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Con respaldo de diversos pueblos del Istmo de Tehuantepec crece la oposición al proyecto eólico (II)

Fuentes: Rebelión

«Que el gobierno nos mate y entregue la tierra si es lo que quiere». Zapotecas *Cuando se acabe la tierra meterán aerogeneradores al mar: Montero Fuentes   Álvaro Obregón Juchitán, Oax.- 7 febrero 2013.- Lo que se ve y se sabe de la oposición de habitantes ikojts y zapotecas al millonario proyecto de la española […]

«Que el gobierno nos mate y entregue la tierra si es lo que quiere». Zapotecas

*Cuando se acabe la tierra meterán aerogeneradores al mar: Montero Fuentes

 

Álvaro Obregón Juchitán, Oax.- 7 febrero 2013.- Lo que se ve y se sabe de la oposición de habitantes ikojts y zapotecas al millonario proyecto de la española Mareña Renovables en sus tierras y lagunas, parece ser la punta de un iceberg y tal vez lo peor aún está por llegar.

Mientras los comuneros huaves o ikojst de San Dionisio resisten a los embates de la empresa, denuncian amenazas, bloquean, mantienen tomado el palacio, se movilizan y se enfrentan una y otra vez contra uniformados o contra sus propios hermanos de raza por su negativa a aceptar lo que denominan una imposición de intereses trasnacionales, en Juchitán, los zapotecas también cerraron el paso que la empresa vio como alternativa para sacar su línea de transmisión.

Son tres kilómetros de camino los que la empresa pagó a razón de 1.5 millones de pesos anuales y tres años por adelantado, a las autoridades agrarias del Ejido Charis y del Ejido Zapata, es decir, unos nueve millones de pesos tras las negociaciones en las que intervinieron Héctor Sánchez López y Leopoldo De Gyves de la Cruz. Antes, la empresa española pretendía pagar solo 250 mil pesos por año.

De acuerdo con la información proporcionada por el ejidatario Noé López, desde el 2005 cuando era la empresa Preneal quien impulsaba el proyecto en la zona, intentaron convencerlos en una asamblea pero los ejidatarios los rechazaron. Volvieron a intentarlo dos veces más, en 2006 y 2007 pero el rechazo fue unánime, entonces Audelio fungía como comisariado ejidal.

«La última vez muchos compañeros llegaron con su certificado parcelario bajo el brazo para entregarlo a la empresa pero les dije: compañero tú solo recibiste la tierra sin un centavo, tú también y tú y tú… los señalé y les dije, si ya no quieren trabajar la tierra, pongan sobre la mesa su certificado y váyanse, ya vendrán otros que sí la quieran trabajar.. qué dicen compañeros… y los ejidatarios dijeron de acuerdo… y ahí quedó todo; entonces la empresa se retiró».

Hasta ese momento, los ejidatarios creyeron que la empresa había desistido y tarde descubrieron que las negociaciones se comenzaron a hacer casa en casa y de manera directa con cada ejidatario, cuando se dieron cuenta, las tierras ya estaban comprometidas.

«Ya en 2011 nos dimos cuenta que el comisariado ya había «vendido» las tierras, quien sabe cuántas hectáreas, nunca hubo una asamblea general para aceptar el proyecto, ni la empresa ni el comisariado ejidal tienen un acta de asamblea de aprobación», asegura Noé.

-¿Y cómo obtuvieron la firma de los ejidatarios?

-No hay firmas, el ejido nunca acordó nada, solamente el presidente del comisariado nombró a un grupo de sinvergüenzas igual que él para organizar sus reuniones, pero no eran abiertas sino secretas, quien sabe dónde y de la noche a la mañana llegó Héctor Sánchez a decir que se iba a firmar un contrato, pero ¿cuál contrato? ¿Cuando se dio la anuencia? Ahí fue cuando nos peleamos con el comisariado, de esto, el 11 de febrero va a hacer un año.

Tras la firma, los inconformes intentaron indagar con cada ejidatario la información sobre los contratos, montos, superficie arrendada, por cuántos años, pero nadie sabía informar nada… nunca supieron ni saben de bien a bien, los términos de los contratos y sus cláusulas.

«Entonces nos levantamos con nuestra inconformidad, si no hay informe, si no hay consulta, si no nos toman en cuenta, si no consideran a los compañeros pescadores, entonces dijimos, aquí no van a pasar… son también nuestras tierras y no van a pasar».

Noé López advirtió que «si el gobierno insiste en engañarnos, en ignorarnos, si el gobierno quiere meterlos a la fuerza pues no se va a poder, si dicen que haya enfrentamiento, enfrentamiento va a haber aquí, nosotros estamos dispuestos a morir pero no entrarán aquí en nuestro mar».

En la guardia permanente que montan en la exhacienda del General Charis, permanecen un centenar, pero aseguran «si vinieras de día verías la cantidad de gente que está presente… no vamos a dejar que toquen este mar porque es como si fuera nuestra casa, de ahí vivimos desde hace años, de aquí comen nuestras familias, ¿de dónde viene Mareña para querer darnos un quinto y quedarse con nuestras tierras y con nuestra laguna?».

Y en efecto, pues es tradición que la laguna sea el refugio de los trabajadores, de a pie, de atarrayeros, de cayuqueros, de lancheros que contratan a sus hermanos desempleados cuando la crisis arrecia y el buen tiempo de lluvia llena de peces y camarones la laguna.

«Cuando no hay trabajo en ningún lado, ni en la refinería ni en obras, ¿a dónde van los campesinos y los pescadores?, pues al mar, de ahí viven los compañeros con sus familias, son miles de pescadores que serán afectados en todo alrededor… ahora si van a matar esa zona de pesca pues mejor que el gobierno nos mate a todos y que lo entregue si es lo que quiere».

«Nosotros peleamos para que Gabino (Cué) ganara la elección, para que fuera gobernador, ahora ¿qué nos está haciendo? Eso es una traición… todos aquí dicen que quieren hablar con Gabino, que Gabino lo va a arreglar… ¿dónde está Gabino ahora?, ¿qué nos está haciendo Gabino? ¿Dónde está el cambio de gobierno?», cuestiona con dureza.

Tajante sentencian sus compañeros: «Nosotros ya sabemos que el gobierno federal ya se puso de acuerdo con el gobierno estatal, ya están de acuerdo con la empresa, con los gobiernos municipales, con Profepa, con Semarnat, que ya tienen sus acuerdos, pero lo que no van a obtener nunca es el acuerdo con el pueblo de Álvaro Obregón… por eso lo digo tres veces, no van a entrar, no van a entrar, no van a entrar… muertos seremos para que ellos entren».

Los ejidatarios de Álvaro Obregón suman 284 según uno de los propios ejidatarios pero su autoridad aumentó el número para sacar provecho de los acuerdos. Hoy no despacha en la casa ejidal porque fue corrido por los ejidatarios inconformes con la firma del acuerdo. Sus reuniones ahora las hacen en la Escuela Secundaria General Siglo XXI pero ahora dicen «ni ahí lo vamos a dejar entrar».

Encima de esto, por si el conflicto que han generado los mecanismos de contratación y las anuencias conseguidas por la empresa para instalar sus aerogeneradores y pasar sus líneas de conducción de la energía no fueran suficiente problema para los habitantes de la región istmeña, Porfirio Montero Fuentes, personaje muy ligado a las empresas y dedicado a ubicar zonas de factibilidad para el desarrollo de proyectos eólicos advierte contundente:

«Las empresas todavía no han entrado a Chicapa de Castro, y en La Ventosa «hay más de 10 mil hectáreas de tierras disponibles», por lo que en marzo de 2012 en entrevista hecha vía telefónica para la Revista En Marcha, aseguró para tranquilizar a los pescadores: «La laguna no se va a tocar ahora porque todavía hay tierra firme, pero cuando se acabe la tierra se meterán aerogeneradores en las aguas y entonces…esos permisos, los dará el gobierno federal y no la gente». Por eso decimos que quizá lo peor aún esté por llegar.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.