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Del empréstito Baring al Club de Paris

Continuidad y nuevo ciclo de endeudamiento

Fuentes: Agenciacta.org

Los primeros empréstitos a la República Argentina y su consiguiente ciclo de endeudamiento, datan del año 1822, cuando comienzan las primeras conversaciones con banqueros británicos, y concretado el 1 de julio 1824 entre el gobernador de Buenos Aires, Martin Rodríguez, el ministro de economía Bernardino Rivadavia y la Baring Brothers, por la suma de 1.000.000 […]

Los primeros empréstitos a la República Argentina y su consiguiente ciclo de endeudamiento, datan del año 1822, cuando comienzan las primeras conversaciones con banqueros británicos, y concretado el 1 de julio 1824 entre el gobernador de Buenos Aires, Martin Rodríguez, el ministro de economía Bernardino Rivadavia y la Baring Brothers, por la suma de 1.000.000 de libras esterlinas, equivalente a 5.000.000 de pesos fuertes. (1)

En esa operación, los ingleses descontaron 130.000 libras en concepto de anualidades adelantadas, pero como la operación se pactó al 70%, a Buenos Aires llegaron remesas por solamente 570.000 libras esterlinas, de las cuales fueron 96.613 libras en oro, y «el resto en letras de cambio contra comerciantes ingleses y otros vernáculos que supuestamente debían pagarlas. Los intermediarios de la operación, negociaron los títulos en Londres al 85%, es decir que se quedaron con una ganancia de 120.000 libras.» (2)

Este primer acto de enajenación y saqueo fue pagado por la nación 14 veces a su valor real, además de haberse liquidado en 1828 la escuadra naval y dos fragatas que se estaban construyendo en Inglaterra.

El empréstito Bering se terminó de pagar recién en 1904.

Detrás de este acuerdo se construye un aceitado mecanismo de corrupción que se queda con parte de este préstamo, y nunca se realizan ni el puerto, ni la extensión de agua potable para el que fue pedido.

Las coincidencias contemporáneas son sorprendentes, la historia se repite sistemáticamente, y reproduce un círculo vicioso del cual se hace imposible salir.

El empréstito de la Baring Brothers, muestra el carácter de geopolítica para la dependencia aplicado por Inglaterra y pensado para atar de pies y manos el desarrollo de nuestras naciones nuestramericanas, pero también el vínculo entre esta, y las políticas de anatomía entregadora de los regímenes nacionales, como también la utilización de los créditos internacionales en infraestructura para beneficio de las corporaciones extranjeras asentadas en nuestro país.

La expansión financiera mundial y la geopolítica global actual, redunda en una misma metodología a través del tiempo; el recubrimiento infranqueable e indemne de la deuda externa y su relación directa con las necesidades del imperialismo múltiple global y sus corporaciones. La instalación de una política de reciclado de deuda no ha variado sustancialmente en el tiempo, su sentido de sujeción y dependencia perdura y se acrecienta cada vez con mayor intensidad.

Para el empréstito Baring, Rivadavia garantizó el pago de esa deuda con las tierras públicas de Buenos Aires (Ley de Enfiteusis), además de bienes inmuebles de propiedad pública cuya enajenación se prohíbe constitucionalmente.(3) Las cláusulas de confidencialidad y el carácter secreto del acuerdo con la Baring Brothers nos remonta a la actualidad, y el matiz de claudicación a las pautas de la globalización capitalista financiera mundial, como sello histórico de nuestros gobiernos, engrilla nuestra soberanía y la ata a los acuerdos con los organismos internacionales y la banca privada imperialista.

Carlos Pellegrini decía en el Senado de la Nación en 1901: » Hoy la Nación no solo tiene afectada su deuda exterior, el servicio de renta de la Aduana, sino que tiene dadas en prenda sus propiedades; no puede disponer libremente ni de sus ferrocarriles, ni de sus cloacas, ni de sus aguas corrientes, ni de la tierra de su puerto, ni del puerto mismo, porque todo está afectado a los acreedores extranjeros»

El arreglo del pago a los acreedores enrolados en el llamado Club de Paris, básicamente compañías transnacionales, tiene también clausulas secretas que condicionan a la Argentina a los designios imperiales de hegemonizar el poder, pudiendo disponer sobre nuestros territorios y sus bienes naturales, a través de acuerdos de «inversión» de estas compañías, fundamentalmente sobre el rubro energético.

Un elemento significativo a tener en cuenta, y que difiere de otras negociaciones, es que el gobierno argentino, en este caso, se compromete a pagar, pero con la condición de que las empresas con las que arregla inviertan en Argentina, fundamentalmente compañías como Siemens, Westinghouse o General Electric, además de Chevron; en sentido, la factibilidad de los acuerdos está siempre condicionada, a los designios de la clase capitalista global y sus corporaciones. Vale decir, que el problema de la deuda, donde el empréstito de Baring es significativamente importante, muestra simbólica y materialmente como los países imperiales, desde Inglaterra a mediados del 1800, hasta nuestros días con los EEUU y sus corporaciones, han condicionado inteligentemente nuestras economías. Pero también hay que dejar en claro, que la necesidad de endeudamiento y su consiguiente dinámica de re endeudamiento, responde a la geopolítica de dependencia generada por las necesidades de reproducción y regeneración del patrón de acumulación capitalista contemporáneo, y que sus adaptaciones casi «ergonómicas», requieren necesariamente del involucramiento de las castas políticas y la representación local de la clase dominante,(4) las cuales son retribuidas con suculentos incentivos secretos, tan secretos como las clausulas en que se encaraman.

«En ningún momento los Kirchner negaron pagar a los bonistas y al Club de París, siempre han hecho bien los deberes ¿Por qué no seguir haciéndolo ahora? Para cumplir un nuevo ciclo de endeudamiento, el Estado tiene que pagar a los bonistas y al Club de París, eso es seguro». (5)

Nada indica que no existan intenciones de pagar a la usura internacional; el actual gobierno ha pagado, de manera constante y sonante sumas siderales de deuda ilegitima, y ha «legitimado» con esto, una deuda fraudulenta y usuraria.

Endeudadores y endeudados, un juego secreto a toda voz…

La decisión de la Procuradora de la nación Gils Carbo, de blindar toda intención de embargo, por parte del país hermano Ecuador contra la estadounidense Chevron, da cuenta de la magnitud que tiene para el país del norte, el acuerdo del gobierno argentino y la mega extractivista norteamericana, pero ante todo muestra una política estratégica totalmente acomodada a los mandatos de EEUU y su intensión de expansión de su matriz de hidrocarburos en los 5 continentes, una política de saqueo energético a escala global.

Para el ministro de economía, el gran logro fue llegar a un acuerdo con el Club de Paris, sin la intervención del FMI; pero en el mismo momento Alejandro Werner, Director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, informaba los avances del equipo de dicho organismo, en la confección del primer informe sobre las nuevas estadísticas argentinas, que están siendo analizadas desde enero por el organismo (6). El informe difundido se refiere a la primera evaluación hecha por los técnicos del organismo, sobre la implementación del nuevo índice de precios al consumidor y el producto bruto interno.

Las cláusulas de confidencialidad y el secreto como modus operandi, forman parte del protocolo de entrega que las complicidades locales implementan a la hora de los acuerdos, a pesar del artículo 75 inciso séptimo de la constitución, y las leyes de administración financiera y presupuesto que prohíben estos procedimientos.

El acuerdo con el llamado Club de Paris no establece quita de deuda, se incorporan todos los punitorios, es aproximadamente el 59% de aumento de deuda, se reducen significativamente los plazos de pago y se blanquea deuda tomada por la dictadura militar, pero fundamentalmente se conceden todas las garantías financieras a las transnacionales interesadas en el negocio energético, reafirmado anteriormente con la aplicación actualizada de la ley de Inversiones Extranjeras, que contempla interiormente los TBI (Tratados Bilaterales de Inversión). Los TBI forman parte de una ingeniera de dependencia, que sienta jurisprudencia internacional (7), la pertenencia de Argentina al CIADI y la claudicación de nuestro país a la resolución de litigios arbitrarios en contra de la nación, como la inminente aceptación del pago a los acreedores internacionales en general, reinaugura incansablemente la lógica de la dependencia y un eterno endeudamiento, que en definitiva va a ser pagado con el sacrificio de los trabajadores y el pueblo.

Notas:

1 ASPECTOS HISTORICOS DE LA DEUDA EXTERNA ARGENTINA. Por Alejandro Olmos Gaona
2 Idem 1
3. Raúl Scalabrini Ortiz, cuestiones sobre El empréstito Baring.
4. .R. Gómez Mederos. Apartado de Génesis de un Conflicto. 2014
5. R. Gómez Mederos. La deuda Interna de la Deuda Externa. Delito de Ejecución Continuada.Rebelion.org. Diciembre de 2010.
6. Paula Lugones. Corresponsal en Washington. Diario Clarín. 6/6/2014.
7. Ley de Inversiones Extranjeras. Los parámetros contemporáneos de la dictadura. R. Gómez Mederos. 23/03/2014

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.