En México continúa el cometido de crímenes de lesa humanidad, vivimos a diario ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, desplazamientos, casos de tortura y la represión sistemática contra luchadores sociales, defensores de derechos humanos y periodistas. En la Jornada Nacional de Lucha que realizamos recientemente fuimos objeto de represión y hostigamiento. El 2 de marzo fue objeto […]
En México continúa el cometido de crímenes de lesa humanidad, vivimos a diario ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, desplazamientos, casos de tortura y la represión sistemática contra luchadores sociales, defensores de derechos humanos y periodistas.
En la Jornada Nacional de Lucha que realizamos recientemente fuimos objeto de represión y hostigamiento.
El 2 de marzo fue objeto de amenaza una de nuestras compañeras donde un agente del Estado vestido de civil le dice «(…) cuídate porque te estamos vigilando»; el hostigamiento en la ciudad de México de una mujer quien dijo ser de gobierno central; el intento de ejecución extrajudicial de nuestro compañero Alberto Tenango Tolentino el 4 de marzo en el Progreso municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz; el día 5 de marzo el allanamiento de la vivienda de nuestra compañera Cecilia López Pérez ubicada en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas; el hostigamiento e intimidación que fueron objeto nuestros compañeros de la costa chiapaneca por los elementos de Federal de Caminos el 28 de febrero en la acción política y el 8 de marzo el hostigamiento policiaco por parte de la gendarmería nacional en coordinación con la policía municipal de Tapachula.
Es muestra que la violencia contra el pueblo organizado y no organizado continúa, y la respuesta a juicio y castigo a los responsables de los crímenes de Estado y de las condiciones miserables del pueblo se responden con violencia institucional.
Con la imposición de la Guardia Nacional se garantiza el actuar del aparato represivo y se le da impunidad para continuar ejecutando crímenes de Estado. Se perfecciona la militarización para que a través del terror y la violencia el pueblo no se quiera organizar o deje de organizarse, que no luche por mejorar sus condiciones de vida.
Violencia del régimen contra el pueblo explotado y oprimido, cuyo objetivo es mantenernos sumidos en el terror, dominados, sumisos, en calidad de esclavos modernos, haciendo la voluntad de los dueños del dinero.
Sin embargo, la violencia directa no es la única forma en que nos manipulan, también crean y utilizan los conocidos programas asistenciales o «apoyos».
¿Cómo lo hacen? ¿Qué no se supone que esos «programas» son para ayudar a la gente? Esos «apoyos» son instrumentos de control que nos hacen dependientes y serviles al Estado, en dónde por unas migajas juegan con nuestra miseria y hambre, nos tratan como menores de edad al que le dan un dulce para que se calle y se comporte.
Estos programas son parte de la violencia, porque su objetivo no es beneficiar al pueblo o resolver la pobreza, como hipócritamente lo dicen los políticos electoreros; su objetivo es colocar más cadenas en nuestros cuellos para que actuemos de acuerdo a sus intereses, son moneda de cambio cual pago a Judas para entregar nuestra dignidad, para que entre nosotros, hermanos de clase, trabajadores del campo y la ciudad, explotados y oprimidos, nos confrontemos por las sobran que reparten, fomentan la envidia, la avaricia, el engaño, la traición, el individualismo; y entierran la solidaridad, la honestidad, el respeto y la colectividad.
Nos llevan a detestar el trabajo y a conformarnos con medio vivir, comer y vestir, para que no se nos pase por la cabeza que es una necesidad organizarnos para construir en unidad un futuro sin explotación y opresión.
Con estos «apoyos» nos quieren tener mansitos como borregos, ejercer el control y dividir a las comunidades y barrios. Por ello los condicionan para legitimar su actuar criminal y la constante explotación que vivimos.
No somos peones de su juego ni animales esperando ansiosamente el hueso del patrón, somos un pueblo con dignidad e historia de lucha. Necesitamos despertar del sueño que nos imponen y no dejarnos llevar por sus reglas, por sus leyes antipopulares que criminalizan la protesta y la pobreza, que nos manipulan y defienden al burgués, al gran empresario nacional y extranjero.
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Sólo unidos podremos enfrentar la violencia del régimen, organizados en cada barrio, colonia, pueblo, comunidad, ejido, familia, bajo un plan común que nos conduzca a la emancipación popular, que arranque de raíz este sistema opresor y criminal llamado capitalismo; y no caer en la manipulación para maquillarlo y defenderlo.
Hay que impulsar formas de lucha que respondan a las necesidades que nos enfrentamos, a la violencia del Estado, usar el conocimiento de los pueblos que han luchado y han conseguido su libertad para poder darle una explicación a nuestra realidad y encontrar la forma de liberarnos.
Es la organización popular independiente, la lucha popular combativa y la lucha por el socialismo lo que ha demostrado en los hechos que se consiguen mejores condiciones de vida sin perder la dignidad, formas de organización independiente que nos acerque paso a paso a la total liberación de los trabajadores del campo y la ciudad.
Nuestro enemigo no es nuestro vecino, las comunidades de alrededor, nuestro hermano de clase; el que genera la descomposición y busca destruir nuestra forma de vida colectiva, el que nos expulsa de nuestras tierras y nos controla con sus programas, el que defiende y perpetua el poder del burgués es contra el que debemos luchar.
Es hora que con la organización independiente recuperemos y exijamos nuestros derechos, construyamos el futuro de los desposeídos, detengamos el terrorismo de Estado y paremos las injusticias que se comenten contra nuestra, es momento de luchar por el socialismo.
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