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Declaraciones de Alvaro García Linera, candidato vicepresidencial del MAS

Capitalismo si, «socialismo para nada»

Fuentes: Rebelión

Las declaraciones de Alvaro García Linera, candidato vicepresidencial del MAS, han causado sorpresa, malestar y hasta indignación en gente que a pie juntillas apoyaba la candidatura de Evo Morales. Incluso han ahondado fisuras y provocado abandonos sonoros como los del senador Carlos Sandi, uno de los pocos parlamentarios de la hornada del 2002, que se […]

Las declaraciones de Alvaro García Linera, candidato vicepresidencial del MAS, han causado sorpresa, malestar y hasta indignación en gente que a pie juntillas apoyaba la candidatura de Evo Morales. Incluso han ahondado fisuras y provocado abandonos sonoros como los del senador Carlos Sandi, uno de los pocos parlamentarios de la hornada del 2002, que se destacó por sus conocimientos y su aplomo, sobre todo en la conducción del juicio de responsabilidades contra Sánchez de Lozada.

Si las declaraciones de García Linera, realizadas a «La Prensa» (30-08-05, p. 7a) como decíamos, causaron entre otras cosas, sorpresa, ésta no fue para los observadores políticos que tienen experiencia en la evolución de cierta gama de intelectuales que incursionan en la política. La galería tipológica boliviana ya casi no tiene espacio para contener a tantos ejemplares. Sin embargo de aparentar ser tan variados tienen unos rasgos que los unifican en una sola especie. Dentro de los rasgos principales se destaca, como una suerte de eje alrededor del que giran los otros, un desmedido afán de figuración, de ascenso hacia la fama a cuyo servicio sacrifican todas las virtudes y valores posibles.

La evolución de esos síntomas culmina en lo que hace tiempo la psicología social diagnostica como el síndrome timocrático o lo que, traducido de sus raíces griegas, es el «gobierno de la ambición». Lo que le ha pasado a García Linera era algo perfectamente previsible. En la revista «Causa» (Nº 1, art. «Lucha de clases, «pactismo» y teóricos transformers») ya se lo tipificaba como a un «teórico transformer». Comenzó como un partidario a ultranza de la lucha armada, de una concepción anarquista, veladamente anticomunista y radicalmente indianista. Se hizo de fama como radical y gracias a sus trabajos sociológicos (algunos aceptables) empezó a ser cortejado por los medios de comunicación, para convertirse en estrella del «Pentágono», de donde nunca fue objetado.

Los medios de derecha tienen un fino olfato para ubicar a «analistas» que con lenguaje progresista, en realidad, confunden a la gente políticamente poco avispada. En sus declaraciones a «La Prensa» realiza un giro que no le afecta.

Iº Secretario Partido Comunista de Bolivia