Recomiendo:
0

Declaración sobre el problema diplomático con Cuba generado por el gobierno argentino

Fuentes:

Declaración nacional del Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA APOYAMOS LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE CUBANO PARA RESOLVER EL PROBLEMA DIPLOMÁTICO GENERADO EXCLUSIVAMENTE POR EL GOBIERNO ARGENTINO El Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA quiere expresar públicamente su opinión sobre la situación de tirantez creada por el gobierno argentino en las relaciones bilaterales con […]

Declaración nacional del Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA

APOYAMOS LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE CUBANO PARA RESOLVER EL PROBLEMA DIPLOMÁTICO GENERADO EXCLUSIVAMENTE POR EL GOBIERNO ARGENTINO

El Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA quiere expresar públicamente su opinión sobre la situación de tirantez creada por el gobierno argentino en las relaciones bilaterales con la hermana república de Cuba a propósito del llamado «caso Hilda Molina».

Lo hacemos luego que el presidente Néstor Kirchner difundiera públicamente su carta a Fidel Castro, del 2 de diciembre, una misiva que debió tener, en todo caso, un carácter privado y no de vulgar «carta abierta» pues los medios se enteraron del contenido antes que el destinatario.

Y lo hacemos también luego de que el mandatario cubano respondiera dignamente a esa injerencia en los asuntos internos de su país, el 12 de diciembre, con una contrapropuesta positiva y humanitaria.

Ahora creemos que es el momento adecuado para que el pueblo argentino tome una postura y entre sus muchos componentes, lo hacemos como entidad solidaria planteando cinco puntos:

-En primer lugar creemos que el presidente Kirchner actuó pésimamente al tomar como bandera seudo humanitaria el caso de la ex médica Molina, una acérrima enemiga del gobierno y del pueblo cubanos. De hecho esa injerencia tuvo sabor proimperialista porque coincidió en el tiempo con las provocaciones anticubanas de la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) en La Habana, orquestadas por James Cason y la CIA. Y aún peor que el presidente estuvo el canciller Rafael Bielsa, motor de la campaña a favor de los mal llamados «disidentes» (muchos de ellos en rigor mercenarios pagados por la administración Bush como se probó judicialmente en marzo-abril de 2003). Es que, disconforme con la respuesta firme de la cancillería cubana, el ministro argentino no tuvo mejor idea que criticar a la patria de José Martí desde los pasillos del Departamento de Estado, en Washington, donde se había reunido con el secretario Colin Powell.

De allí que cuestionamos severamente la política de la cancillería y la presidencia de nuestro país. Nosotros no compramos la versión oficial de que los «malentendidos» fueron producidos por dos funcionarios de menor nivel, que pagaron con sus renuncias. Estos fueron los instrumentadores pero la política fue diseñada y aplicada desde el más alto nivel gubernamental.

Si Kirchner y su ministro de Relaciones Exteriores estaban tan preocupados por la situación de los derechos humanos en Cuba, debieron exigir a George W. Bush que deje de torturar a los casi 600 prisioneros afganos y árabes en la base naval que usurpan en Guantánamo. O que reclamen a la Casa Blanca el cese del bloqueo criminal que viola los derechos humanos de once millones de cubanos desde el lejano febrero de 1962. También podrían haber exigido a la superpotencia que libere a los cinco jóvenes cubanos presos por espiar a la mafia de La Florida tratando de prevenir ataques terroristas contra la isla.

Pero nada de eso hicieron. Al contrario, el gobierno argentino pretendió sentar en el banquillo de los acusados a su similar de Cuba. Y se encontró con una respuesta soberana, digna, serena y amigable.

-En segundo término, el Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA felicita por esa respuesta al compañero Fidel Castro, quien no permitió que gobiernos extranjeros, ni siquiera los que se dicen «amigos», le dicten su política nacional migratoria. El jefe de Estado cubano ha ofrecido que la familia argentina de la médica retirada Molina viaje con todos los gastos pagos a La Habana, partiendo de la verdad evidente de que entre La Habana y Buenos Aires existe la misma distancia que entre Buenos Aires y La Habana. En realidad esta oferta existe desde hace muchos años y los interesados la han rechazado, lo que permite dudar si en Molina hay verdadero amor por los «nietecitos» y si en su hijo Roberto Quiñones otro tanto por la «mamita». Objetivamente lo que esta gente ha procurado es afectar el prestigio de Cuba y la buena salud de las relaciones argentino-cubanas. En lo primero ha fracasado y en lo segundo logró algunos puntos a su favor, pero ahora la crisis parece haber atravesado su peor momento, que de ser así sería una nueva derrota de los interesados en afectar gravemente la relación bilateral. Una vez más Fidel Castro ha actuado con la sapiencia del estadista; su colega Kirchner con la ignorancia del puntero político que quiere hacer buena letra con Washington y la Unión Europea. Y Bielsa, con la liviandad de quien quiere ser presidente de turno del Consejo de Seguridad de la ONU en base a la simpatía del llamado Primer Mundo. No se debe escalar posiciones a costa de pisar las cabezas de los hermanos del Tercer Mundo que siempre han estado de parte de los argentinos, como en el caso de Cuba hoy lo corroboran los acuerdos comerciales mutuamente beneficiosos, los más de 400 alumnos argentinos que estudian becados en Cuba, etc.

-En tercer lugar, MIL POR CUBA quiere repudiar con nombre y apellido a los medios como La Nación, Clarín, Radio 10 y Canal 9, por citar sólo algunos, que se dedicaron en estas semanas de crisis a sembrar cizaña entre los dos pueblos y a buscar la ruptura de relaciones con la Mayor de las Antillas. El domingo 18 de diciembre, por ejemplo, La Nación llamaba «dictador» a Fidel Castro en la columna de Joaquín Morales Solá y en varias otras menciones al mandatario cubano, a lo largo de las cinco páginas ponzoñosas que le mereció el tema. Y en simultáneo, en esa misma edición tildaba de «ex presidente de facto» al ex dictador Jorge Rafael Videla, en una crónica de su alta del Hospital Militar. Esos medios de comunicación y otros estuvieron de parte de la dictadura fascista y silenciaron sus horribles crímenes. ¿Ahora pretenden erigirse en fiscales insobornables de los derechos humanos? Pues que entonces comiencen por hablar del genocidio que ocurre en Argentina con 6 millones de compatriotas con dramas laborales y 60 por ciento de niños que viven en la pobreza, según el último informe de UNICEF. Obviamente no lo van a hacer porque esos medios, los monopolios, el FMI, los políticos corruptos y el neofascismo son brazos del mismo pulpo. Hace tres años el Argentinazo les dio un flor de tajo en la Plaza de Mayo y puebladas en todo el país pero no alcanzó, por ahora, para cortarlos del todo de la política argentina. Ya vendrán luchas mejores. Es nuestro deseo «navideño» y en esto coincidimos muchos argentinos que hemos luchado en estos años por el salario, las libertades, contra la deuda externa y la sujeción al FMI y al imperialismo, y a favor de la amistad con Cuba y los países del Tercermundo.

-En cuarto lugar, a MIL POR CUBA le alegra que tras las renuncias de Eduardo Valdés y Raúl Taleb se mejore la relación argentino-cubana. Deseamos que continúe mejorando, para dejar atrás los peores momentos, cuando Hilda Molina parecía la directora de política latinoamericana de la Cancillería de nuestro país. Lo lamentable es que, detrás de esta mujer mediática, quienes movían los hilos eran Powell y Roger Noriega, con declaraciones favorables al gobierno argentino por el modo «duro» con que estaba acosando a La Habana. Repudiamos a todos los políticos locales que se subieron a ese tren, como Carlos Ruckauf que presentó un pedido de intervención «humanitaria» de la cancillería, como Fernando de la Rúa que dijo que nuevamente Fidel Castro atacaba a Argentina (el represor del 20 de diciembre de 2001, con 39 muertos del pueblo, se atreve a hablar de derechos humanos) y el mismo Carlos Menem, que ha arriba impune a nuestro territorio con renovadas posiciones anticubanas. El Palacio San Martín debería saber que en esto no hay «tercera posición»: o se está por una política de igualdad y respeto recíproco con Cuba o se agacha la cabeza ante la superpotencia. Es una u otra: a los tibios los vomita Dios. Sobre esto debería reflexionar el presidente Kirchner, quien ha aplazado varias veces su prometido viaje a Cuba. ¿Acaso su amistad tiene algún precio? ¿O ese viaje también lo negocia con la Casa Blanca?

– En quinto término, MIL POR CUBA reitera su pertenencia al movimiento popular argentino, a su pensamiento y acción antiimperialista y de amistad con Cuba. En consecuencia, llama a los trabajadores, desocupados, estudiantes, artistas, jubilados, docentes, chacareros, comerciantes, pequeños y medianos productores nacionales, etc, a sus distintas organizaciones sociales y políticas del campo popular, y en particular a las casas de la amistad del movimiento solidario argentino-cubano, a unirnos en defensa de la revolución cubana amenazada por el imperio prepotente cuyo mandatario asume el 20 de enero su segundo y nefasto mandato.

También llamamos a preparar desde ya una campaña unida y amplia para que Argentina vote a favor de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra, en abril próximo, en ocasión de la 61º sesión anual de esa CDH. ASÍ HAREMOS REALIDAD EL SI POR CUBA 2005. Todo ello dentro de la política solidaria y combativa, de bases, de principios, internacionalista, cuya mejor expresión es:

«SI TOCAN A CUBA SE LEVANTA EL MUNDO»
Buenos Aires, 23 de diciembre de 2004
Grupo de Trabajo Solidario MIL POR CUBA