Piden diálogo directo con el gobernador Gabino Cué
«No vamos a cambiar nuestra dignidad ni nuestra identidad por unos miserables centavos, no estamos aquí por el dinero, que quede muy claro, por eso no podemos hablar con Mareña Renovables, ¿de qué vamos a hablar con ellos si ya les dijimos que no?, ¿en qué lengua les podemos decir que no? No hablamos inglés ni francés, ¿en qué lengua entiende Mareña?» y rematan, «con quien queremos hablar es con el gobierno del estado».
Hablan airosos los juchitecos, hombres y mujeres de la nación zapoteca que hace 157 años, un 5 de septiembre, derrotaran junto con otros pueblos, a los intervencionistas franceses que intentaban apoderarse del territorio istmeño. Hoy unidos también con pueblos de la cultura ikojt ratifican su postura de oposición al proyecto eólico de Mareña Renovables, el que pretende ser el más grande de América Latina.
Apertrechados en lo que fuera la ex hacienda del General juchiteco Heliodoro Charis Castro, se mantienen armados con palos y machetes, los hombres y mujeres binnizá de Álvaro Obregón, los de Santa Rosa de Lima, los de San Blas Atempa, de Unión Hidalgo, de Matías Romero y Tehuantepec hermanados con los de San Dionisio y San Mateo del Mar, unidos hoy en la defensa de su territorio.
Pedro López Orozco pareciera ser el líder, pero advierte que ellos no tienen un líder y que la voz de todos pesa igual, la de un hombre que la de una mujer y por ello también hablan Noé López Vásquez, Antonio Vásquez Gómez, Isidro Guerra López, José Santiago López, y un grupo de mujeres que eleva la voz para hacerse escuchar desde sus asientos, reunidos todos en círculo para hablar de lo que les duele, de lo que los mantiene en vela desde hace casi un año.
Son días difíciles admite Pedro, porque están seguros de que «la transnacional Mareña Renovables se quiere quedar con nuestro mar» y asegura que la empresa nunca llegó a hablarles como pueblo sobre lo que querían hacer y advierte que cualquier intento de la empresa por hacerlo ahora fallaría, porque nadie los va a aceptar.
-¿Ustedes creen que si les hubieran hablado antes para decirles lo que pensaban hacer los aceptarían?, se les pregunta… un Noooo, rotundo es la respuesta y una mujer agrega: «Si hubieran consultado a la gente, entonces les diríamos que definitivamente no y entonces Mareña no les daría el dinero a los comisariados, pero como no consultaron a la gente, le dieron dinero a los comisariados, no a los pescadores, no hay acuerdo».
LA AFECTACIÓN
Si bien la franja de tierra que se conoce como Barra Santa Teresa, bordeada por la laguna Superior y el Mar Tileme pertenece a los ikojts de San Dionisio del Mar, los pescadores y campesinos zapotecas de Álvaro Obregón aseguran que ellos serán los más afectados, porque ahí han pescado y pastoreado a sus animales desde antes de la llegada de los españoles hace más de 500 años.
Los pescadores y campesinos de Álvaro Obregón, que brindaron la entrevista en didxa zaa (lengua nube, el zapoteco), hablan como expertos del daño que sufrirán las aves migratorias a las que llaman (mani nisa, los pájaros que traen el agua) y destacan la afectación que la construcción de los muelles ocasionarían a los manglares, que es el área de alimento de peces y del camarón.
«¿Cómo pueden decir que no contaminarán nuestras lagunas… hay contaminación por ruido y contaminación visual, sí van a contaminar; no es cierto que sea energía limpia, no se necesita derramar algo para contaminar, el ruido constante también enferma, ahuyentará a los peces y el ruido cortará el eslabón de cadena alimenticia dentro del mar».
Pese a que la entrevista transcurrió al aire libre, en las ruinas sin techo de lo que fuera una hacienda construida por el general Charis hace casi un centenar de años, el ambiente es pesado, denso, hay crispación y coraje, la desconfianza flota en el ambiente, se percibe el miedo pero no es a la policía, ni a los soldados, es el miedo a la traición y al engaño.
MOLESTIA CONTRA EL GOBIERNO
Los juchitecos están sumamente molestos con el gobierno del estado por brindar su apoyo a la empresa Mareña Renovables y no escuchar la voz de quienes votaron por un cambio en el gobierno de Oaxaca. También están preocupados porque se les impedirá la pesca en la zona y el paso por la franja que ancestralmente han ocupado. ¿Entonces de qué vamos a vivir?, se cuestionan.
«Ellos como autoridad son los primeros que están violando la Constitución que hoy -5 de febrero- cumple un aniversario más, este gobierno no es una autoridad completa porque están violando un la ley de amparo y están queriendo pasar al territorio a pesar de eso. Por eso estamos aquí. No lo vamos a permitir», afirman.
Además, agregan que existe un acta en el que la empresa se comprometió a retirar dos vehículos de su propiedad que fueron destruidos durante una protesta y que se retirarían definitivamente pero no están cumpliendo.
«Ahora escuchamos en la radio que el Secretario General de Gobierno Jesús Martínez Álvarez, dijo que vino a Álvaro Obregón y que la gente ya aceptó que Mareña Renovables entre con su proyecto y eso es mentira, así como ya dijo que vino a nuestro pueblo, después va a decir que ya se hizo una asamblea donde se dio el consentimiento para que entre la empresa y con eso van a intentar «tirar» el amparo federal que nos dio el juez federal de Salina Cruz», indicaron.
«Lo único cierto que dijo Martínez Álvarez, es que ya no mandará a los policías estatales a reprimir, pues cuando se caiga el amparo a los que van a enviar es al ejército y a los marinos, porque tendrán una base para ello», advirtieron.
Los campesinos, ejidatarios, pescadores, las amas de casa y vendedoras de pescado, admiten que la desconfianza está en todos lados. «tuvimos confianza en Martínez Álvarez pero si ahora ya está mintiendo cómo vamos a confiar? Ya no tenemos confianza ni en nuestra sombra, dicen, y piden dialogar únicamente con el gobernador Gabino Cué.
«Que venga al pueblo, que nos escuche aquí donde vino a pedir el voto la primera vez que quiso ser gobernador, que escuche nuestra voz, que sepa por qué no queremos que entre Mareña Renovables», dijeron.
Luego señalaron, «si la empresa cree que con repartir dinero a los ejidatarios, que dar volantes y ofrecer empleo temporal con eso ya están cumpliendo con la consulta previa, libre e informada que marca el Convenio 169 de la OIT pues no, están equivocados, no es así» .
EL PROYECTO EÓLICO
El Proyecto del Parque San Dionisio de Mareña Renovables contempla la instalación de 102 aerogeneradores en territorio ikojt sobre la Barra Santa Teresa, 5 muelles (finalmente lo redujeron a dos) 30 aerogeneradores en Santa María del Mar, líneas de transmisión subterráneas, tres subestaciones eléctricas y dos plantas de concreto.
El 4 de diciembre de 2012, el Juez 7º de Distrito con sede en Salina Cruz otorgó un amparo a la comunidad de San Dionisio del Mar mediante el que se ordenó la suspensión provisional del Proyecto en la Barra Santa Teresa.
El pasado fin de semana elementos de la policía preventiva del estado y trabajadores de la transnacional entraron a la comunidad de Álvaro Obregón en dos ocasiones presuntamente para realizar un levantamiento topográfico, lo que suscitó un enfrentamiento con los pobladores que derivó en varios lesionados y dos detenidos que después fueron puestos en libertad.
Este domingo organizaciones no gubernamentales, de la sociedad civil y radiodifusoras comunitarias del Istmo organizarán en Juchitán una caravana cabalgata en solidaridad con el municipio de San Dionisio del Mar y contra el proyecto eólico. Amnistía Internacional emitió un mensaje en el que advierte que los activistas que se oponen a la construcción del proyecto eólico están en peligro y bajo amenaza.
Por su parte este día, en tribuna en la Cámara Local, el diputado por el PT Flavio Sosa pidió al gobierno encabezar el diálogo entre los pueblos de Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar con la empresa para que se cumpla con los compromisos internacionales en materia de derechos indígenas. Criticó los contratos leoninos aún vigentes de empresas eólicas como el caso de Preneal en Santa María del Mar donde pagan al año 115 pesos por hectárea, es decir, menos de diez pesos mensuales por cada diez mil metros cuadrados.
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