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Editorial de Argenpress. Fantasías animadas de ayer y hoy, presentan a: Aníbal Ibarra y la hora del juicio

Contra lo esperado, la Sala Juzgadora votó por la destitución

Fuentes: Argenpress

A pesar de la gestión de urgencia de Carlos «Chacho» Alvarez, para evitar la caída de su antiguo socio político en tiempos de amores aliancistas, por la que mantuvo una reunión el pasado lunes con la diputada Beatriz Baltroc (Autonomía Popular) en el CEPES (Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales), presidido por el también […]

A pesar de la gestión de urgencia de Carlos «Chacho» Alvarez, para evitar la caída de su antiguo socio político en tiempos de amores aliancistas, por la que mantuvo una reunión el pasado lunes con la diputada Beatriz Baltroc (Autonomía Popular) en el CEPES (Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales), presidido por el también titular del MERCOSUR, los otros votos hasta hoy no definidos de Daniel Amoroso, Gerardo Romagnoli y Elio Rebot, completaron la mayoría necesaria para expulsar al cuestionado Aníbal Ibarra de la gobernación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La sesión que inició pasadas las 13:00 horas en la sede legislativa porteña, mantuvo una tensa calma entre los presentes hasta llegada la fundamentación en la que el diputado por el Frente para la Victoria, Elio Rebot, dio su voto por la negativa en la continuidad de Ibarra en su puesto, aludiendo entre otros motivos a la cadena de responsabilidades políticas de los funcionarios ligados a la familia ibarrista. Entre ellos, el subsecretario de Justicia y Trabajo, Marcelo Antuña.

Sólo se permitió la presencia en el recinto de alrededor de cincuenta familiares críticos al ex gobernador enjuiciado, más quince que propiciaban la continuidad del mismo. El resto de los simpatizantes de Ibarra debieron mirar desde bares aledaños la televisación de las exposiciones. Lo mismo ocurrió con un importante número de allegados de las víctimas y militantes sociales y políticos, concentrados también a la espera del veredicto.

La fachada

Desde el inicio del proceso de enjuiciamiento promovido por la derecha porteña, hoy encolumnada tras la figura del inconsistente Mauricio Macri, que entre su imposibilidad dialéctica y restricciones oratorias, nunca pudo solventar fundamentos contundentes en las acusaciones contra su adversario en la disputa por la comuna más rica del país. La farsa terminó favoreciéndolo, no obstante ello no fue por mérito de sus legisladores, sino de la otra pantomima armada por el oficialismo que cerró su telón el jueves último con la triste puesta en escena de un movimiento de masas acarreado en micros escolares y prebendas políticas.

Lo cierto es que a pesar de las no pocas encuestas de opinión pública dadas a conocer por los principales medios de comunicación que indicaron una fuerte imagen positiva sobre el ex jefe porteño, no hubo pronunciamiento popular alguno luego de los resultados que lo apartaron del cargo y que, unos meses atrás, cuando intentó frenar su caída con un llamado a plebiscito, juntó un número insignificante de firmas. Por lo cual, puede suponerse que los sondeos estuvieron mal diseñados, realizados en sectores poco representativos o comprados como estrategia de marketing publicitario.

Los votos en contra fueron, además de los legisladores mencionados, los de Héctor Bidonde, Roberto Destéfano, Facundo Di Filippo, Silvia Majdalani, Marcelo Meis, Florencia Polimeni y Guillermo Smith. En tanto, la camaleónica Beatriz Baltroc se sumó al bloque de apoyo a Ibarra, integrado por Laura Moresi, Sebastián Gramajo y Norberto La Porta. Una vez que la suerte fue echada, el restante y número quince en el listado Elvio Vitali mutó hacia la abstención.

Sobre golpes y golpistas

Besos y abrazos entre sus adeptos le siguieron a Ibarra, que cerca de las 18:30 borró el gesto amargo del semblante ante las cámaras, escoltado por su defensor Julio Cesar Strassera, para fundamentar las irregularidades supuestamente cometidas en un «estado de derecho», apostando a futuros reclamos judiciales. En tanto arremetió una vez más contra el «oportunismo» en un mecanismo de juicio político, avalado y promovido por él mismo en la sanción de la Constitución de la Ciudad durante el año 1996.

Semanas atrás, un grupo de peones del ajedrez ibarrista lanzó en el recinto legislativo panfletos con la foto del presidente del bloque macrista, el ultraclerical Santiago de Estrada y virtual presidente del cuerpo, junto al dictador Jorge Rafael Videla cuando uno fuera presidente de facto y el otro subsecretario de Estado.

Por su parte el alfil del socialismo, Norberto La Porta, continuó en esa línea con media docena de citas a personajes ilustres aludiendo a la pretérita conformación de las instituciones democráticas, entre los que nombró a Juan B. Justo, Alfredo L. Palacios y Julio V. González.

«No quiero nunca más un Cromagnon», contestó el transversal Elio Rebot a las falacias retóricas del supuesto «golpe institucional», en una argumentación donde acusó a Ibarra de canibalismo, al comparar la Sala Juzgadora con el terrorismo de Estado.

En caso de unir historia y política o política e historia, no escapa a la memoria que el propio La Porta, como seguidor de Américo Ghioldi elogió en los años ’80 al general Roberto Eduardo Viola y el Proceso de Reorganización Nacional, en sus escritos del periódico La Vanguardia, cuando su mentor político fungía como embajador de esa dictadura en Portugal. Sumado a este pasado poco claro aún la Justicia electoral investiga si hubo o no fraude en las elecciones internas de su partido por las que aspiró sin éxito a una banca como diputado nacional.

Como toda representación teatral siempre permanecen ocultas las técnicas y ardides pergeñados con las que sus principales actores montan la escena. Tal vez, por ello Aníbal Ibarra no fue inhabilitado para el ejercicio por diez años en la función pública, contemplado en la acusación. Así Ibarra si hace bien los deberes podrá intentar al menos resucitar políticamente en algún cargo al estilo de Carlos «Chacho» Alvarez. Puesto al que seguramente no llegará por mérito, concurso de oposiciones o voto popular.

No obstante la farsa, aún late en las calles porteñas a catorce meses de las 194 muertes en Cromagnon, el grito de los familiares y amigos de las víctimas: «Los chicos presentes… Ahora y siempre».