Los conflictos sindicales en los medios de comunicación sufren de la censura de esas mismas empresas. Una suerte de pacto de silencio entre sus propietarios hace que los reclamos de los trabajadores de prensa tengan muy poca difusión. En estos días los trabajadores de la oficial Télam y de Noticias Argentinas reclaman por sus derechos. […]
Los conflictos sindicales en los medios de comunicación sufren de la censura de esas mismas empresas. Una suerte de pacto de silencio entre sus propietarios hace que los reclamos de los trabajadores de prensa tengan muy poca difusión.
En estos días los trabajadores de la oficial Télam y de Noticias Argentinas reclaman por sus derechos. Muchos medios gráficos, radiales y televisivos dependen de la información que estas agencias de noticias proveen.
Este miércoles se cumplen 30 días del conflicto en Télam, la agencia del Estado. Los trabajadores organizan un abrazo al edificio de Bolivar 531 «para reclamar la reincorporación de nuestros compañeros Jorge Azar y Hernán Pereyra, que fueron injusta y arteramente despedidos por el presidente de la empresa, Martín Granovsky. Como en las anteriores ocasiones, contaremos con la presencia de legisladores nacionales y locales; dirigentes sociales, políticos y de los organismos defensores de los derechos humanos, artistas, intelectuales y muchas otras personas que comparten la idea de que Télam debe ser una agencia de noticias nacional, al servicio del país y no de las ambiciones de ningún funcionario ambicioso».
Por su parte, en Noticias Argentinas -una agencia que es propiedad de los empresarios platenses Raúl Kraiselburd y Fransisco Fascetto, dueños también de El Día, El Plata y Diario Popular- los trabajadores empiezan a reclamar lo que les pertenece. «Nos declaramos en estado de Asamblea Permanente y pedimos la intervención del Ministerio de Trabajo, ante la persistente negativa de la empresa a tratar una verdadera recomposición salarial que permita mejorar nuestros bajos y atrasados ingresos. Si la empresa persiste en su posición no descartamos iniciar medidas de fuerza», anunciaron.
Son muy pocos los trabajadores de prensa que ganan por encima de la canasta mínima de 1.800 pesos. Por ejemplo, en medios como Diario Popular, el salario promedio es de 1.000 pesos. El año pasado, ante los reclamos que se generaron en este matutino, la patronal amenazó uno por uno a los trabajadores con despidos. Lógicamente, esto conspiró contra el estado de asamblea permanente que los trabajadores habían declarado.
«Cuando queremos reclamar, nos enfrentamos a patronales acostumbradas a la impunidad y a la prepotencia. La amenaza de despidos suele complicar la posibilidad de peticionar y de ejercer el derecho a la huelga. Sin embargo, la UTBA se ausenta: no llama a paritarias, no internviene en los conflictos sino simbólicamente y no se hace cargo de que sus afiliados somos de los peores pagos del mercado laboral.», declaró a Indymedia Trabajadores un empleado de un medio de comunicación que no quiso dar su nombre para preservar su fuente de trabajo.
«En un contexto de flexibilización y persecusión crecientes, los trabajadores de prensa damos la lucha por los salarios y contra los despidos. El desafío es romper el cerco mediático», agregó el trabajador de prensa para luego llamar a que «traten de difundir esto por todos los medios posibles».