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Carta abierta a los trabajadores de la educación de la Provincia de Buenos Aires

Fuentes: Rebelión

Compañeros:   Nosotros, docentes de la ciudad de La Plata tenemos la imperiosa necesidad de dirigirnos a Uds. para explicarles la situación por la que estamos atravesando.   Seguramente muchos de Uds. ya estarán al tanto de que maestros y profesores del distrito de La Plata (junto a numerosas escuelas de Berisso y Ensenada) venimos […]


Compañeros:
 
Nosotros, docentes de la ciudad de La Plata tenemos la imperiosa necesidad de dirigirnos a Uds. para explicarles la situación por la que estamos atravesando.
 
Seguramente muchos de Uds. ya estarán al tanto de que maestros y profesores del distrito de La Plata (junto a numerosas escuelas de Berisso y Ensenada) venimos protagonizando un plan de lucha, con paros de actividades progresivos, por un aumento salarial que lleve nuestro básico a 1200 pesos.
Este plan de lucha comenzó el lunes 6 de agosto, fecha en la que realizamos una enorme Asamblea frente a nuestro sindicato, en la cual más de 1200 docentes de todas las ramas, votamos parar el día 7 de agosto y los días 15 y 16.
 
El día 15 de agosto nos volvimos a reunir en asamblea para analizar como seguirían nuestras acciones la semana que viene. Cerca de 500 compañeros, no sólo ratificamos el camino andado, sino que decidimos imprimirle una profundización a nuestro plan de lucha que se verá expresado en nuevas medidas de paro, esta vez por 72 horas para los días 22, 23 y 24 del corriente.
 
Tanto nuestro paro de 24 horas, como el de 48 tuvo un altísimo acatamiento que rondó el 85% de adhesión en jardines, en los dos ciclos de la ex EGB y, fue apenas un poco menor, en las escuelas medias y técnicas.
 
Como verán, la alta adhesión y masividad de nuestras asambleas evidencian la necesidad de las medidas en medio de un clima inflacionario que hora tras hora, licua nuestro salario.
 
El paro, entonces, está justificado por su masividad; pero, más que esto está justificado por los métodos con el cual fue concebido. Asambleas democráticas, donde todos los presentes tuvieron derecho a expresarse en un clima de completo respeto y votación final a mano alzada, donde la inmensa mayoría de maestros y maestras presentes decidieron que la dignidad de los docentes platenses no está a la venta.
 
El ataque de «propios y extraños»

Los docentes platenses y nuestros compañeros vecinos de Ensenada y Berisso no poseemos ningún rasgo personal que nos distinga del resto de los trabajadores del magisterio provincial. Todo lo contrario, somos sujetos pacíficos que amamos nuestra profesión y que mantenemos con ella un alto grado de compromiso. Trabajamos en escuelas que se encuentran en estado deplorable, como la mayoría de Uds. Tratamos de hacernos escuchar de mil maneras distintas antes de llegar a estas medidas. Somos pedagogos y esto, lo saben como colegas, hace que la palabra tenga para nosotros una significación única, pero a la vez categórica. Como docentes, estamos acostumbrados a explicar las cosas una y otra vez; así actuamos con nuestros alumnos y con sus padres y así también actuamos con los funcionarios. Pero existe una gran diferencia entre unos y otros: nuestros alumnos tarde o temprano terminan por escuchar y entender lo que queremos decir; los funcionarios ni una cosa ni la otra. Incapaces de escuchar; la única voz que entienden es la que nos lleva al camino de esta lucha.
Compañeros: desde que comenzamos con nuestro plan de lucha venimos siendo atacados brutalmente, recibiendo todo tipo de aprietes y acusaciones. Lo más curioso de esto, es que los más encarnizados acusadores, no sólo provienen de las filas de la patronal, sino que son nuestros propios dirigentes provinciales los que se han lanzado a una febril campaña ofensiva en contra de los miles de maestras y profesores que salimos a la lucha por un sueldo digno.
¿Qué lo explica? ¿Acaso, Roberto Baradel, Darío Perillo o Mirta Petrocini no van a las verdulerías o las carnicerías, para darse cuenta, que con un salario básico testigo de 519 pesos es imposible vivir?
¿Acaso no saben lo que cuestan los remedios cuando algún familiar cae enfermo?
 
¿Cuánto ganan en sus cargos como dirigentes sindicales, para que el proceso inflacionario, que a la mayoría de nosotros nos hunde en una sistemática miseria, a ellos no los alcance?
¿Tanto pesan sus acuerdos políticos con el poder, que prefieren ponernos a los trabajadores como enemigos, antes que a la patronal?
 
Creemos que sí.
 
Ya el año pasado nos enteramos que Roberto Baradel consultaba los días de paro con el gobernador. Mientras que, a principio de este año asistimos a un espectáculo patético: mientras en las provincias los maestros salían a la lucha con el alto costo de un compañero muerto en Neuquen, Carlos Fuentealba, el gobernador Solá levantaba el paro docente en la provincia de Buenos Aires por televisión.
 
¿Con qué derecho entonces Baradel nos crítica?
 
Él, dice que el paro de los docentes platenses tiene un contenido electoral. Roberto Baradel no tiene ningún derecho a realizarnos esta crítica, sobre todo, después de haberle cedido, a principio de ciclo, la dirección de nuestro sindicato al gobernador Solá sin elecciones de ningún tipo.
Baradel afirma que nuestra lucha atenta contra la unidad sindical.
 
Nosotros creemos que contra lo único que atenta nuestra lucha, es contra el campo de negociados de nuestros derechos, en que se ha transformado las paritarias docente. Paritarias que, por otro lado, tiene a los representantes del estado (nuestra patronal) sentados como juez y parte de cualquier arreglo; recordemos que las políticas referidas a incrementos de salarios deben ser aprobadas, en última instancia, por el Ministerio de Economía de Solá. Es decir paritarias para desarmar nuestro estatuto, censores oficiales para nuestros salarios. Poco más queda por decirles.
 
Que Baradel, tomando partido por la DGCyE, afirma que nuestras medidas son minoritarias, cosa que ni la misma Directora Puiggrós se animó a afirmar. La realidad demuestra lo contrario, sobre 4635 docentes activos en nuestra ciudad, 1300 votaron estas medidas en asamblea (casi un 30%) y los paros fueron cumplidos por el 85% de los educadores. Solamente un renegado o un miope puede desconocer esta situación.
 
Si luchamos juntos ganamos

Compañeros, al plan de lucha inicial, votado por la seccional La Plata del Suteba el 6 de agosto y ratificado y profundizado el 15 del mismo mes, se le han ido sumando todo un conjunto de distritos donde los trabajadores docentes comprendieron que de las paritarias ya nada más queda por esperar.
El paro florece y se extiende entre las bases docentes del conurbano, en medio de autoconvocatorias, donde tanto afiliados a Suteba o la Feb, toman la lucha en sus manos. Y de convocatorias en las seccionales opositoras que ya han fijado un plan de lucha de paros progresivos. Es natural; la política de la burocracia sindical nos condena a la parálisis.
La firma de un acuerdo salarial, a principio de año, por 1040 de sueldo mínimo ha destruido la pirámide salarial, la inflación va haciendo el resto.
 
Las declaraciones ofensivas e irrespetuosas del Secretario General del Suteba provincia en contra de los trabajadores que se suman a la lucha, tienen un único y claro objetivo: priorizar sus negociados burocráticos con el poder, por encima de los intereses de los trabajadores.
 
Los docentes platenses, y el resto de compañeros que salen a la lucha, lejos estamos de cualquier negociado o componenda con el poder.
 
Luchamos por nuestra dignidad y por un salario acorde a la canasta familiar.
 
No nos abrazamos con la Licenciada Puiggrós, nos abrazamos al final de cada asamblea o marcha con nuestro compañero de al lado, para darnos fuerza y seguir adelante.
 
No permitimos que nuestro plan de lucha lo levante la patronal por televisión, lo reafirmamos en cada asamblea.
Y ahora nos dirigimos a Uds. compañeros, colegas, hermanos para que se sumen a esta lucha, para que entre todos le torzamos el brazo a los que nos hunden en la miseria; a los que no quieren escuchar; a los que prefieren una provincia de ignorantes para saquearla más fácilmente.
 
Nos dirigimos a Uds. con la seguridad de que como docentes sabrán escuchar y comprender nuestra voz.