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Se cumplen 25 años de una ley maldita

Cumpleaños de Vito Corleone y de la ley de capitalización

Fuentes: Rebelión

«Serás lo que has sido» Era un día miércoles, las gentes caminaban por las calles desprevenidas. Una divertida batalla radial acapara la atención de todos, el Padre Pérez Iribarne y Carlos Palenque, se insultan del derecho y del revés. Como nunca antes Bolivia tiene posibilidades de participar en un Campeonato Mundial de Fútbol. Detienen en […]

«Serás lo que has sido»

Era un día miércoles, las gentes caminaban por las calles desprevenidas. Una divertida batalla radial acapara la atención de todos, el Padre Pérez Iribarne y Carlos Palenque, se insultan del derecho y del revés. Como nunca antes Bolivia tiene posibilidades de participar en un Campeonato Mundial de Fútbol. Detienen en Brasil al narco dictador Luis García Meza, y el MNR destituye a dos magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Ese día, diputados y senadores, padrastros de una patria huérfana, se tomaron de la mano y cantaron llorando el himno nacional. Luego levantaron las dos manos, para aprobar la Ley Nº 1544 de Capitalización, con la que vendieron a precio de baratija el país. Era el comienzo de una noche larga y oscura, sin Dios ni Virgen María.

Atraco, latrocinio, saqueo, rapiña, desfalco, robo. El problema no es la palabra, el problema es que jueces y políticos, le hicieron «el cuento del tío», a un pueblo que toda su vida caminó desnudo. Era un día miércoles, no de ceniza, sino de la condenación eterna.

Los medios de comunicación, representantes de la más noble profesión del mundo, con su inagotable circo de imbecilidades, marearon la perdiz, contribuyendo a que el pueblo camine despreocupado y feliz, hacia el abismo.

A pesar que el artículo 139, de aquella constitución republicana, señalaba que: «Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos. La exploración, explotación, comercialización y transporte de los hidrocarburos y sus derivados, corresponden al Estado». Pero los neoliberales no creen en las constituciones.

El petróleo, el gas, los ferrocarriles, las líneas aéreas, incluso empresas estatales que producían alimentos, harina, carne y leche; todo quedó en venta. La ley de Capitalización, facilitaría el remate de un solo saque del país.

La sesión comenzó a las 9,30 de la mañana, todos los diputados del MRTK-L, dirigidos por Víctor Hugo Cárdenas, los honorables representantes del MBL de Juan del Granado y Luis Revilla, el MNR de Sánchez de Lozada, Berzaín, y la UCS del bueno de Johnny Fernández, hicieron el quórum necesario, luego levantaron las dos manos para votar la ley. Cada uno tenía una manzana colorada en la boca morada y sonriente.

Entonces sucedió el más extraordinario desfalco al país más pobre del continente.

Al pie de aquel documento brutal, estampan sus firmas: Sánchez de Lozada, Víctor Hugo Cárdenas, y Sánchez Berzaín. En lo que dura un parpadeo, disminuyeron los ingresos provenientes de los hidrocarburos para el TGN, del 32% al 6 %.

El 21 de marzo de 1994, los más fervorosos militantes del neoliberalismo, los mismos que asesinaron a balazos y ayunos al pueblo; Hoy se definen, como defensores de los recursos naturales y de los más altos y sagrados intereses de la patria.

«El plan de todos», se llamaba el plan de «Los Sánchez».

La desmemoria, a la que nos quieren arrastrar, pretende anular el ejercicio más elemental de pensamiento crítico, para comparar el presente con el pasado; procura evitar el debate y la reflexión sobre nuestro pasado reciente, y el ejercicio de una memoria crítica y comprometida, que sustituya el inmediatismo de los medios de comunicación.

Es imprescindible trabajar la memoria como una propuesta que nos descubra, conscientes de lo que hemos logrado y de lo que aún nos falta por lograr, que involucre hechos históricos conquistados de manera conjunta.

La política de capitalización, condenó a miles de niñas y niños que jamás conocieron la leche, que con la panza llena de gusanos, morían sin entender qué les estaba sucediendo.

Se cumplen 25 años de aquella ley maldita. Es un odio que no conviene olvidar, quiero escribir pero me sale espuma, decía el poeta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.