Ante la asunción del demonio anaranjado, el mutismo de los supuestos líderes de izquierda resulta no sólo ominoso, sino escandaloso. No fue el caso de los zapatistas, quienes, desde el primer periodo del mandón, se posicionaron al respecto. De manera contundente en febrero de 2017 hicieron pública su postura, cuando sus bases de apoyo convocaron a la campaña mundial: Frente a los muros del Capital. La resistencia, la rebeldía, la solidaridad y el apoyo de abajo y a la izquierda.
Tampoco fue la primera, quizás la más simbólica fue aquella durante La Otra Campaña en 2006, cuando el entonces comandante Zero cruzó ilegalmente la frontera de EE.UU. por Chihuahua, emulando a Doroteo Arango, para orinarla y solidarizarse con los migrantes de todo el orbe.
Su diagnóstico fue demoledor: “Para nosotras, nosotros, pueblos originarios zapatistas, la tormenta, la guerra, lleva siglos…Con el paso del tiempo, la espada se modernizó y la cruz fue destronada por la religión del capital, pero se siguió demandando nuestra sangre como ofrenda al nuevo dios: el dinero.”
En aquel entonces hicieron: “para apoyar a quienes resisten a las detenciones y deportaciones (…), les enviaremos las obras artísticas creadas por l@s indígenas zapatistas para el CompArte del año pasado, así como café orgánico producido por las comunidades indígenas zapatistas en las montañas del sureste mexicano, para que, con su venta, realicen actividades artísticas y culturales para concretar el apoyo y la solidaridad con los migrantes y desplazados que, en todo el mundo, ven amenazadas su vida, libertad y bienes por las campañas xenofóbicas promovidas por los gobiernos y la ultraderecha en el mundo.” (en Los muros arriba, las grietas abajo (y a la izquierda), disponible en Enlace Zapatista).
Ahora, los votantes sean migrantes o de la clase trabajadora, quienes habitan el imperio en decadencia, descubren que elegir al amo no los hace menos esclavos. Que tampoco era cuestión de republicanos o demócratas. Que los políticos hispanos no representan más que sus intereses y los de las de las franquicias que los utilizan en sus bailes y cenas palaciegas. Que el único voto de castigo que existe es aquel destinado para los propios votantes. Que, en la lógica del menos peor, lo único que empeora es la lucha y la resistencia.
Mientras Elon Musk afirma que resolverá el problema de la mano de obra migrante con Inteligencia Artificial, nuestros políticos, de cualquier signo, suplican y claman por la instalación de alguna planta de sus empresas en nuestro territorio. En no pocas escuelas y centros educativos se le proclama a él y a los dueños de las plataformas digitales como modelos y ejemplos a imitar. Cualquiera puede lograr la fortuna de estos millonarios que iniciaron sus negocios desde un garaje con tan solo un poco de “emprendedurismo”, se afirma como mito de origen. Por ello le maquillan, justifican o minimizan su nazi-fascismo.
Lo que los medios y las redes sociodigitales ocultan es la organización y la dignidad de los migrantes en el corazón, y en muchos rincones, del gigante. Incluso frente a la misma torre Trump se han organizado marchas y mítines. En tanto, los capataces del finquero se apresuran a exhibirse (como días antes lo hicieron frente a Sheinbaum y su Plan México), que ellos sí fueron invitados y estuvieron ahí con sus pares. Los que nadie votó pero si toman las decisiones. Se disponen a hacer lo que siempre han hecho: la entrega de recursos, la claudicación de lo que queda de soberanía. A la colaboración anticipada con el invasor que disimulan con eufemismos como: la negociación.
Para los zapatistas no hay lugar ni tiempo para los fatalismos. En su “decrepitud” el ahora Capitán Insurgente Marcos aconsejó a los jóvenes de México y el mundo desde el Cideci-Universidad de la Tierra, en el más reciente encuentro de Resistencias y Rebeldías, hace algunas semanas lo siguiente:
“Disfruten
sus crisis de género, de calendario, de geografía, de clase y de raza.
Disfrútenla, ya va a llegar la realidad a confrontar, y con ella va a
llegar la desesperación, así los va a llevar hasta que no encuentren
salida; y entonces van a tener la opción de replegarse sobre sí mismos,
encerrarse, la salida de emergencia del suicidio; elijan la opción más
difícil: organicen su desesperación. Van a desesperarse, si es que no
están ya desesperados, busquen a otros como ustedes, organicen esa
desesperación. Tal vez van a fracasar, pero van a tener la satisfacción
de ser una patada en los huevos del sistema, y eso es excitante créanme,
es afrodisíaco”. En La Cofa del Vigía: Señales al mañana disponible también en Enlace Zapatista (https://www.youtube.com/watch?v=DOWAefJcpYo).
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