Hace unos días el ex ministro de Minería del expresidente, Evo Morales, César Navarro, publicó dos artículos concatenados: uno titulado evismo y el otro antievismo, donde, de alguna manera, trató de definir qué significan ambos términos teórica e históricamente.
El autor con estos artículos trató, o al menos parece ser ése el intento, delimitar conceptualmente dos términos que se usan mucho en el acervo político boliviano actualmente. El evismo para el autor, es “el factor ordenador de la política y de lo político (…) antes, durante y después del golpe (2019). Los actores que concurren a la disputa desde diferentes escenarios políticos, mediáticos, sindicales, cívicos, territoriales no pueden prescindir de este hecho hegemónico, por el contrario, sus manifestaciones públicas y políticas están condicionadas a esta realidad.”
Asimismo, el autor continúa con la descripción de lo qué es el evismo de la siguiente manera: “es concepción ideológica, es estrategia de poder, es la forma de articulación sindical, territorial urbano y rural, es manifestación política de la cultura, es conflicto, es liderazgo territorial democrático (gobernaciones y municipios), es el poder como manifestación democrática del Estado Plurinacional.
Hasta ahí se entiende lo que trata de decir el autor: el evismo sería una corriente política/ideológica que ordena la política boliviana desde antes de la crisis política del año 2019 hasta la actualidad. Con ordenar, más o menos, el autor quiere decir que todo factor político en el país es algo en relación al evismo, un sindicato, un grupo territorial/gremial, otro partido político, incluso la oposición y el mismo gobierno central o el liderazgo de Luis Arce o de Fernando Camacho o de Andrónico Rodríguez es algo si y solo si tiene cierta cercanía o lejanía en relación al evismo.
Esta concepción topográfica/geométrica de la (socio)política, nos recuerda a lo expresado por el exvicepresidente, García Linera, el año 2015 cuando habló de la existencia de un punto gravitacional en la política donde “orbitarían” los otros elementos, y que este punto sería el que atraería a todos los elementos a su cercanía o lejanía construyendo hegemonía en términos gramscianos. De esta manera, la exautoridad explicaba la victoria de Evo Morales el año 2014 (Revisar la teoría de los campos de Bourdiue para más).
En palabras de Álvaro García Linera: “En política, podemos aplicar el concepto de efecto de gravedad fuerte que da la curvatura al espacio político, es decir, el efecto de una propuesta política lo suficientemente fuerte y hegemónica que anula −temporalmente− otras alternativas políticas discursivas convirtiéndolas en variantes satelitales, más a la izquierda o más a la derecha del vórtice gravitacional.”
Navarro, quizás no inspirado, pero si influenciado, usa las metáforas espaciales de García Linera para explicar la fortaleza del evismo como: “(…) el factor ordenador de la política y de lo político (…) antes, durante y después del golpe (2019).”
Continuando con el análisis de las ideas de Navarro, salta a la vista una nueva pregunta para analizar al evismo: ¿Cuándo nació “este factor ordenador” de la política boliviana? Es decir, en algún momento las cosas tienen que haberse convertido en lo que son ahora, si el evismo es el ordenador de la política boliviana, ¿cuáles fueron las condiciones materiales y objetivas (márgenes de posibilidad) que permitieron que esto suceda?
El autor del texto se limita a decir que el evismo ya existía antes del 2019 y es una manifestación más del Estado Plurinacional, lo que podría permitirnos pensar que el evismo, en tanto ideología política, nació con la promulgación de la nueva Constitución el año 2009 con el nacimiento del Estado Plurinacional y que desde esa época sería el organizador de la política en Bolivia. El evismo sería posterior al masismo y al denominado Proceso de Cambio, pero sería su expresión más política y fortalecida, sería el masismo en la época de hegemonía popular (2009-2014).
Esta forma de ver el evismo, es antagónica a la revisión teórica realizada por García Linera, quien el año 2006 en el periódico, Juguete Rabioso, publicó un artículo titulado: “El evismo: lo nacional-popular en acción”, donde habla de las tres etapas (históricas) del evismo:
- La resistencia local, en sus inicios, entre 1987 y 1995;
- La expansión en la búsqueda de alianzas, entre 1995 y 2001;
- La etapa de consolidación en el poder y de iniciativa ofensiva por llegar al poder, en el período 2001-2006.
Linera es claro al decir que antes de la Revolución Democrática y Cultural o Proceso de Cambio, ya existía una corriente en el interior del bloque-popular (si podemos llamarlo así), denominado el evismo aunque nadie la denominaba como tal, o sea, que García Linera va más allá de Navarro, e identifica la existencia del evismo incluso desde 1987, antes de que se pensaría cualquier Revolución Democrática y Cultural, es decir, que existía el evismo, aunque nadie lo llamara así. Navarro en cambio solo habla de la existencia del evismo antes del Golpe de Estado del año 2019.
García Linera, al querer encontrar en las resistencias indígenas previas a la constitución del Estado Plurinacional, la existencia de algo denominado “evismo” podría caer en un error, y creer que la gente que combatió el año 1987 a 1995 en la resistencia a la erradicación forzada de la hoja de coca en contra del neoliberalismo era “proto evista”, cuando, al contrario, fue Evo y el futuro evismo el que se nutrió de esas luchas para su constitución.
Veamos un poco más en el artículo del exvicepresidente:
Linera en su artículo también asevera que “en el fondo, el evismo –no precisamente Evo– es el tercer gran intento histórico de los pueblos indígenas por establecer una lucha por el poder”, tratando de crear una línea de continuidad entre las movilizaciones de Tupac Katari, la lucha de Zarate Villca, y la resistencia de Evo Morales. Esta construcción causal/lineal entre resistencia indígenas, es parte de la historiografía oficial del MAS-IPSP y del Estado Plurinacional y es válida de alguna manera, porque, si consideramos que las luchas sociales y políticas son procesos largos y cortos de acumulación histórica y de construcción de memoria (acumulación en el seno de clase, en nomenclatura marxista), podemos encontrar una correlación entre estas tres etapas, no obstante, partiendo del criterio de arbitrariedad característico de la construcción de narrativas históricas estatales a esa tríada Katari/Villca/Morales, también se podría incorporar otras estrategias políticas de resistencia o de lucha como la de Felipe Quispe o Constantino Lima o incluso, con sus limitaciones políticas (no teóricas), Fausto Reinaga, o Víctor Hugo Cárdenas como un precedente katarista conciliador previo a Evo Morales (argumentación que también se puede ver en el artículo de Linera, pero solo nominalmente).
El evismo, visto de esta manera, sería más grande que la misma Revolución Democrática y Cultural y que el Proceso de Cambio o que el MAS-IPSP. Esta forma de leerse la realidad, de alguna manera confunde el término evismo con Evo Morales, fetichizando al indio o al bloque indígena y popular en una persona. Esta lectura podría fácilmente considerarse como las raíces profundas del culto a la personalidad que terminó provocando después la misma caída de Evo Morales el año 2019 y provocando la crisis política.
A estas ideas se puede añadir una tercera del historiador argentino, Pablo Stefanoni, quien en un artículo en la revista “Nueva Sociedad” el año 2010, titulado: “Bolivia después de las elecciones: ¿a dónde va el evismo?” habla de los caminos que seguiría el gobierno del expresidente, Evo Morales, después de las elecciones, y presenta una amplia gama de posibilidades entre las supuestas corrientes que convergen en el MAS-IPSP que podrían conducir las políticas públicas y de gestión en el gobierno, asimismo, el autor presenta las contradicciones existentes en el MAS-IPSP entre cierto antiimperialismo vs pragmatismo, desarrollismo vs ecologismo (Vivir Bien), etc., etc. En ese artículo se usa el término evismo simplemente como sinónimo de masismo o de resistencia popular indígena (los orígenes del MAS es uno de sus capítulos). No existe una disociación entre el evismo y el masismo o lo que se denomina Revolución Democrática y Cultural, esto, quizás porque la coyuntura en ningún momento trató de polemizar al respecto (año 2010), o, al contrario, porque la coyuntura identificaba los intereses del “evismo” con el “masismo” en general, sin necesidad de divisiones teóricas acerca de ambos conceptos.
Entonces, ¿cuándo nació el evismo? Pues, para contestar esta pregunta, partamos de un criterio metodológico que tanto García Linera como Navarro no lo mencionan, que es la disociación entre el liderazgo de Evo Morales y la existencia de la corriente ideológica (estrategia política) del evismo. El liderazgo de Evo Morales nace en la resistencia al neoliberalismo por la defensa de la hoja de coca, posteriormente esta resistencia, unida a varias otras como la suscitada en los Yungas de La Paz también por la hoja de coca, la zona altiplánica/campesina de La Paz, las resistencias de los indígenas de Tierras Bajas, las movilizaciones de sectores sociales periurbanos/plebeyos, etc., etc., van tomando forma y constituyendo un polo contrahegemónico al neoliberalismo que después disputó el poder a la élites neoliberales que gobernaron desde el año 1985 el país.
Estas resistencias y luchas fueron creando las condiciones objetivas para una insurrección popular y al mismo tiempo para una interpelación al Estado-colonial republicano, y fue en ese instante, que salieron a relucir diversos liderazgos indígenas y populares: Alejo Véliz, Felipe Quispe y precisamente Evo Morales, liderazgos parcelados pero unificados por su antagonismo al régimen neoliberal y colonial. Estos liderazgos, denominados como los factores subjetivos del periodo pre-insurreccional fueron construyendo sus propias organizaciones políticas y partidarias interpelatorias al poder, el MAS, el IPSP, el ASP y el MIP, y fue precisamente el MAS (IPSP) a la cabeza de Evo Morales, el cual en octubre del 2003 y en el año 2005, cambió la estrategia de lucha de las calles y la insurrección popular a los votos y las campañas electorales a la cabeza de Evo Morales. Estrategia que se convirtió en exitosa y configuró todo el devenir (errático y exitoso) del MAS-IPSP en los años siguientes.
El MAS-IPSP logró convertirse en ese factor subjetivo que aprovechó las condiciones objetivas creadas en un largo proceso de acumulación histórica, digamos, mejor, tres procesos de acumulación histórica: la lucha anticolonial (siglos), la lucha antiimperialista-nacionalista (más de 7 décadas) y la lucha anti-neoliberal (20 años) y encabezó el cambio de época político, después bautizado como el Proceso de Cambio o la Revolución Democrática y Cultural.
En ese contexto el liderazgo de Evo Morales fue ponderable e icónico, como Paz Estenssoro en la Revolución Nacional, a quienes las oligarquías de sus respectivas épocas les atacaron con bastante ahínco, a Morales lo expulsaron del parlamento, mientras que a Estenssoro -en palabras de Zavaleta Mercado- “el sexenio de la oligarquía trataba de confundir al MNR diciendo que lo malo no era su partido sino Paz Estenssoro y que expulsándolo se podría llegar a un entendimiento”.
Aunque parezca una obviedad, es menester decir que el evismo nace de Evo Morales, así que no es posible encontrar un evismo previo al liderazgo de Evo Morales, liderazgo que tomó fuerza recién cuando aprovechó las condiciones objetivas suscitadas en la fase pre-insurreccional (2000-2005) y que se consolidó en la victoria electoral del año 2005.
Ahora, ¿en qué momento el liderazgo de Evo Morales se convirtió en el evismo?, pues, veamos la posición de otro sociólogo boliviano Yuri Tórrez que en su artículo “Evo, no estás solo. El populismo del evismo en Bolivia”, asevera que: “(…) de esta caracterización se desprende que el evismo trasciende más allá del liderazgo de Evo Morales. El evismo es un sujeto político, es un constructo social configurado en un campo político dado. El evismo, por una parte, es una estrategia de poder y, por otro, está referido a la identidad que se la define por dos factores complementarios: el escenario de disputa política y el adversario.”
La expresión de Tórrez de que el evismo trascendió a Evo, significa que el liderazgo de Evo se convirtió en evismo cuando se despersonalizó y se universalizó e irradió como ideología de Estado o como estrategia política de subversión del Estado colonial, ¿cuándo sucedió eso? Consideramos que fue a partir del triunfo político final del bloque popular y plebeyo en contra de la reacción oligárquica, con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado el año 2009, la cual creó los márgenes de posibilidad suficientes (tanto en términos jurídicos, políticos, institucionales y mitológicos) para dar nacimiento al evismo.
En este sentido, estamos en condiciones de decir (coincidiendo en muchos aspectos con Navarro) que el evismo se constituyó con el nacimiento del Estado Plurinacional, como una estrategia política de lucha y mantenimiento del poder que tiene como características y apuntes:
- Basa su poder en la movilización social y popular.
- Tiene como núcleo articulador el discurso de lo indígena como presencia en el Estado, no solo como reivindicación sino como posibilidad de gobernar.
- Se basa en el culto a la personalidad, no es posible pensar un evismo sin Evo Morales, debido a que el “evismo sin Evo”, no sería otra cosa que el masismo. Menester recordar que el pazesntesorismo sin Paz Estenssoro nunca pudo nacer fuera del movimientismo, y que alejado Paz Estenssoro, en tanto líder, nunca existió realmente una corriente pazestenssorista, sino simplemente, una corriente movimientista.
- El evismo nacido como hijo del Estado Plurinacional y del Proceso de Cambio también tiene otros “hermanos”, no tan prominentes y con tanto capital simbólico/político/institucional/histórico como el evismo pero que convergen en el interior del masismo, y que se encuentran en una etapa embrionaria aún.
- El evismo no es el masismo, el masismo es más grande que el evismo, y el mismo masismo no es tan grande como el Proceso de Cambio. Hay sectores sociales y políticos que toman las banderas del Proceso de Cambio (Tercer Sistema, Jallalla, etc.) que no son masistas pero que defienden el Estado Plurinacional.
- El liderazgo de Evo Morales tiene sus limitaciones temporales e históricas en las que nació, concebir el liderazgo de Evo Morales fuera de las condiciones materiales de su desarrollo, como algo más allá del “bien y el mal”, ¿culto a la personalidad? Es contraproducente (solo véase la coyuntura política y el constante desgaste), el evismo -en este sentido- tiende a ser desgastante para el mismo liderazgo de Evo Morales.
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