Usar condón no es seguro, la llamada píldora del «día después» es abortiva y las campañas en pro de la tolerancia sexual promueven el homosexualismo. Estas son algunas de las ideas del secretario de Salud de México, José Córdova, que mantienen en alerta y nerviosos a activistas sociales y analistas. Pero la Iglesia Católica y […]
Usar condón no es seguro, la llamada píldora del «día después» es abortiva y las campañas en pro de la tolerancia sexual promueven el homosexualismo. Estas son algunas de las ideas del secretario de Salud de México, José Córdova, que mantienen en alerta y nerviosos a activistas sociales y analistas.
Pero la Iglesia Católica y organizaciones conservadores están contentas. Es que junto a Córdova, quien como legislador presidió entre 2003 y 2006 la Comisión de Salud del Parlamento, estos grupos se opusieron a las estrategias que en salud sexual impulsó el antecesor gobierno de Vicente Fox (2000-2006), del mismo conservador Partido Acción Nacional.
La designación de Córdova como secretario (ministro) de Salud del gobierno de Felipe Calderón, en funciones desde el 1 de diciembre, prendió las alarmas en los activistas.
«No hay ninguna buena señal con este funcionario, pues ha hecho designaciones de funcionarios cuestionables, emitió declaraciones sorprendentes sobre salud sexual y tiene antecedentes que hablan de su alto conservadurismo», dijo a IPS Axela Romero, directora del grupo no gubernamental y feminista Salud Integral para la Mujer.
«Estamos preocupados ante la posibilidad cierta de que con este gobierno haya un claro retroceso en los temas de salud pública», expresó Romero.
Aunque Fox, Calderón y Córdova son todos miembros del mismo conservador PAN, las políticas en salud sexual fueron bastante liberales en la gestión del anterior gobierno.
Con Fox se alentó el uso del preservativo, combatió contra la homofobia con campañas creativas y se incluyó a la píldora de anticoncepción de emergencia para evitar embarazos no deseados, conocida como la del «día después», en el cuadro básico de medicamentos disponibles para mujeres, entre otras medidas.
En una entrevista con el diario local Excelsior, publicada el 11 de enero, Córdova arremetió contra tales estrategias.
Sostuvo que este gobierno no debería promover tanto el uso del condón, pues a su entender alienta las relaciones sexuales de riesgo, sino la educación en el seno de la familia, que la impartiría con base a sus criterios y creencias. Además, declaró que las campañas contra la homofobia promueven el homosexualismo.
Un centenar de organizaciones sociales respondieron a esos pronunciamientos con un desplegado en los medios de comunicación que titularon «En salud, el oscurantismo mata» y en el que se declararon indignadas.
Tras la ola de críticas, la oficina de prensa de la secretaria de Salud emitió un comunicado en el que aseguró que mantendrá políticas de salud sexual diseñadas con «base a evidencia científica», y que continuará realizando campañas para prevenir los contagios de VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida, embarazos no deseados, y contra la discriminación sexual.
Pero las organizaciones no gubernamentales no quedaron satisfechas con esa aparente ratificación. Desde entonces vienen solicitando, aún sin éxito, una reunión con funcionarios para recibir explicaciones sobre cuál será la línea de trabajo del gobierno de Calderón en salud pública.
Algo similar pasó con legisladores de oposición, que según indicaron, llamarán pronto a comparecer a Córdova para que hable de sus planes.
«El secretario no ha rectificado en sus posturas, pero además vemos que está blindando el sector salud con funcionarios que no cumplen el perfil», señaló la directora de Salud Integral para la Mujer.
Córdova nombró como director de Asuntos Jurídicos de su secretaría a Bernardo Fernández, ex abogado de la católica Arquidiócesis de México y defensor jurídico del cardenal Norberto Ribera en acusaciones que pesan contra ese prelado como presunto cómplice en casos de pederastia, en los que está involucrado un sacerdote.
Fernández, quien también se ha pronunciado en contra de las campañas de educación sexual, es ahora el encargado de dictaminar jurídicamente toda estrategia o norma que se dicte en los ámbitos de salud pública.
Otro movimiento de personal en salud que despertó suspicacias de los activistas fue la destitución de Jorge Saavedra de la dirección del estatal Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida para ser sustituido por una persona de nula experiencia en la materia.
Saavedra era muy apreciado por las organizaciones de mujeres y de homosexuales.
Para la politóloga María Amparo Casar, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, está claro que el nuevo secretario de Salud «se propone enmendar la plana y corregir lo que según él fueron los excesos que se cometieron en el sexenio pasado porque, según él, la política de Fox no era de prevención sino de promoción de prácticas de mayor riesgo sexual».
El problema con este funcionario es que pretende llevar sus convicciones personales conservadoras al ámbito de las políticas públicas, advirtió Casar.
Cuando era legislador, el ahora secretario de Salud declaró que «la píldora del día después es un método anticonceptivo, un método abortivo, que además puede promover el libertinaje y la promiscuidad».
«Si se permite el uso indiscriminado de la píldora anticonceptiva de emergencia se va a permitir más libertinaje sexual y aumentará el riesgo de contagio del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida», expresó.
Tal postura lo llevo a hacer mancuerna con la Iglesia Católica y el grupo antiabortista Provida en su oposición a la promoción del uso de esa píldora y a otras estrategias de salud sexual y reproductiva del gobierno de Fox. No obstante su activismo y protestas, no lograron evitar que esas políticas siguieran adelante.
En los avisos radiofónicos que se difundieron durante la gestión de Fox aparecían gays y lesbianas en situaciones normales. En ellos, los protagonistas conversaban con naturalidad con sus papás acerca de sus parejas del mismo sexo.
«La igualdad comienza cuando reconocemos que todos tenemos derecho a ser diferentes», era la frase que acompañaba a esas piezas.
Con trabajo, campañas públicas y demandas al gobierno, «no dejaremos que México retroceda en sus políticas de salud pública sexual y de tolerancia», advirtió Romero.
Como candidato, Calderón dijo que no era partidario de la eutanasia, la píldora del día siguiente, las sociedades conyugales homosexuales y el aborto, pero prometió que sus creencias personales no interferirían con la legalidad vigente, con las decisiones del parlamento o con las políticas de Estado.
Está por verse sí así ocurrirá o si su secretario de Salud logra dar un viraje hacia sus posturas conservadoras.