Boletín quincenal Nº29 – En el gobierno se apresuran a señalar a los punteros del duhaldismo, pero en Jujuy, una de las provincias más empobrecidas, quienes agitan el fantasma de los saqueos acompañaron al presidente Kirchner en las últimas elecciones. En el gran Rosario, donde tampoco hay duhaldistas, los piquetes se extienden de las rutas […]
Boletín quincenal Nº29 – En el gobierno se apresuran a señalar a los punteros del duhaldismo, pero en Jujuy, una de las provincias más empobrecidas, quienes agitan el fantasma de los saqueos acompañaron al presidente Kirchner en las últimas elecciones. En el gran Rosario, donde tampoco hay duhaldistas, los piquetes se extienden de las rutas a los centros comerciales. En los barrios humildes de cualquier punto del país coinciden en que lo que alienta estos rumores es la decisión del gobierno nacional de recortar el «aguinaldo social» que en los úlitmos años cobraba cerca de un millón y medio de familias excluídas. La mayoría de los movimientos barriales, sin embargo, convocan a piquetes, movilizaciones o demandas a intendentes o supermercados, pero en forma organizada. Aunque aclaran: «Si la situación se desborda, no vamos a ser nosotros los que hagamos de policías; la necesidad y la bronca de la gente es real».
Mientras Néstor Kirchner se prestaba a anunciar el pago completo de la deuda al FMI, por la Casa Rosada circulaban «insistentes rumores sobre la posibilidad de saqueos en locales de provisión de alimentos», como señala el periodista Pasquini Durán en su columna política del sábado 17 en el diario Página/12 . Aunque, enseguida, los voceros oficiales minimizaron el tema: «Es el duhaldismo», dijeron. Tal vez no les falte razón, ya que es sabido que la estructura punteril desarrollada por el ex gobernador bonaerense aún mantiene presencia en barrios y puede «agitar» a la gente, o distribuir volantes falsos en nombre de agrupaciones sociales genuinas convocando a supuestos saqueos, como sucedió en estos días en Merlo o Moreno. Pero una verdad a medias no es verdad. Los rumores no provienen sólo del gran Buenos Aires, y el asunto no pasa sólo por las cabezas de «punteros políticos». El Frente Barrial Solidario de San Pedro, en Jujuy, anunció, después de marchar el pasado jueves por supermercados y dependencias oficiales sin encontrar respuesta, que la próxima movilización sería con «saqueos». El petitorio es similar al que se presenta, por estos días, en distintos municipios de cualquier punto del país: los desocupados jujeños piden que se paguen los $75 de «aguinaldo» para los planes sociales de 150, la entrega de alimentos para comedores populares y «un bolsón con productos navideños».
Esta agrupación jujeña, lejos de buscar «desestabilizar» al gobierno nacional, lo acompañó en las últimas elecciones llamando a votar a los candidatos del Frente para la Victoria, como ilustra la fotografía publicada por el periódico Sampedrino Edenoticias , donde se ve la sede social empapelada con la foto del presidente. Tampoco responden a ninguna interna del PJ hostil al gobierno los miles de habitantes de las barriadas humildes de Rosario que en los últimos días protagonizaron más de diez piquetes entre Gobernador Gálvez y el Gran Rosario. Allí, el Frente de Desocupados reúne a las principales agrupaciones barriales de la provincia, que unificaron sus reclamos coincidiendo en el pedido del «aguinaldo social» y el rechazo a los aumentos del precios, «ya que los anuncios del gobierno no se cumplen». El secretario de Promoción Comunitaria de la provincia, Juan Carlos Forconi, dijo que las autoridades provinciales «comparten la preocupación con esos organismos sociales».
Las principales organizaciones de desocupados y barriales, por su parte, tomaron distancia de los rumores aunque remarcaron la situación de necesidad que se vive en los barrios. En la Unión de Trabajadores Piqueteros (UTP), una de las agrupaciones independientes, definen como una «provocación del gobierno a la gente humilde» el no pago del aguinaldo social, «después de un año en el que también se negaron a aumentar el monto de los planes sociales que hoy sólo reproducen la indigencia». Por su parte, el Polo Obrero, la Corriente Clasista y Combativa, el Movimiento 29 de Mayo y el Movimiento Carlos Almirón convocaron a «ganar las calles el 20 de diciembre», buscando hacer confluir el reclamo por la falta de asistencia social con la conmemoración de la rebelión del 2001. También se vienen protagonizando en los últimos días movilizaciones distritales que descentralizan el reclamo: las agrupaciones del Frente Darío Santillán realizaron este sábado «un recorrido por las grandes cadenas de supermercados» en La Plata, anunciaron para el lunes una movilización a la municipalidad de Berisso y un bloqueo al frigorífico «Cresta Roja» en el Jagüel, y otras movilizaciones que, dijeron, «dependen del resultado de las audiencias con intendentes y supermercadistas de estos próximos días».
Esta realidad, manifiesta en los barrios más humildes del país, está lejos del entusiasmo que las encuestas y medios de comunicación manifestaron tras el anuncio del pago de casi 10 mil millones de dólares al FMI. Es cierto que la situación del país, aún manteniendo fuertes señales de alarma en los sectores más postergados de la sociedad, dista mucho de ser similar a la que dio origen a los saqueos tras la hiperinflación del ´89 o los ajustes salvajes que hicieron explosión a fines de 2001. Sin embargo, en la medida en que esta situación de marginación se vaya consolidando como una realidad estructural, nadie podrá despreciar los alertas que señalen la desesperación de los pobres, aunque, en este caso, probablemente sólo se trate de «rumores».