Mediante un acuerdo entre las fuerzas políticas y las bancadas departamentales, negociado durante casi 96 horas bajo la coordinación del Vicepresidente la República y Presidente del Congreso Alvaro García Linera, el parlamento boliviano solucionó el impasse provocado por la ausencia de una mayoría calificada que impusiera en el hemiciclo la convocatoria a la Asamblea Constituyente. […]
Mediante un acuerdo entre las fuerzas políticas y las bancadas departamentales, negociado durante casi 96 horas bajo la coordinación del Vicepresidente la República y Presidente del Congreso Alvaro García Linera, el parlamento boliviano solucionó el impasse provocado por la ausencia de una mayoría calificada que impusiera en el hemiciclo la convocatoria a la Asamblea Constituyente.
El Movimiento al Socialismo -MAS- no contaba con el número de votos suficientes para que su propuesta -presentada por el propio presidente Evo Morales- de una constituyente con tres representantes por circunscripción electoral (210 en total) se convirtiera en ley de la república.
La oposición, principalmente el grupo político PODEMOS derrotado en las elecciones del pasado diciembre, convirtió esta ocasión en una oportunidad para demostrar su capacidad de convertir su presencia parlamentaria en una fuente de incertidumbre sintetizada en la siguiente frase «sin nosotros y sin incluir el referéndum autonómico y vinculante, la constituyente no va».
Más de una veintena de proyectos que enfatizaron diversos aspectos relativos a representación, forma de elección, número de representantes, etc., se sumaron al debate no solo parlamentario sino también en los espacios de los movimientos sociales y otras organizaciones como los comités cívicos. No faltaron conatos de ultimátum y llamamientos a resistir y defender posiciones, incluida una convocatoria a la «lucha armada» por parte de un dirigente estudiantil de Santa Cruz de la Sierra.
Pero lo cierto es que, así como el MAS no contaba con los votos necesarios para aprobar la ley especial de convocatoria a la Asamblea Constituyente, PODEMOS tampoco tenía posibilidad de imponer la propuesta de referéndum autonómico vinculante departamentalmente tal como había sido modelada por el Comité Cívico de Santa Cruz.
El desempate del debate y la búsqueda de un acuerdo se impusieron y se escogió las oficinas de la vicepresidencia de la república en reemplazo o en paralelo a la plaza pública, las cabinas radiofónicas o los estudios de televisión. Todo indica que las fuerzas políticas han debido evaluar que no existían condiciones para convertir lo dicho en alguna plaza pública, radio o TV., en movilizaciones masivas y sostenidas para imponer tal o cual posición.
El consenso -o más bien su búsqueda- se convirtió en necesidad y obligación para poder controlar, además, algunos flancos paralelos que involucran al gobierno y a otros actores, por ejemplo, el relativo a la reducción del mercado para la producción de soya por efecto del tratado de libre comercio suscrito entre los presidentes de Colombia y Estados Unidos de América que ha enfrentado a los soyeros cruceños con el poder ejecutivo; la determinación que el gobierno debe tomar necesariamente acerca de la nacionalización de los hidrocarburos; y, otras áreas de potencial tensión como la referida a la abrogación de la ley de reforma educativa, demandada por el magisterio y prometida por el presidente de la república.
Una resolución congresal facilitó aprobar en el día las leyes de convocatoria de la Asamblea Constituyente y del referéndum autonómico.
La constituyente estará conformada por 255 integrantes, 210 elegidos en razón de 3 por circunscripción electoral (2 por primera mayoría y uno por segunda mayoría) y 5 por cada uno de los nueve departamentos del país.
El referéndum acerca de las autonomías se viabilizará mediante la pregunta: «¿Está de acuerdo, en el marco de la unidad nacional, en dar a la Asamblea Constituyente, el mandato vinculante para establecer un régimen de autonomía departamental aplicable inmediatamente después de la promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado en los departamentos donde este referéndum tenga mayoría de manera que sus autoridades sean elegidas directamente por los ciudadanos y reciban del Estado nacional competencias ejecutivas, atribuciones normativas administrativas y los recursos económicos financieros que les asigne la nueva Constitución Política del Estado y las leyes?».
Álvaro García Linera. Vicepresidente de la República y Presidente del Congreso, mientras esperaba la verificación del quórum de reglamento para iniciar la sesión de aprobación de los acuerdos alcanzados, expresó: «Es una victoria del país, todos los partidos han tenido que ceder algo para garantizar el futuro político del país. Es la acción más importante de este congreso, estamos en un gobierno y un proyecto de cambio y también en un congreso de cambio».
Antonio Peredo, presidente de la Comisión Especial de Constitución y senador del MAS, afirmó que los sueños iniciados una década atrás con la exigencia de la asamblea constituyente se están cumpliendo; «hoy recién, desde la fundación de la república, podemos decir que vamos a hacer una patria para todos» agregó.
Los representantes de la oposición, PODEMOS, Unidad Nacional y Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR, enfatizaron en la capacidad del congreso para flexibilizar posiciones y alcanzar el consenso.
El proyecto de convocatoria para la Asamblea Constituyente fue aprobado en sesión de congreso, el correspondiente al referéndum autonómico en sesión de cámaras. El Presidente Evo Morales se apresta a promulgar las leyes. Las fuerzas políticas con toda seguridad retomarán sus aprestos de campaña, esta vez apuntando a los 255 escaños de la próxima constituyente.
Hubo empate técnico. Pero, más allá del equilibrio, es posible afirmar que los estados de ánimo y las esperanzas colectivas se han fortalecido, la población esta re- descubriendo la posibilidad y la efectividad de sus representaciones políticas, y acompañarán con mayor conocimiento de causa y en forma más consciente las propuestas de las fuerzas políticas.
En este sentido sí se puede coincidir con García Linera: gana el país y nuevamente Bolivia muestra al mundo la capacidad de procesar sus conflictos y allanar el camino para uno de los ejes más importantes del cambio; el otro eje, la nacionalización de los hidrocarburos, continúa ahora en primer lugar en la lista de espera.