Los sectores educativos de México no quieren ni oír hablar sobre el posible congelamiento el año próximo del presupuesto público para esa área, en constante ascenso desde los años 90, como propuso el flamante gobierno de México. El presidente Felipe Calderón plantea destinar en 2007 unos 13.000 millones de dólares a la educación, los mismos […]
Los sectores educativos de México no quieren ni oír hablar sobre el posible congelamiento el año próximo del presupuesto público para esa área, en constante ascenso desde los años 90, como propuso el flamante gobierno de México.
El presidente Felipe Calderón plantea destinar en 2007 unos 13.000 millones de dólares a la educación, los mismos recursos que este año una vez descontada la inflación. Incluso así, ese gasto se mantendrá como el más alto entre los miembros de la OCDE, que también reúne a todos los países ricos, respecto del producto interno bruto y del presupuesto fiscal total.
Fuertes debates generó la propuesta que el Poder Legislativo avalará o modificará antes de su aprobación y que deberá estar lista antes de finalizar el año. Diversos sectores, los parlamentarios y el gobierno de México desarrollan una intensa negociación en busca de definir el presupuesto nacional anual.
«El asunto del presupuesto, como siempre, es una lucha de sectores interesados por recibir más dinero y pagar menos impuestos, dejando así de lado, al menos en el estratégico sector educativo, la posibilidad de discutir reformas de envergadura», dijo a IPS Teodoro Ades, profesor e investigador de temas educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
México gasta más en enseñanza que el promedio de las naciones industrializadas reunidas en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). No obstante, en las pruebas y estudios de calidad que se aplican a estudiantes y profesores, es de los peor calificados del bloque.
El presupuesto educativo mexicano representa 22 por ciento del global, siete puntos más de lo que es para cualquier país de la OCDE, mientras que la relación con el producto interno bruto es de 6,8 por ciento, 0,9 puntos porcentuales más que lo que destinas los países de esa organización.
Pero esos datos no indican que el país destine efectivamente más recursos que la media de la OCDE en cada alumno.
México gasta en cada uno de sus estudiantes de primara un promedio anual de 1.357 dólares, la cuarta parte que la OCDE, y en los de educación superior 4.341 dólares, la mitad que los miembros de esa organización.
Es que más de 90 por ciento del presupuesto para educación en este país se dirige al pago de profesores y a la burocracia del sector.
En campaña, el conservador Calderón prometió que sus prioridades como gobernante serían impulsar el sector educativo y mejorar la seguridad pública. Ya en la presidencia desde el 1 de este mes, sugiere congelar el presupuesto del primer rubro y más que duplicar el segundo.
Montado sobre el tema de seguridad, ordenó un despliegue de más de 6.000 policías, soldados y marinos al estado de Michoacán, donde en lo que va del año grupos de narcotraficantes sembraron el terror con 542 ejecuciones, entre ellas 17 decapitaciones. Además, dispuso amplios operativos en otras zonas y en carreteras.
El objetivo es recuperar territorios que han sido copados por organizaciones delictivas, explicó el gobierno de Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).
La oposición de izquierda, que lidera el Partido de la Revolución Democrática, y varios rectores de universidades públicas criticaron el acento que el Poder Ejecutivo puso en el tema de seguridad por encima del educativo, sector donde señalan que se debería dar más atención para crear una suerte de vacuna contra la delincuencia.
«Lo que deberían estar haciendo los críticos es proponer más dinero para educación pero también cambios y reformas que hagan que los recursos se usen mejor, que den resultados», sostuvo Ades.
Portavoces de los profesores, de las universidades y del mundo de la cultura se quejaron del presupuesto que Calderón propuso para educación, pero casi nadie habló de las necesidades de reordenar el gasto y hacer reformas al sistema educativo.
El mandatario recibió las protestas y prometió trabajar con legisladores para aumentar otra vez el presupuesto educativo.
Entre 1995 y 2003, los presupuestos públicos para educación crecieron más de 50 por ciento.
En el proyecto para 2007, el gobierno no propuso cambios significativos que apunten a disminuir el gasto en burocracia y favorezcan la calidad educativa, pero sí redistribuyó el pastel para favorecer más a la educación primaria y media, lo que perjudicó a las universidades públicas.
Calderón nombró como viceministro de Educación a Fernando González, yerno de la líder del sindicato nacional de profesores, Elba Gordillo.
El sindicato de profesores, tradicionalmente ligado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México de 1929 a 2000, es acusado en múltiples investigaciones de corrupción y de tener poco interés en mejorar la calidad de la enseñanza.
La designación generó reclamos de la oposición que ve en Gordillo un aliado del gobierno y en su yerno una pieza que es manejada por esa líder sindical, que en el pasado fue dirigente del PRI.
Ese colectivo siempre exhibió orgulloso sus logros en materia educativa, pero fue reacio a reconocer que los saltos cuantitativos logrados no se tradujeron en una mejor calidad de la enseñanza.
El analfabetismo se redujo de 70 a 10 por ciento, y el nivel promedio de educación formal subió hasta segundo de secundaria, en el período que gobernó ese partido político.
Pero de la calidad se conocía poco hasta que en 2000 y años siguientes diversas investigaciones demostraron que en esa materia México no tenía nota como para aprobar el examen.
Un estudio de la OCDE conocido en febrero indica que 65,9 por ciento de los mexicanos de 15 años tienen competencias insuficientes en matemáticas, y 52 por ciento no comprenden a cabalidad lo que leen. El gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), el ultimo del PRI y al que siguió el de Vicente Fox, del PAN, ocultó durante su gestión la baja nota sacada por México en una investigación realizada en 40 países por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo.
En ese trabajo, realizado en 1995, los alumnos mexicanos de tercero y cuarto año de enseñanza primaria y de primero y segundo de secundaria se ubicaron en los últimos lugares en matemáticas y ciencias.
En uno de 2003, realizado por la OCDE y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura en 43 países para medir el aprovechamiento escolar de jóvenes de 15 años, los estudiantes mexicanos obtuvieron el lugar 34 en ciencias y lectura y el sitio 35 en matemáticas.