Con el argumento de impedir el aterrizaje de un avión de la Fuerza Aérea de Venezuela, dirigentes cívicos del Beni, junto a políticos vinculados a Podemos y otras fuerzas conservadores, tomaron la mañana de este jueves al menos tres aeropuertos de este departamento. Los grupos de choque de esas entidades tomaron esas terminales aéreas e […]
Con el argumento de impedir el aterrizaje de un avión de la Fuerza Aérea de Venezuela, dirigentes cívicos del Beni, junto a políticos vinculados a Podemos y otras fuerzas conservadores, tomaron la mañana de este jueves al menos tres aeropuertos de este departamento.
Los grupos de choque de esas entidades tomaron esas terminales aéreas e impidieron apelando a la fuerza que un avión Hércules, de la Fuerza Aérea Venezolana se reabastezca de combustible, operación rutinaria y garantizada por convenios internacionales de navegación aérea.
La aeronave trajo a bordo relevo de los pilotos y repuestos para los dos helicópteros que prestan servicios a la Presidencia de la República. Los oficiales se quedaron en la terminal aérea de El Alto.
No obstante, aún viajaba en la nave, aparte dela tripulación, un personero del Banco de Desarrollo de Venezuela, quien era portador de un proyecto de castaña que iba a beneficiar a medio millar de familias de Riberalta.
Este funcionario extranjero, se bajó del avión en el aeropuerto de Riberalta, pero fue capturado e incluso estuvo a punto de ser linchado por los desaforados. La oportuna intervención de efectivos de la FAB lo impidió.
Pese a que esa aeronave tenía el permiso correspondiente de AASANA, de la Fuerza Aérea Boliviana y el Ministerio de Defensa, los dirigentes cívicos bloquearon la pista de los aeropuertos de Riberalta, Guayaramerín y Trinidad, todos del departamento del Beni.
LOS HECHOS
A media mañana de este jueves, grupos de choque del Comité Cívico de Riberalta, población ubicada en la provincia Vaca Díez de esa región amazónica al norte del país, ingresaron violentamente a la terminal aérea porque supuestamente el avión venezolano «traía armas y militares venezolanos» que atentaban a la «soberanía nacional».
Un argumento repetido permanentemente por el jefe de Podemos, Jorge Tuto Quiroga, y los representantes de los cívicos opositores aglutinados en la denominada «media luna».
Los vándalos, encabezados por el presidente del Comité Cívico Provincial de Vaca Díez, Marcos Jáuregui, atacaron al avión Hércules de la Fuerza Aérea Venezolana.
Cerca de 200 personas dirigidas por Jáuregui ingresaron al aeropuerto de Riberalta, pretendiendo tomar el avión, relató el reporte de radio San Miguel de la Red Erbol.
El presidente del Comité Cívico de Riberalta, Mario Aguilera, manifestó, por su parte, que «se está atropellando la soberanía del país y lo triste es que los militares se prestan para estas cosas. Riberalta no va recibir nunca más un avión venezolano»,
A gritos de «independencia y autonomía», los exacerbados comandados por los cívicos y ante la mirada del subprefecto de la provincia, agredieron con piedras, petardos, mata suegras y otros objetos al avión extranjero.
Mientras tanto, el representante cívico llamaba a las personas, cerca de un centenar, que se encontraban en la parte externa del aeropuerto, a que ingresen para tomar la aeronave.
Ante el peligro que representada para el avión los artefactos explosivos, los pilotos lograron decolar, mientras los agresores dirigieron su rabia en contra de los efectivos de la Fuerza Aérea Boliviana que impidieron a los jóvenes cumplir con su objetivo.
«No vamos a permitir que ningún avión venezolano aterrice en Riberalta. Están violando nuestra independencia y nadie hace nada en contra de esto», dijo Aguilera, mientras la turba repetía «independencia y autonomía».
BUSCAN OTRO AEROPUERTO
En ese contexto, rápidamente corrió la versión de que el avión venezolano se dirigía a la vecina Guayaramerín, frontera con el Brasil, y en esa población sus pares cívicos también tomaron la terminal aérea con el mismo propósito: impedir que aterrice y «viole la soberanía nacional».
Cerca del mediodía, la operación antivenezolana fue ejecutada en la capital beniana, Trinidad, donde el presidente del Comité Cívico del Beni, Antonio Melgar, y el ahora ex alcalde de Trinidad, Moisés Shriqui, encabezaron la toma del aeropuerto de esta ciudad junto a funcionarios de la Prefectura, Alcaldía y personal del Servicio Departamental de Caminos.
«Hemos sido tomados debido a que el avión de Venezuela ha solicitado aterrizar en este aeródromo. El Comité Cívico del Beni a incitado a la gente para que tome los aeropuertos de este departamento y no permita el aterrizaje del avión en ningún otro lugar», manifestó el director regional de Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares para la Navegación Aérea (AASANA), Alejandro Yuja.
Ante los actos de violencia, el aeropuerto fue cerrado y permaneció en esa situación hasta muy entrada la tarde.
«Tenemos informes que en Guayaramerín también se tomaron las instalaciones del aeropuerto. Son actos de terrorismo y es inhumano porque este avión sólo necesitaba reabastecerse de combustible», aseguró Yuga.
El funcionario también denunció que pese a ser trinitario como Shriqui o Melgar constantemente es hostigado y amenazado por los afines al Comité Cívico y a la Prefectura.
Yuja aseguró que la aeronave venezolana, después de sobrevolar territorio beniano, tuvo que pedir permiso para aterrizar en una población fronteriza del Brasil, donde finalmente pudo reabastecerse de combustible.
Los «cívicos» ingresaron a las instalaciones del aeropuerto trinitario violentando los candados de seguridad y armados con palos y otros objetos contundentes amenazaron e insultaron a los funcionarios de AASANA.
Yuja informó que esa actitud de violencia los tomó de sorpresa ya que en ese momento sostenía una reunión con tres oficiales militares de Venezuela que coadyuvan la construcción del dique de contención que protegerá a la capital beniana en la época de lluvias.
Tras la violenta toma de las oficinas de AASANA, Melgar, Shriqui y otros integrantes de la «defensa de la soberanía nacional» sostuvieron una breve reunión con los tres oficiales venezolanos a quienes condicionaron el eventual aterrizaje del avión -el que finalmente no ocurrió-a revisar la carga que llevaba.
Horas antes el avión venezolano había aterrizado en el aeropuerto de El Alto donde descargó repuestos, pero no pudo reabastecerse de combustible por la presión atmosférica y tenía que cumplir con esa tarea en algún aeropuerto del Beni antes de seguir su retorno a Caracas.