Insurgentes iraquíes, transitoriamente convertidos en hackers, usaron programas informáticos de 26 dólares para interceptar comunicaciones de aviones militares estadounidenses. La noticia acaparó titulares de la prensa norteamericana este jueves, puso a cavilar al Pentágono, y en aprieto a fabricantes de aeronaves que valen casi 12 millones de dólares. El acceso a vídeos transmitidos por drones […]
Insurgentes iraquíes, transitoriamente convertidos en hackers, usaron programas informáticos de 26 dólares para interceptar comunicaciones de aviones militares estadounidenses.
La noticia acaparó titulares de la prensa norteamericana este jueves, puso a cavilar al Pentágono, y en aprieto a fabricantes de aeronaves que valen casi 12 millones de dólares.
El acceso a vídeos transmitidos por drones (aviones sin tripulación) representa una brecha de seguridad importante para la Fuerza Aérea porque sus enemigos pueden modificar escenarios de defensa, señaló el diario The Wall Street Journal.
Trascendió que combatientes de la etnia shiíta utilizaron un software llamado SkyGrabber para capturar filmaciones digitales de los aviones y poder evadir sus maniobras operacionales.
El pirateo de estas sofisticadas máquinas de ataque aéreo elimina el elemento sorpresa para los drones, y permite a la insurgencia esconder a sus unidades o conocer los perímetros de vigilancia.
El secretario de Defensa, Robert Gates, y el jefe de Inteligencia de la institución, James Clapper, fueron informados y ordenaron gastar otros millares de dólares para encriptar las comunicaciones. Según ellos, ninguna misión ha sido comprometida hasta esta fecha.
En septiembre la Fuerza Aérea de Estados Unidos confirmó que uno de sus drones se desacopló del control humano y comenzó a patrullar por su cuenta zonas de Afganistán.
Un comunicado de la institución castrense precisó que el MQ-9 Reaper fue visto volando sin supervisión y listo para disparar contra objetivos afganos.
Unidades estadounidenses cerca de Kabul tuvieron que enviar a un cazabombardero, esta vez con piloto, que finalmente derribó a la robótica aeronave.
También en 2007 un MQ-11 se estrelló sin control en la base Creech, de Nevada, Estados Unidos, y otro llamado Predator se precipitó en Iraq sin que mediara fuego hostil.
Fabricados por la compañía General Atomics Aeronautical Systems, de San Diego, los MQ-9 cargan una variedad de armamento ultramoderno como el GBU-12 Paveway II, con bombas guiadas por rayo láser, y los misiles aire-tierra AGM-114 Hellfire II.
Unos cinco mil de estos artefactos fueron desplegados en Iraq y Afganistán desde 2003 y Washington planea «robotizar» el 15 por ciento de su fuerza aérea antes de 2015 a un coste de 230.000 millones de dólares.
Según el Wall Street Journal, los terroristas están usando el software Skygrabber, una aplicación para Windows que cuesta 25,95 dólares, para interceptar y ver las trasmisiones de video en tiempo real de los centinelas Predator.
Gracias a las trasmisiones interceptadas, que no están cifradas, los terroristas pueden extrapolar los planes de monitoreo de los militares de EEUU en su zona.
El Wall Street Journal (WSJ) dijo que los militares de EEUU descubrieron que sus trasmisiones de video estaban siendo interceptadas a finales del año pasado cuando confiscaron una laptop de un terrorista que contenía múltiples copias de trasmisiones de videos de los centinelas Predator. Las sospechas militares fueron confirmadas en julio de este año cuando más archivos de trasmisiones de video hackeadas se encontraron en otras laptops confiscadas «llevando a algunos oficiales a concluir que los grupos militantes entrenados y financiados por Irán estaban interceptando regularmente las trasmisiones.»
Increiblemente, el informe afirmaba que el «gobierno de EEUU sabía sobre la falla desde la campaña en Bosnia en los 90», pero que «el Pentágono asumió que los adversarios locales no sabrían como explotarla».
El WSJ cita a Andrew Solonikov, uno de los desarrolladores de SkyGrabber, cuando dice que no estaba conciente que su software pudiera ser usado para interceptar las trasmisiones de los (aviones) centinelas.
«Fue desarrollado para interceptar música, fotos, video, programas y otros contenidos que otros usuario descargan de internet – no información militar u otra información comercial, sólo contenido gratuito legal», le dijo al diario.
http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=147387&Itemid=1