Llamado a sumarse a la protesta mundial en contra de la satanizacion de nuestros conocimientos ancestrales: Considerando la reiterada estrategia intervencionista de parte del gobierno de Estados Unidos al acusar al Gobierno Bolivariano como si se tratara de un Estado ‘narcocomplaciente’, considerando también la criminalización de la hoja de coca por parte de la Junta […]
Llamado a sumarse a la protesta mundial en contra de la satanizacion de nuestros conocimientos ancestrales:
Considerando la reiterada estrategia intervencionista de parte del gobierno de Estados Unidos al acusar al Gobierno Bolivariano como si se tratara de un Estado ‘narcocomplaciente’, considerando también la criminalización de la hoja de coca por parte de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), hecho que coincide con la intencional malinterpretación de las palabras emitidas al respecto por los presidentes de Venezuela y Bolivia al defender la cultura indígena y considerando las frecuentes declaraciones que han sido acompañadas por una constante satanización mediática contra los pueblos autóctonos; los participantes del ciclo de foros realizados en Caracas desde febrero de 2008, después de analizar la información científica disponible, resuelven manifestar lo siguiente:
1- Reconocer el uso tradicional y beneficioso de la hoja de coca, proveniente del arbusto Erythroxylum coca y otras especies afines, debido a su positivo valor cultural, científico y social; entre otros aspectos esta planta autóctona suministra importantes componentes nutricionales, curativos y estimulantes favorables para el desempeño fisiológico y psicosocial de las personas que habitan en ecosistemas adversos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud el uso y consumo en su presentación natural como hoja integra no ocasiona efectos perjudiciales (OMS, 1995). Además, en el contexto de un uso adecuado a nivel industrial el destino de sus derivados también fortalece la economía local.
2- Recomendar una prolongada difusión masiva entre los habitantes de la región suramericana, y en otros continentes, valorando el carácter tradicional, las características y los beneficios de la hoja de coca, reconocidas científicamente, cuya cultura fundamentada en una visión cosmogónica prioriza lo comunitario, resultando en aportes positivos para la vida humana.
3- Rechazar la tergiversación, engaño, penalización y descalificación que caracterizan los pronunciamientos intencionados en contra de la hoja de coca, siguiendo fines geopolíticos, que pretenden directa o indirectamente dominar, condenar y discriminar a los pueblos de América Latina vinculados a su cultivo y uso mientras se protegen los intereses económicos de las transnacionales que explotan este recurso con fines farmacéuticos o a favor de la Coca-Cola.
4- Refutar enfáticamente las conclusiones falsas referidas a la hoja de coca emitidas por autoridades de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en la persona del Decano Orlando Vizcarrondo y los profesores Antonio Roye y Daniela Pascualatto, quienes divulgaron información sesgada, concentrándose en el tema de la cocaína con fines políticos, además de presionar para forzar la salida del profesor de dicha Facultad, Eduardo Samán, quien ha desmentido las contradicciones de los partidos políticos que rigen la Universidad pretendiendo desprestigiar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
5- Objetar el tratamiento periodístico otorgado por algunos medios de comunicación, principalmente del periódico «Ultimas Noticias» y del canal televisivo «Globovisión», por la versión parcializada e intencionalmente descalificadora, además de alejada del rigor profesional y ético, desconociendo valores culturales vigentes y presentes en un importante sector de la región Suramericana, campaña que es respaldada mundialmente por los oligopolios mediáticos transnacionales.
6- Condenar el uso indebido y delictivo de la cocaína que principalmente es promovido por un sector de las oligarquías, como la colombiana, enriqueciendo a una minoría de traficantes que principalmente la comercia hacia los países desarrollados, a costa de la salud de los pueblos del mundo, sin que se tomen medidas de envergadura para disminuir la demanda de los narcodependientes y sin sancionar significativamente a los sectores financieros que sustentan esta deplorable actividad.
7- Respaldar la política del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela; Hugo Chávez Frías, que ha objetado que se intente considerar a los cocaleros y a los que usan esta planta con fines naturistas como narcotraficantes y terroristas, quien señala que «…coca no es cocaína, cocaína es la que consumen en Estados Unidos». Igualmente reconocer y apoyar la exitosa lucha contra las drogas y el narcotráfico que se ha liderado en Venezuela, por obra del Presidente del Gobierno Bolivariano, aspecto reconocido en el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ubica al país como el tercero del mundo con mayor volumen decomisado, justamente después de haber roto con el intervencionismo de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA).
8- Respaldar la gestión del Presidente de la República de Bolivia, Evo Morales Ayma, apoyada por el pueblo boliviano, en su acertada conducción de la política de Revalorización y Dignificación de la Hoja de Coca y su Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico, y avanzar en su declaración como patrimonio cultural.
9- Respaldar las medidas del Presidente de Ecuador; Rafael Correa, quien, sin dejar de luchar contra el narcotráfico, se opone soberanamente al ecocidio generado cerca de sus fronteras por la contaminación masiva al erradicar las plantaciones de coca con productos tóxicos que afectan la salud de la población campesina.
10- Exigir que se retire al arbusto de la coca de la Lista I de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, y que el sistema multilateral tome en cuenta las evidencias científicas y descarte los prejuicios, respetando y regularizando el uso legítimo y tradicional de la hoja de coca con fines positivos.
11- Rechazar las presiones que desde los gobiernos de los países desarrollados criminalizan el desarrollo endógeno, tratando infructuosamente de intimidar a los pueblos que asumen soberanamente la producción del patrimonio botánico, con argumentos ajenos al contexto tradicional, con pretextos militaristas como el Plan Colombia o con certificaciones unilaterales cuestionables, que representan un chantaje para intentar someter a las culturas originarias en una dinámica neocolonial, esto constituye una excusa para controlar los recursos biológicos, hidrológicos y energéticos al tratar de justificar una potencial agresión directa o indirecta del gobierno estadounidense.
Por último, y no menos importante, es oportuno felicitar al pueblo latinoamericano que gracias a la renovada conciencia libertaria está prestando atención a este tipo de proceso autogestionario, que facilita la integración dentro del marco del ALBA, con el fin de democratizar la equidad y la justicia social.
Caracas, marzo de 2008.
unase a la peticion aquí
http://www.petitiononline.com/hojacoca/petition.html