Palabras del delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN
COPAI-México.
I. La Otra Campaña en el norte de México: decir «Oaxaca» arriba y abajo
Cientos de detenidas y detenidos ilegalmente, decenas de desaparecidos, torturas, cateos, golpes. Hombres y mujeres jóvenes, indígenas, niños y niñas, ancianos y ancianas. Como quien dice: el pueblo oaxaqueño abajo. Arriba la Policía Federal Preventiva, los paramilitares de Ulises Ruiz, los grandes medios de comunicación, la clase política.
Callar frente a eso es decir «Oaxaca» desde arriba, y desde arriba hacer las cuentas alegres… e idiotas.
Porque allá arriba se aprestan a declarar que todo volvió a la normalidad y que el «conflicto» está controlado porque han sido detenidos «los dirigentes», como si ese movimiento tuviera «líderes» para ser comprados o presos o muertos. Dicen que ahora hay que voltear hacia otro lado. Es decir, no dejar de ver hacia arriba, hacia la parafernalia del poder político, hacia sus simulaciones, su aparentar que mandan y ordenan mientras el verdadero Poder da la orden del día a sus medios de comunicación, comentaristas, locutores, artistas, intelectuales, jefes de policía, mandos militares y paramilitares.
Decir «Oaxaca» abajo es decir compañera y compañero, es acoger a quien es perseguido, es movilizar las fuerzas propias para la presentación de los desaparecidos, para la liberación de las detenidas y detenidos, es informar, es llamar a la solidaridad y el apoyo internacionales, es no callar, es decir este dolor sureño y señalar que se extiende por todo el país y más allá de las fronteras de los cuatro lados, como si fuera por abajo donde se nombran, se hablan, se escuchan, se caminan los dolores.
Oaxaca se extiende en el dolor, pero también en la lucha. Pedazos de ese pueblo, como si de un rompecabezas se tratara, se reparten por todo el territorio nacional y más allá de un límite geográfico que, al menos en el norte, es más ridículo que nunca.
Durante los dos meses que tardamos en caminar las diferentes esquinas del norte mexicano, Oaxaca fue apareciendo una y otra vez. Y se vestía de dolor y rabia, y nos hablaba y nos miraba.
Y la Otra escuchó y escucha, y tiende los brazos como los tendieron, en solidaridad con Oaxaca, los límites de zapatistas que en dos ocasiones paralizaron los caminos de Chiapas, y las Otras en todos los rincones del México de Abajo, y los otros y otras en las esquinas del mundo. Como los tienden. Como los seguirán tendiendo aunque nadie lleve la cuenta, como no sea el espejo fragmentado que somos quienes nadie somos.
Frente a Oaxaca, para Oaxaca y por Oaxaca, decimos:
COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDIGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL. MEXICO.
2 de diciembre de 2006.
Al pueblo de México:
A los pueblos del mundo:
Hermanos y hermanas:
El ataque que sufrió y sufre nuestro hermano pueblo de Oaxaca no puede ser ignorado por quienes luchamos por libertad, justicia y democracia en todos los rincones del planeta.
Por eso, el EZLN llama a toda persona honesta, en México y en el mundo, para que se inicien, desde ya, acciones continuas de solidaridad y apoyo al pueblo oaxaqueño, con las siguientes demandas:
Por la representación con vida de los desaparecidos, por la liberación de las detenidas y detenidos, por la salida de Ulises Ruiz y las fuerzas federales de Oaxaca, por el castigo a los culpables de las torturas, violaciones y asesinatos. En suma: por la libertad, democracia y justicia para el pueblo de Oaxaca.
Llamamos a que en esta campaña internacional se diga, de todas las formas y en todos los lugares posibles, lo que ocurrió y ocurre en Oaxaca, cada quien en su modo, tiempo y lugar.
Llamamos a que estas acciones confluyan en una movilización mundial por Oaxaca el día 22 de diciembre de 2006.
El pueblo oaxaqueño no está solo. Hay que decirlo y demostrarlo, a él y a todos.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Libertación Nacional.
México.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, diciembre de 2006.
II. 45 mil kilómetros en (Otra) campaña
En su participación en la primera etapa de la Otra Campaña, la Comisión Sexta del EZLN recorrió alrededor de 45 mil kilómetros (47 mil 890, apuntó alguien que llevó la cuenta) en territorio de lo que ya podemos llamar, con conocimiento de causa, efecto y destino, el Otro México, el de los de abajo.
Lo que vimos y escuchamos no sólo echó por tierra aquello de los 31 estados y un Distrito Federal, ya que nos encontramos con compañeros y compañeras de, al menos, 35 entidades: las 32 de la geografía de arriba, más la Comarca Lagunera, la Huasteca y esa entidad que crece en identidad propia al norte del río Bravo.
El aliento que mueve a la Otra Campaña es tan grande que no cabe ni dentro de las fronteras: al norte del río Bravo hay otro México.
«Nunca perderemos. Estamos aquí. Vamos a estar aquí siempre», dice una niña chicana que sabe lo que dice.
Escuchamos y vimos muchos Méxicos, con colores y lenguas distintas, con pasos diferentes. Y con ellos nos dimos cuenta que todos se hacen uno al hablar el dolor y actuar la rebeldía.
A pie, en moto, en caballo, en bicicleta, en auto, en tren y en barco, hicimos 45 mil kilómetros de campaña muy otra y, para usar las palabras de una mujer indígena rarámuri, en la sierra Tarahumara, «vimos la enfermedad y ahí mismo encontramos la medicina».
Con luz propia brilló el dolor, y empezó a cintilar el árbol de la resistencia que abajo está enraizado desde siglos.
No podemos seguir resistiendo solos, cada quien por su lado. Necesitamos unirnos, por nosotros y por todos.
En pocas palabras, México sólo podrá vivir si vive el México de abajo.
Y en México de abajo sólo podrá vivir con la libertad de l@s pres@s de Atenco, la de tod@s l@s pres@s políticos del país, la presentación con vida de l@s desaparecid@s y la cancelación de todas las órdenes de aprehensión en contra de luchador@s sociales.
III. Ni azul ni amarillo, el Otro Norte también existe
Las cuatro ruedas del capitalismo: despojo, desprecio, explotación y represión, unen abajo lo que arriba dividen basados en encuestas y deseos azules y amarillos.
La Otra Campaña ha recuperado al país, ha descubierto que el norte es también México.
Algunos botones de muestra:
Hay una línea arriba que une a Teacapán y Dautillo, en Sinaloa, con Isla Mujeres, en Quintana Roo, y Puerto Progreso, en Yucatán; a Joaquín Amaro y San Isidro, en Chiapas, con Matamoros, en Tamaulipas, y El Mayor, en Baja California.
En estas ocho esquinas del México de abajo, familias de pescadores son perseguidas por trabajar. Así se da la criminalización del trabajo, bajo la coartada del cuidado del medio ambiente.
La política ambiental de los gobiernos neoliberales, tanto el federal como los estatales y municipales, es de destrucción de la naturaleza… o de arrebatarla a sus legítimos guardianes para entregarla a la voracidad de las grandes empresas.
Por otro lado, en tres estados, Sonora, Zacatecas y San Luis Potosí, gobernados por el PRI, el PRD y el PAN, respectivamente, se puede constatar lo que representa eso de «mantener las variables macroeconómicas».
En ellos se da la destrucción del campo mexicano y el despoblamiento por la expulsión de millones de mexicanos hacia Estados Unidos. Y la reconstrucción de las viejas haciendas porfiristas y su redoblamiento con migrantes indígenas de los estados del sur y el sureste de México.
En México, la «modernidad» es volver a la época porfirista.
IV. Después del siglo XX, arriba sigue… el siglo XIX
La máquina de hacer mercancías se esconde en la causa pero no en el efecto. Tras el mercado y tras el salario se oculta el núcleo fuerte del sistema: la propiedad privada de los medios de producción y de cambio.
La nuevas naciones que participan en la neoconquista de México están formadas por los bancos, las industrias y el comercio, todos extranjeros. Y sus ejércitos de conquista y ocupación son diputados, senadores, presidentes municipales, diputados locales, gobernadores, presidentes de la República, secretarios de Estado.
Esta es la historia presente que une al México del norte, centro y sur. Los tiempos de fin del siglo XIX e inicios del XX han regresado:
Despojo de tierras.
Destrucción de la cultura y la historia.
Destrucción de la naturaleza.
Destrucción del tejido comunitario.
Destrucción de la cultura organizativa.
Violencia de género contra las mujeres, intrafamiliar, social, cultural e institucional.
Desprecio a l@s mayores, l@s ancian@s.
Mercantilización de la niñez.
Criminalización de la juventud.
Privatización de la enseñanza media superior y superior.
Desmantelamiento del sistema educativo primario y secundario.
Desmantelamiento de la seguridad social.
Destrucción y reconstrucción de las condiciones laborales, para volverlas al tiempo de Porfirio Díaz.
Arrinconamiento del comercio ambulante y asfixia del pequeño y mediano comercio; para beneficio del gran capital co-mercial extranjero.
Desprecio y represión contra la diferencia sexual, inclusive dentro de la izquierda.
Autismo perverso de los grandes medios de comunicación.
«El hambre tumba, pero la dignidad indígena levanta», nos dijo una mujer indígena, jefa de los kumiai.
En México se trabaja para no morir y se muere en el trabajo.
V. Somos quienes somos
El cuerpo principal de la Otra Campaña son indígenas, jóvenes y mujeres. Trabajador@s del campo y la ciudad, tod@s ell@s.
En el norte encontramos a Oaxaca en los triquis, mixtecos y zapotecos; y también a kumiais, kiliwas, kukapás, tohono o’odham o papágos, comca’ac o seris, pimas, yaquis, mayos yoreme, rarámuris, caxacanes, coras, wixaritari, kikapús, maskovos, teenek, pames, nahuas, chichimecas, tepehuanos, guarijios.
En los pueblos, tribus y naciones indígenas del norte es más frecuente y natural encontrar a mujeres como jefas, dirigentes y líderes.
«Queremos seguir siendo lo que somos», nos dijo una indígena rarámuri. Y lo podría haber dicho un joven, una jóvena, una mujer.
«Que camine la voz, para darle fuerza a este mundo», dice la mujer, joven e indígena en el norte de México.
VI. Abajo, un corazón se conoce
La lucha anticapitalista no nace con la Sexta Declaración y la Otra Campaña; ha seguido y sigue muchos caminos en organizaciones políticas, sociales, no gubernamentales, pueblos indios, colectivos, grupos, familias e individuos.
La Sexta y la Otra han sido el llamado a encontrarnos, conocernos, respetarnos, unirnos.
Y se logró.
Ahora debemos todos, todas, responder como la Otra Campaña quiénes somos, dónde estamos, cómo vemos México y el mundo, qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
Por eso estamos invitando a la consulta interna del 4 al 10 de diciembre de este año.
La Otra Campaña no es otra lucha abajo, es la de cada quien, pero tendiendo otros lazos, los de la solidaridad y el apoyo, los del mismo dolor e idéntica rebeldía, los del respeto, los de las diferencias conociéndose y reconociéndose.
El Otro México empieza abajo. Y no termina hasta que se rehaga, porque falta lo que falta.
La Otra Campaña se hace Otra frente al arriba y a sus espejos. No vamos a confluir ni a unirnos. Quienes se oponen a Calderón desde arriba no buscan un cambio de país, sino llegar al Poder. Quienes nos oponemos a Calderón desde abajo, estamos en contra de todo lo que allá arriba simula ideas y practica desprecios.
El oficial será derrocado, y el «legítimo» también, y lo mismo el nombre que tome quien suponga que todo volverá a ser igual y que de arriba se decide por y contra lo de abajo, para administrar la misma pesadilla que padecemos.
Este país está lleno de esquinas, de rincones. De ahí, y no de los palacios, de las sedes de gobierno y búnkers de la clase política, saldrá, crecerá y será otra alternativa.
Todo el país vive en una cárcel, pero hay cárceles que parecen y son prisiones. Por eso la lucha por la presentación con vida de los desaparecidos, la libertad para l@s pres@s de Atenco, y ahora de Oaxaca, deben ser parte de una campaña nacional.
Junto a esto, se pueden levantar movimientos nacionales contra las altas tarifas eléctricas, la defensa y protección del medio ambiente y la promoción del co-mercio ambulante y pequeño comercio, así como el boicot al gran comercio.
Como zapatistas llamamos la atención sobre lo que tienen de aporte la luchas anticapitalistas de grupos y colectivos anarquistas y libertarios en su autogestión.
En Chihuahua nos platicaron de los tlatoleros, los mensajeros indígenas que recorrían los pueblos invitando a levantarse contra el virreinato. De una u otra forma, hemos sido y seremos eso.
Mientras quienes miraron hacia arriba vuelven a lo cotidiano y al tema de moda, la Otra Campaña se mira a sí misma, se define, se prepara.
Arriba miran, hablan y preguntan por el 2012. Abajo la Otra Campaña seguirá preguntando quién y qué en el Programa Nacional de Lucha, después el cómo y cuándo. Entonces el calendario de arriba será roto y seguirá otro de abajo y a la izquierda.
Llegó la hora. Seremos lo que somos, pero otros mejores.
Hay que despertar.
Subcomandante Insurgente Marcos.
Comisión Sexta del EZLN.
Delegado Zero.
México, diciembre de 2006.
P.D. En el cuartito sin ventanas de Sombra, sólo el reloj permite distinguir al día de la noche. Ahí siempre es madrugada. Sombra se prepara ahora para volver a las sombras que lo nacieron y lo alimentan. Hace cuentas y recuentos. Se acomoda de nuevo el corazón rompido y lleno de cicatrices y remiendos. Leva anclas, despliega velas. Otro país lleva pegado en los pies, en la piel, en los oídos y en la mirada. Lleva un dolor y una rabia que no cabe en las palabras de todas las lenguas. En las montañas del sureste mexicano, en el moreno corazón colectivo que manda, espera una respuesta que ya conoce desde hace siglos: hay que amanecer, como de por sí amanece, es decir, con dolor y con rabia. Sombra sabe lo que escuchará de la morena montaña que
lo guía. Dando alivio al dolor y esperanza a la rabia, en lengua ancestral dirá: «No preocupas mucho, no tengas pena, que no esté triste el corazón de nuestra Patria, porque todavía falta lo que falta».