grandes iniciativas privatizadoras por parte de los últimos gobiernos neoliberales del PAN y del PRI, probablemente debido al hecho que existe un enorme base de oposición a tales cambios que se ha visto sobre todo en la huelga estudiantil y ocupación de UNAM, la principal universidad del país, en 1999-2000, pero también en la lucha en la UACM contra la rectora neoliberal Esther Orozco entre 2011 y 2013 y en forma más latente en el movimiento estudiantil-juvenil #YoSoy132 en 2012-2013. No obstante, existen cambios paulatinos hacia la gradual privatización de la universidad pública a través de un mayor participación de la iniciativa privada por un lado y por otro iniciativas de control de calidad como la inspección y acreditación de departamentos universitarios por parte de agencias privadas manejando criterios comerciales, como el ISO 9000 por ejemplo, trabajando para el SEP o el CENEVAL. Desde 2008, se ha visto una ola de huelgas y otras formas de resistencia, como la huelga de SITUAM en la UAM en 2008, la más larga de su historia, que han involucrado mas a los trabajadores universitarios, sobre todo los administrativos y académicos precarios, que a los estudiantes.

Movimientos sociales estudiantiles del siglo XXI en México

El principal tema de lucha para los estudiantes mexicanos en estos años ha sido el aumento de acceso a la universidad pública para las clases populares que se consideran excluidos por la naturaleza clasista y exclusiva de los exámenes de selección. La decisión por parte del gobierno del PAN en 2012 de no expandir el sector público y transferir recursos hacia el sector privado en la forma de abonos para fomentar la educación privada ha dejado cientos de miles de jóvenes en la condición de «ninis» (no tienen ni empleo ni estudian). Sin embargo y a pesar de la gran importancia democrática del movimiento social de 2012, #YoSoy132, por el momento no existen importantes movimientos estudiantiles en México sobre la cuestión de la neoliberalización de la universidad, comparado a otros países en el continente como Chile o Quebec, aunque han habido un número importante de campañas e iniciativas locales sobre la defensa de la universidad pública y ocasionales acciones de protesta contra la creciente presencia comercial en las universidades públicas.

Universidad y producción del conocimiento

El segundo objetivo de la ponencia es de analizar críticamente el debate internacional en torno al papel de la universidad pública en la producción y transmisión del conocimiento. Existen tres perspectivas teóricas sobre las variables mencionadas que se puede caracterizar como a) la neoliberal contra-reformista, según la cual sería necesario por lo menos parcialmente privatizar la universidad pública para compensar por la reducción en el gasto público y para permitir la introducción de mecanismos del mercado para flexibilizar la fuerza de trabajo y obligar las universidades a competir entre sí para los mejores maestros y estudiantes así mejorando la calidad del servicio; b) la social-demócrata institucionalista: es necesario defender la universidad pública reduciendo al mínimo o de preferencia eliminado totalmente una presencia comercial para mantener su autonomía institucional e independencia y libertad académicas, así garantizando que se sirve a todo la comunidad y no solamente o sobre todo al sector de la iniciativa privada; c) la marxista-autonomista: la universidad pública sufre una «doble crisis» (financiero e institucional), pero en lugar de simplemente «defenderla» es necesario ver la actual «doble crisis» como una oportunidad importante para transformarla en un espacio ni privado ni publicó pero más bien de «commons» (bienes comunales) para el beneficio y desarrollo postcapitalista de toda la comunidad dentro y fuera de la universidad pública, así liberando el conocimiento de cualquier «enclosure» (cercamiento) comercial privada u institucional pública (De Angelis, 2010).

Existe actualmente una nueva ola de conflictos sociales relacionados a la producción y transmisión del conocimiento en la universidad pública en particular, pero también cada vez más en la privada. Al nivel global el año 2010 terminó con la emergencia de movimientos estudiantiles importantes en Italia y por la primera vez en la historia, también en Inglaterra, donde ni siquiera hubo uno en 1968, junto con ocupaciones, huelgas y otras formas de protesta en prácticamente toda Europa Occidental, aunque menos en Norte América, México incluso. Elementos de estos movimientos estudiantiles se han formados en dos redes de discusión y acción colectiva en 2011, Knowledge Liberation Front (Frente para la Liberación del Conocimiento) e International Students Movement (Movimiento Estudiantil Internacional) no solamente para defender la universidad pública contra los recortes en su presupuesto pero sobre todo para transformarla en un espacio libre de autoeducación donde se podrá superar la falsa dicotomía de las esferas privada y pública para transitar a un «commons» (bienes comunales) de educación y conocimiento (De Nicola y Roggero, 2008).

En México el movimiento estudiantil, después de la ola de conflictos sociales masivos contra las políticas educativas neoliberales en 1998-2000, ha adoptada una postura mucho mas defensiva hacia la universidad pública y se ha preocupado recientemente, en común con toda la sociedad civil organizada, por la ola de violencia que ha afectado el país desde 2007 con la decisión del gobierno de Calderón a militarizar y ampliar territorialmente la represión de la criminalidad organizada. Movimientos que reúnen estudiantes de distintas universidades públicas, como el Comité Estudiantil Metropolitano y el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES) han presionando al gobierno para ampliar substancialmente el número de lugares en un sistema de educación superior que actualmente solamente permite a 29% de los jóvenes continuar sus estudios después de la preparatoria, dejando cientos de miles en condición de «rechazados» quienes engordan las filas de los llamados «ninis», los jóvenes que ni estudian ni trabajan (por lo menos en el sector formal). Este fenómeno social, que interesa mucho a la prensa y a la clase política, en realidad sería difícil a medir, dado el creciente tamaño del sector informal de empleo en cual seguramente la gran mayoría de los «ninis» participan (MAES, 2010).

Sin embargo, el movimiento estudiantil mas importante en México desde por lo menos el Consejo General de Huelga de UNAM en 1999-2000 ha sido sin duda el #YoSoy132 (YS132) que nació sorpresivamente en una de las universidades privadas mas elitarias, la Iberoamericana, el 11 de mayo de 2012 durante la contestación de la visita electoral del entonces candidato presidencial del PRI Enrique Peña Nieto (EPN) a esa institución. En breve tiempo, siguiendo los ejemplos de los movimientos sociales basados en redes y medios sociales cibernéticos, sobretodo Facebook y Twitter, como los de la «Primavera Árabe» de 2011, los Indignados en España y el Occupy Wall Street en Estados Unidos, el YS132 se volvió el primer movimiento estudiantil nacional en la historia mexicana, organizándose incluso globalmente entre los estudiantes estudiando en el extranjero a través de una red de asambleas locales directamente democráticas y sin liderazgos o protagonismos grupisticos que envían voceros rotativos a una Asamblea General Interuniversitaria (AGI) mensualmente, el órgano decisional del movimiento aunque cada asamblea puede optar no acatar una decisión del AGI, así protegiéndose contra una excesiva centralización del movimiento aunque este aspecto del YS132 ha sido sumamente problemático en la práctica. Sus principales demandas han sido:

i) Elecciones nacionales limpias con «voto informado»;

ii) La democratización de los medios masivos, sobretodo del «duopolio» televisivo Televisa y Tele Azteca.

Paradójicamente, el YS132 ha dado mucho menos énfasis a las cuestiones universitarias, debido a sus fuertes divisiones políticas internas entre estudiantes de las clases trabajadoras, medias-bajas y medias de las universidades públicas y alumnos de las clases media, media-alta y alta de las privadas. Mientras el YS132 ha declarado su oposición a la neoliberalización de la universidad pública y a favor de un mucho más amplio acceso a la educación superior desde sus inicios hasta la fecha no ha iniciado una campaña de acción política nacional sobre estas demandas, prefiriendo coordinarse con movimientos sociales radicales y anti-sistémicos, sobre todo con el Frente Popular en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), en la Convención Nacional contra la Imposición (CNCI) de EPN que reivindica que las elecciones del 1 de julio 2012 fueron otra vez fraudulentas (como las de 2006), esta vez por medio de la compra masiva de votos por parte del PRI supuestamente a través de la distribución de tarjetas de crédito del supermercado Soriana y de la empresa financiera Monex, aunque el Instituto Federal Electoral (IFE) se deshizo de esta hipótesis en noviembre de 2012 después de haberla investigado. Sin embargo, el CNCI y el resto de la izquierda no acepto el dictamen del IFE, acusándolo de parcialidad.

Otro movimiento estudiantil importante en 2011-2013 ha sido el del Consejo Estudiantil de Lucha (CEL) de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) en defensa del proyecto alternativo de educación superior que ha caracterizado la UACM desde su fundación en 2001 por parte del Gobierno del Distrito Federal (GDF) bajo el mando de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y contra las propuestas «contrarreformas» neoliberales de la rectora Orozco, apoyada desde su elección en 2010 por el GDF de Marcel Ebrard con el propósito de «modernizar» la UACM. La gran mayoría de sus estudiantes vienen de la clase trabajadora y no obtuvieron un lugar en otras universidades públicas. Otros optaron activamente estudiar allá a favor de su proyecto alternativo que no insiste que la finalidad de una carera es la licenciatura y no la educación en sé y el desarrollo personal sin necesariamente obtener un título. El conflicto entre la rectora Orozco y los académicos, trabajadores y estudiantes agrupados en el CEL o en el Sindicato de los Trabajadores de la UACM (STUACM) llego a su culmine al fin de agosto de 2012 cuando el CEL se declaró en huelga y ocupó los cinco planteles de la UACM en protesta contra la decisión de la rectora Orozco de no reconocer el Tercer Consejo Universitario, en el cual tuvo el apoyo de solamente un tercer de los miembros. Después de la intervención parcial y tardía del GDF se pudo llegar a un acuerdo en diciembre de 2012 que permitió terminar la huelga y ocupación, reabrir los planteles e iniciar clases sin secuelas legales o disciplinarias para los huelguistas y ocupantes (Albertani 2012). Sin embargo el conflicto no quedó resuelto hasta que la rectora Orozco fue obligada a la renuncia al inicio de 2013, siendo sustituido temporalmente por el renombrado académico argentino-mexicano Enrique Dussell hasta que se pudo organizar una nueva elección para la rectoría en 2014, ganado por Hugo Aboites, reconocido critico de la neoliberalización y privatización de la universidad en México y en el mundo y defensor del proyecto educativo alternativo de la UACM.

Por otro lado, el gobierno del PAN del 2000-2012 y del PRI actual han decidido por el momento a no seguir el modelo de Estados Unidos y Unión Europeo de recortes radicales en la educación superior, gracias también al cabildeo de los rectores de las universidades públicas principales, pero sigue promoviendo la educación privada a costo de la pública a través de una nueva política de bonos para suscitar la entrada de familias de menos recursos en el consumo de la educación privada, medida controversial que ha suscitado críticas por parte de diversos sectores sindicales y políticos (Olivares Alonso, 2011).

Conclusiones

Los procesos de comercialización, privatización y globalización de la educación superior pública, que son fundamentales para la transición del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo y que se basan en el aumento del valor del trabajo inmaterial intelectual en comparación con el trabajo manual material en las relaciones sociales actuales, han ampliado radicalmente el mercado mundial en la educación superior, pero han tenido una serie de impactos sociales negativos.

En primer lugar, estos procesos de comercialización, privatización y globalización han llevado a la creciente precarización de las condiciones de trabajo, especialmente de los investigadores y de otros trabajadores académicos, administrativos y manuales de tiempo parcial, así afectando negativamente la calidad de la enseñanza y de la investigación.

En segundo lugar, está cada vez más restringido el acceso a los cursos de licenciatura y de posgrado, el cual causa un creciente malestar entre los sectores sociales de menos recursos que están más excluidos que antes de la universidad pública y por lo tanto tienen que recurrir a las universidades privadas que son generalmente de más baja calidad que las públicas. Este a pesar de que el acceso a la educación superior de alta calidad es de cada vez mayor importancia en el mercado de trabajo.

En tercer lugar, han causado un número creciente de conflictos sociales, principalmente huelgas y ocupaciones en oposición tanto a los propios procesos de privatización y comercialización como a la forma en cual se les han impuesto, sin consultar a la comunidad universitaria o el público en general.

En conclusión, la sociedad civil y política y la comunidad académica mexicanas necesitan aprender de los conflictos actuales en torno al acceso, producción y distribución del conocimiento en la universidad pública, tanto en Norte América, como en América Latina y en Europa, para reducir los peores efectos del modelo educativo neoliberal en aras de su transformación radical a un modelo educativo mas incluyente y democrático de manera que la tan necesaria ampliación y mejoramiento de la educación superior publica finalmente puede tener lugar.

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