La cosa es así: Según ADECUA, «defendemos los derechos de todos los Consumidores y Usuarios de la Argentina». También, según ADECUA, «vivimos en una «sociedad de libre mercado», estamos en contra de los precios máximos. No queremos que el gobierno ponga precios máximos». Las asociaciones de «defensa del consumidor» (como ADECUA), se constituyen sobre la […]
La cosa es así: Según ADECUA, «defendemos los derechos de todos los Consumidores y Usuarios de la Argentina». También, según ADECUA, «vivimos en una «sociedad de libre mercado», estamos en contra de los precios máximos. No queremos que el gobierno ponga precios máximos».
Las asociaciones de «defensa del consumidor» (como ADECUA), se constituyen sobre la base de vivir en una «sociedad de libre mercado» o en una sociedad de consumo, como queramos llamarle; cuando los únicos derechos que le van quedando al ciudadano (que todavía puede consumir) es poder elegir o no elegir consumir determinada cosa.
Si el estado regulara los precios para que paguemos por las cosas lo que valen y no lo que las empresas quieren, estas asociaciones tendrían que dedicarse a la beneficencia o a darle de comer al perro.
De todos modos, sabemos que esto de vivir en una «sociedad de libre mercado» no es real. Primero, porque no todos pueden acceder al dichoso «mercado», y segundo, porque los que ponen los precios son ellos, los capitalistas. No los ponemos nosotros.
Nosotros, en la «sociedad de libre mercado», no decidimos nada. Son ellos los que ponen el precio del petróleo. Son cinco empresas, todas transnacionales, excepto una uruguaya que tiene 3 estaciones de servicio y que no es la que define los precios.
Por su parte, Shell tiene como estrategia de mercado vender la nafta más cara. Siempre fue así. Y haciendo trencito, la Exxon. Las demás se prenden porque no hay más remedio y porque para eso son capitalistas. Pero Shell y Exxon no extraen petróleo en Argentina. Se lo compran a Repsol para refinarlo.
Entonces, en esta «sociedad de libre mercado», nuestra «obligación» es consumir. Nada más. No somos consumidores activos que si no le compramos, se funden. Todo lo contrario.
Por supuesto nadie controla. Y las asociaciones de «defensa del consumidor» no hacen nada ni pueden pedirle al gobierno que haga nada, porque al no haber una sola empresa sino cinco, no se les puede aplicar una la ley de defensa de la competencia, y que por otra parte, no existen otras.