Carlos Mesa renunció a la Presidencia de la República de Bolivia. «…Mano dura, mano dura!», vociferaron hoy cientos de manifestantes que respaldan a Mesa, que no aceptan su renuncia y que le piden solucionar los conflictos sociales en el país a través de la fuerza. Luego de emitir un mensaje televisado a la nación, hoy […]
Carlos Mesa renunció a la Presidencia de la República de Bolivia. «…Mano dura, mano dura!», vociferaron hoy cientos de manifestantes que respaldan a Mesa, que no aceptan su renuncia y que le piden solucionar los conflictos sociales en el país a través de la fuerza.
Luego de emitir un mensaje televisado a la nación, hoy , al promediar las 11h15, fue entregada la carta de Mesa en la que oficializó su renuncia; el Congreso Nacional debe determinar si acepta o no su dimisión.
«Yo no soy un títere, no he venido a gobernar Bolivia para hacer lo que un grupo corporativo A, B, C, o D quiere que yo haga. Yo he venido a gobernar Bolivia con responsabilidad, mi compromiso es con usted, con usted que está allí en la base, con usted al que estrangulan todos los días, lo digo desde el punto de vista figurado, porque lo estrangulan en las calles porque no lo dejan circular, porque no lo dejan producir, porque no lo dejan trabajar, porque todo el día nos viven amenazando.
«Este es el país de los ultimátums, este es el país de si usted no hace esto, lamento mucho pero se va a atener a las consecuencias, este es el país de las personas que se enrollan con dinamita para exigirnos que hagamos cualquier cosa que se les ocurra, buena, mala o regular. No voy a continuar en esa lógica, porque Bolivia no se puede gobernar en esa lógica», aseguró Mesa en su mensaje a la nación.
Mesa acusó a los dirigentes Evo Morales, diputado y líder del MAS, y Abel Mamani, presidente de la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) de El Alto, no sólo de ser los causantes de la escalada de conflictos sociales son también de la crisis económica, política y social.
«El presidente Mesa sigue los pasos de Gonzalo Sánchez de Lozada. Recurre al chantaje, a la maniobra, al desprecio y al divisionismo para desnudar que tiene una bronca racial contra los indígenas, campesinos y originarios que somos la mayoría de este país por el sólo hecho que luchamos por recuperar el territorio, por defender los recursos naturales como el agua y por conseguir el 50 por ciento de regalías de las petroleras», respondió Morales.
El jefe de la principal fuerza política boliviana, dijo que el mensaje presidencial está destinado a criminalizar a los movimientos sociales y sus dirigentes y, sobretodo a hacer enfrentar a los bolivianos.
Defensa de las transnacionales
El conflicto social se derivó por la presión de los movimientos sociales que se unificaron en torno a una agenda nacional de cuatro demandas: convocatoria a la Asamblea Constituyente, la aprobación de la Ley de Hidrocarburos con el 50 por ciento de regalías como mínimo, el rechazo al TLC y el ALCA y la expulsión de la transnacional Aguas del Illimani-Suez de esta ciudad.
El ex Jefe de Estado reconoció que las decisiones que toma su gobierno están en función de «la limosna extranjera», lo que piense y decida la comunidad internacional, entendida como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la CAF y el BID y otros organismos que tienen intereses en el país y, por tanto, se debe presentar una Ley de Hidrocarburos velando esos intereses.
El dirigente fabril y portavoz de la Coordinadora del Gas, Oscar Olivera, dijo que el presidente Mesa dejó el gobierno porque no tiene capacidad para escuchar las demandas populares y porque se encuentra al servicio de las transnacionales, la denominada clase política corrupta y los organismos internacionales.
Asimismo Mesa señaló que no tiene la fuerza para impulsar la salida de la transnacional Aguas el Illimani de El Alto por las consecuencias que pueden contraer para el país.
«No estoy dispuesto a hacerle el juego, a ser parte de esta comedia vergonzosa. Conmigo no cuenten, aunque chillen algunas ONGs de Suecia y Dinamarca», advirtió el ex Presidente.
El dirigente de la FEJUVE, Abel Mamani, señaló que ese mensaje no sólo refleja cobardía por no solucionar los conflictos sociales sino que Mesa optó por aliarse a los sectores de poder, escuchar las presiones externas y tratar de enfrentar a los bolivianos.
Hoy en esta ciudad, se realizó un cabildo de miles de personas que ratificaron sus medidas de presión hasta que Aguas del Illimani sea expulsada y hasta que el Parlamento Nacional defina la suerte de la Presidencia de la República.
En otros departamentos, el bloqueo y corte de caminos y carreteras se intensificó: varias ciudades como Cochabamba, Sucre, Santa Cruz o La Paz se encuentran aisladas por los permanentes conflictos.
Aunque Mesa aseguró tener el apoyo del 60 por ciento de los nueve millones de habitantes del país, lo cierto es que cada minuto que pasa, suman las demandas de los sectores más marginados.
Todas las organizaciones que conforman el Pacto de Unidad instruyeron intensificar bloqueos, marchas y movilizaciones. El martes 8, arribará una marcha de cerca de un millar de campesinos que demandas como primera medida a Asamblea Constituyente.
En 15 meses de gestión se presentaron 820 conflictos de 12.000 puntos, 4.250 de los cuales fueron atendidos.
Una vez más, Bolivia vive en una encrucijada: el Parlamento Nacional debe definir si acepta o no la renuncia presidencial, se adelantan las elecciones generales o se ratifica a Mesa con mayores poderes que a título de «concertación» podrían ser contrarios a los movimientos sociales…