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Sobre Pablo Gonzales Casanova

De la academia al compromiso social

Fuentes: Alainet

«la verdad que puedan ir construyendo cada quien en su grupo social, en su ciudad, en su región, en su país, se va a potenciar si entra en relación con otras verdades, y si reconoce que lo que está ocurriendo en otras partes del mundo también forma parte de la historia de la humanidad» El […]

«la verdad que puedan ir construyendo cada quien en su grupo social, en su ciudad, en su región, en su país, se va a potenciar si entra en relación con otras verdades, y si reconoce que lo que está ocurriendo en otras partes del mundo también forma parte de la historia de la humanidad»
El extinto Subcomandante Insurgente Marcos

En Latinoamericana Pablo Gonzales Casanova [1] no necesita presentación, quizás en Europa tampoco. Su nombre es sinónimo de institución, compromiso social y academia, este trívium forma parte de su acervo cultural. Marcos Roitman Rosenmann ha dicho que su obra «es patrimonio de la humanidad» [2]. Casanova es fundamental para comprender el pensamiento crítico en Latinoamérica, como en Panamá lo es Carmen A. Miró y Ligia Herrera, autores de su misma generación que han aportado sustantivamente al pensamiento crítico, pero que poco estudiamos entre nosotros.

Las instituciones y proyectos

Hay un gran número de instituciones de gran prestigio donde Casanova ha colaborado y fundado. Principalmente durante su rectoría de dos años entre 1970-72, periodo donde se establecen los colegios de Ciencia y Humanidades. Por su importancia, contenido e interdisciplinariedad cabe resaltar, muy acorde a nuestros tiempos; el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias y Ciencias y Humanidades, creado el 20 de enero de 1986, entidad académica que se encarga de «la investigación orientada a tender puentes entre las disciplinas científicas, sociales y humanísticas para desentrañar problemas y realidades complejas». Cuenta con un vasto fondo editorial que aporta a las discusiones más rigurosas sobre el conocimiento científico y humanístico.

Un proyecto también importante que coordina Casanova es la página web, Conceptos y Fenómenos Fundamentales de Nuestro Tiempo. Este espacio trata de operacionalizar una serie de conceptos que son trabajados constantemente en las Ciencias Sociales, en las humanidades y el conocimiento científico en general. Esta web que tiene un índice de conceptos que busca «facilitar la selección de lecturas a quienes deseen profundizar sobre determinado concepto o fen0menos». No se trata de buscar por buscar, sino una fina selección de texto que ayuda a la formación de un conocimiento integral.

Compromiso social y el EZLN

 Casanova aparte de ser un científico social de primera línea, está comprometido socialmente con un muy otro mundo posible. Es decir uno muy diferente a este, donde los gobernantes manden obedeciendo, frase tomada del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y su desaparecida figuran el sub Marcos.

La lección que nos deja el EZLN no dice Casanova es la «resistencia» como nueva alternativa a la izquierda, incluso más allá como una forma de emancipación humana. Es decir, «la otra política» a la que invita el Sub Marcos, es una muy otra forma de pensar la política, una nueva cosmovisión de la política, donde el mandato de mandar obedeciendo no sea un enunciado, sino un proyecto en permanente construcción.

La escuelita zapatista [3] es una experiencia que solo la encontramos en el MST – Brasil, con una gran pluralidad de intelectuales, activistas y actores políticos, que los primero de enero mientras todos están en la playa, inician sus jornadas en la montañas de San Cristóbal de las Casas, los neozapatista como los llama nuestro amigo y maestro Carlos Aguirre Rojas, organizan desde que salen los primeros rayos del sol, a los estudiantes para que escuchen y aprendan de su experiencia.

En el 2007, en la Unitierra (Universidad de los neozapatistas), en el marco del Primer Coloquio internacional in memoria Andres Aurbry, Casanova dice «yo vengo a preguntar aquí que es lo que debemos conocer bien para alcanzar la victoria», esto demuestra lo nuevo y lo diferente que es la propuesta que nace en la selva Lacandona, y que tiene como fundamento plantearse «Otro Mundo es Posible». Luis Villoro añade que también es posible una otra visión, en este caso la de los indígenas, que es marginada.

Con toda esta experiencia Casanova siempre ha estado comprometido, participando activamente y aprendiendo en la escuelita, como ser solidario con las diversas actividades del EZLN. Vale recordar que también se solidarizado con Cuba, con soy 132, con movimientos campesinos, sindicatos hasta con Camila Vallejo y muchas otras causas sociales más.

La lectura de los clásicos, la ciencia y la academia

Casanova tiene como su primer maestro a su propio padre, que estudio Filología clásica en Alemania, escribía el editorial del lunes en El Universal, y dirigía un suplemento cultural. De su madre aprendió algunos idiomas; francés e inglés y no ser machistas, haciendo tareas que se suponían que no era de hombres, su amistad con Alfonso Reyes le enseño a dar conferencia, de su mujer aprendió ir al Museo de Louvre, como estar al tanto de la última novela de Sartre, Camus o Beauvoir. Con Jean Hippolite estudio dos años la introducción de la Fenomenología.

El siglo XXI demanda un dialogo permanente entre las ciencias y las humanidades, esta tarea la viene llevando a cabo Casanova desde el siglo pasado, muy acuciosamente, desde los años 50 en Paris, cuando cursaba sus estudios doctorales con Fernand Braudel, incluso este historiador hace mención de Casanova en su famoso libro El Mediterráneo y el mundo Mediterráneo en la época de Felipe II, en el prefacio a la edición española. A Pesar de que Braudel nunca le perdono, al menos así lo pensaba Casanova y lo dejo en sus memorias, de que diera un giro más hacia la sociología del conocimiento que a la historia.

En una conferencia Casanova decía que estaba leyendo sobre Sísifo, la noche anterior, nadie sabe si es cierto, lo que sí, es que decía que la tarea de las humanidades era como la de Sísifo, seguir adelante aunque se tenga que volver a comenzar desde el inicio justo cuando se cree haber llegado. Esto nos demuestra que los clásicos, de los griegos hasta los latinos, tienen mucho que enseñarnos hoy.

Abdiel Rodríguez Reyes. Profesor e investigador. Licenciatura en Filosofía por la Universidad de Panamá. Estudios de postgrado por FLACSO-Panamá. Premio Juan Antonio Susto Lara en Ciencias Sociales 2013. Director de la Revista Filosofía y Sociedad. http://filosofiaysociedadpanama.blogspot.com/

Notas:

[1] Sobre Pablo Gonzales Casanova se han escrito muchas cosas, pero vale resaltar la introducción de Marcos Roitman al libro De la Sociología del poder a la sociología de la explotación. Y también el artículo de Luis Hernández Navarro (2013, enero 13). Pablo Gonzales Casanova, el intelectual y la izquierda. En: Semanal de la Jornada. Núm., 932. Ambos textos hacen una radiografía bien completa de este intelectual.

[2] Roitman, Marcos «Pablo Gonzáles Casanova: de la sociología del poder a la sociología de la explotación» en Gonzales, Casanova, Pablo 2009 De la sociología del poder a la sociología de la explotación. Pensar América Latina en el Siglo XXI (Argentina: Siglo del Hombre Editores – CLACSO) p.9.

[3] En cuanto a la experiencia de la escuelita zapatista, véase a: Richard Morales Villareal (2014, enero 19). «En la escuela del Subcomandante». En La Estrella de Panamá.

Fuente: http://alainet.org/active/75803