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Cuando vencimos nuestros temores, nos dimos cuenta de nuestra grandeza

Fuentes: Rebelión

José Manuel Mireles Valverde, fundador de las autodefensas en Michoacán, México, se levantó en armas en febrero del 2013, porque «decidimos morir luchando: no amarrados de pies y manos o con un tiro en la cabeza, mucho menos descuartizados o desaparecidos en los cerros o barrancas de la región». Desde ese entonces, Mireles ya estaba […]

José Manuel Mireles Valverde, fundador de las autodefensas en Michoacán, México, se levantó en armas en febrero del 2013, porque «decidimos morir luchando: no amarrados de pies y manos o con un tiro en la cabeza, mucho menos descuartizados o desaparecidos en los cerros o barrancas de la región». Desde ese entonces, Mireles ya estaba cien por ciento convencido de que «llegó pues la hora en que los hombres rectos, justos y respetuosos de la ley se pongan del lado correcto del cañón de un arma».

Mireles es un líder natural que, al parecer, desde hace mucho tiempo, ha contado con la claridad y la firme convicción de que «los mexicanos tienen derecho a armarse para defenderse» de quien amenaza su patrimonio o las vidas de sus seres cercanos o su propia vida.

Desde su localidad, Mireles dio la batalla contra los «mata-amarrados», una batalla, según Mireles, necesaria «para sacudirse el yugo del crimen organizado y contra sus socios del Estado». En alguna ocasión le dejaron tres cabezas de sus vecinos de enfrente, porque pensaban que eran sus hijos. Al principio, Mireles y sus compañeros de lucha, durante las reuniones de planeación de la autodefensa dejaban ver de que eran solo «especializados en ‘problemología'» pero estaban «reprobados en ‘solucionología'». Sin embargo, pronto se darían cuenta de que el ingrediente faltante para decidirse a defenderse de los criminales, era nada más ni nada menos que la filosofía de: «se necesitan »güevos'». Y así, contundentemente, dar ese último salto hacia la toma de la acción.

Las autodefensas, al menos las lideradas por Mireles, llegarían a convencerse, entonces, de ese ingrediente faltante y llegarían a convertirse en una piedra en el zapato del Estado y del crimen organizado.

Una gran enseñanza de Mireles al pueblo de México, es que una vez que superemos nuestros temores, nos daremos cuenta de nuestra grandeza.

De concretarse el nombramiento de Mireles como diputado al congreso local de Michoacan, los militantes de Morena, orgullosamente podremos decir: que Mireles es un líder con autoridad moral de sobra para dar la batalla por medio de las armas, las armas de la razón, las armas de la inteligencia, las armas del nacionalismo, las armas del patriotismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.