El efecto de «shock de confianza» como lo llamó el gobierno al pago al Club de París con el que buscaba calmar las presiones del establishment financiero internacional, se diluyó por la profundización de la crisis internacional con epicentro en EE.UU. y porque los sectores de las finanzas lo consideraron insuficiente. El gobierno se muestra […]
El efecto de «shock de confianza» como lo llamó el gobierno al pago al Club de París con el que buscaba calmar las presiones del establishment financiero internacional, se diluyó por la profundización de la crisis internacional con epicentro en EE.UU. y porque los sectores de las finanzas lo consideraron insuficiente. El gobierno se muestra dispuesto a ceder aún más a esas presiones y propuso refinanciar más de 6.000 millones de dólares para completar el pago de 20.000 millones de deuda externa que vencen en el 2009, (los otros 14.000 se refinanciarían colocando bonos en la ANSeS, los bancos y las AFJP), e inclusive la posibilidad de hacer una oferta a los fondos buitres que tienen los bonos que no entraron en el canje de principios de 2006. De esta manera los Kirchner consideran que podrían volver al «mercado de capitales». Sin embargo, este viraje se ve entorpecido por la crisis del propio «mercado de capitales». El mismo banco de inversión norteamericano Lehman Brothers que hace menos de un mes atrás pronosticaba el default argentino, acaba de anunciar el suyo propio reconociendo pérdidas por 4.000 millones de dólares ante el Banco de Desarrollo de Corea. En este marco de crisis global, el gobierno se ve obligado a «desensillar hasta que aclare», aun con los 6.700 millones de dólares que ya anunció desembolsar. «Ahora todos los países cuidan cada peso de las reservas y pagar al Club de París significaría sacrificar en un segundo 15% de las reservas. Hay que ver cuánto dura esta crisis, pero no creo que se pague al Club mientras sigan las turbulencias en los mercados» comentan en los pasillos del poder según el diario el Cronista. De fondo, el objetivo del gobierno de recomponer unidad burguesa a partir de destrabar el acceso al financiamiento para los industriales y para el propio Estado, naufraga bajo el efecto de la crisis capitalista internacional. Como acaba de afirmar el banquero «nacional y popular» Enrique Eskenazi: «comenzamos el siglo XXI con un default vergonzoso, un terremoto que aún no está solucionado».
¿»Chau dólar»?
El otro intento oficial de recuperar fuerza es el de recostarse sobre Lula. Un giro en las relaciones con los países latinoamericanos que, además de zafar de la dependencia del financiamiento de Venezuela, significa un reconocimiento del liderazgo de Brasil en la región.»Me da envidia la clase empresaria brasilera», dijo Cristina. Ante los anuncios del multimillonario plan de inversiones del Estado brasileño (900.000 millones de dólares hasta 2011), la burguesía argentina intenta acoplarse como proveedores de las grandes empresas. Por caso, Cristina acordó que el Estado argentino le compraría 26 aviones a Embraer para la vaciada Aerolíneas «re-estatizada» y en contrapartida Area Material Córdoba sería la encargada de abastecer de partes y piezas a las aeronaves. Los Bancos Centrales de ambos países firmaron el llamado «convenio del sistema de pagos en moneda local» que permite a las empresas realizar transacciones en reales y pesos, lo que «facilitaría el acceso al comercio exterior de las pequeñas y medianas empresas» que prescindiendo del dólar abaratan los costos bancarios. «Chau dólar» tituló el ultra oficialista Página/12. Debe ser porque Brasil comenzó a sufrir fuga de capitales, su Banco Central gastó 1.200 millones de dólares diarios la última semana, y el real se devaluó 14% desde agosto aumentando la inflación. Ante esto, el BC brasileño acaba de subir la tasa de interés por cuarta vez consecutiva en el año, lo que provocó que la poderosa corporación de los industriales (FIESP) declaren que es una medida «equivocada que compromete el futuro del país» y reclamen «un corte vigoroso en los gastos públicos» (Folha de San Pablo, 10/09). Los acuerdos con Brasil sólo pueden ser un paliativo temporal: el inicio de la recesión norteamericana afectará primeramente a Brasil que destina casi el 20 % de sus exportaciones a EE,UU.
Causas nacionales
La crisis que comenzó con una puja por la renta agraria entre bandos patronales, se está desarrollando hacia un estadio superior donde ya está en cuestión mucho más que el sistema de retenciones a las exportaciones agrarias. Está en debate el conjunto del plan de gobierno en el marco de la crisis internacional, y vuelven a reabrirse los grandes temas nacionales irresueltos y pendientes de la crisis orgánica de 2001, como nuevamente se devela con el peso de la deuda externa sobre la economía nacional y vuelve la amenaza de la fuga de capitales. Esta situación de los de arriba es la que está alentando una mayor actividad de la lucha de clases. Con el vaciamiento de Aerolíneas y la revuelta popular en Merlo y Castelar, se desnuda la catástrofe de la gestión capitalista de los privatizadores en los servicios públicos que el kirchnerismo preservó de los ’90. Las huelgas docentes en Buenos Aires y otras provincias, las movilizaciones estudiantiles y las tomas de facultades y colegios en la Capital ponen en la agenda la crisis educativa; así como los estatales de la provincia de Buenos Aires protestan contra el colapso de la salud pública. Reaparecen las crisis de déficit fiscales en grandes provincias como Córdoba y Buenos Aires, donde Scioli mete la mano en la caja de recaudación previsional y Schiaretti directamente recorta las jubilaciones, apela a la persecución y encarcelamiento de los luchadores de Luz y Fuerza, y anuncia el pago con bonos a los empleados públicos. El salario se está convirtiendo en otra gran causa nacional. La mejor desmentida contra los índices de inflación del INDEC intervenido por Guillermo Moreno, es el descontento general de los trabajadores con la inflación. La presión desde abajo en los sindicatos deja mal parados a Moyano y a Yasky, y hasta grandes burócratas como José Rodríguez del Smata se tienen que reubicar pidiendo un aumento salarial del 50%.
El PTS lucha junto a trabajadores y estudiantes por todas sus legítimas reivindicaciones, promovemos el frente único para la acción, la auto-organización y la democracia para la lucha en asambleas y coordinadoras; al mismo tiempo que proponemos cinco medidas de fondo a los problemas planteados en la crisis nacional.
CINCO MEDIDAS
AUMENTO DE EMERGENCIA: 35% PARA TODOS
Salario mínimo equivalente a la canasta familiar. Reajuste mensual automático según la inflación real. Basta de contratos basura y trabajo en negro: a igual trabajo, igual salario. 82 % móvil ya para jubilados y pensionados. Por un INDEC que le diga la verdad al pueblo dirigido por sus trabajadores y técnicos.
NI UN PESO A LOS BANQUEROS Y ESPECULADORES: PLATA PARA EDUCACIÓN, SALUD Y VIVIENDA
En cinco años los Kirchner pagaron 25 mil millones de dólares a los organismos financieros, más los 6.700 millones que van al Club de París. Este año se pagará 4 veces más para la deuda que para la educación, 8 veces más que para la salud y 16 más que para la vivienda. La deuda es una estafa: no hay que pagarla.
PONGAMOS LA RIQUEZA DEL CAMPO AL SERVICIO DEL PUEBLO TRABAJADOR
Los principales 1.000 propietarios tienen 35 millones de hectáreas: expropiación de los terratenientes. Expropiación de las grandes cerealeras y sus puertos privados que lucran con el hambre del pueblo. Nacionalización del comercio exterior: alimentos accesibles para todos. Derogación de la ley videlista del peón rural.
TRENES Y SUBTES BARATOS Y DE CALIDAD PARA TODOS, GESTIONADOS POR TRABAJADORES Y PASAJEROS
Echar a los concesionarios vaciadores sin pagarles un centavo. Expropiación de las redes de carga en manos de las grandes exportadoras. No al tren bala: por una nueva red ferroviaria nacional al servicio de las necesidades populares.
NACIONALIZACIÓN SIN PAGO DEL PETRÓLEO, EL GAS Y LA MINERÍA
Repsol y un puñado de empresas controlan los hidrocarburos, saquean nuestros recursos naturales agotando las reservas, mientras 13 millones no tienen acceso al gas natural. Las multinacionales mineras se llevan una renta millonaria con extraordinarias ventajas impositivas. Alto a las explotaciones contaminantes. Nacionalización de todos estos recursos no renovables sin indemnización y bajo administración directa de sus trabajadores.