La decisión de México esta semana de retirar un polémico impuesto a las bebidas con fructuosa es un alivio para la industria maicera de Estados Unidos, que había dicho que la medida les hacía perder miles de millones de dólares en ventas del endulzante.El Congreso mexicano derogó el jueves un gravamen del 20 por ciento […]
La decisión de México esta semana de retirar un polémico impuesto a las bebidas con fructuosa es un alivio para la industria maicera de Estados Unidos, que había dicho que la medida les hacía perder miles de millones de dólares en ventas del endulzante.
El Congreso mexicano derogó el jueves un gravamen del 20 por ciento que había aprobado en enero del 2002, para los refrescos y otras bebidas elaboradas con jarabe de maíz de alta fructuosa, que compite en México con el azúcar.
Con la cancelación del impuesto, México cumplió con un fallo definitivo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) acerca de que el gravamen violaba reglas internacionales de comercio y era discriminatorio de las importaciones de fructuosa de Estados Unidos.
«Esperaríamos que en algunos años tengamos el potencial para capturar la mitad del mercado (de edulcorantes) en México», dijo Audrae Erickson, presidenta de la Asociación de Refinadores de Maíz de Estados Unidos.
Erickson anunció la revocación como otro paso en una serie de disputas bilaterales sobre edulcorantes. Desde 1997 estas controversias, incluyendo el impuesto a la fructuosa, le han costado a Estados Unidos más de 4,000 millones de dólares en pérdidas, dijo Erickson.
Sin embargo, la decisión del Congreso mexicano no producirá un alza inmediata en las exportaciones estadounidenses de fructuosa, pues aún persiste un sistema de cupos.
En cambio, permitirá expandir las ventas a productores que actualmente venden fructuosa en México y esperan la fecha, el 2008, para un comercio irrestricto.
El senador Chuck Grassley, líder del comité de Finanzas del Senado, quien es del estado maicero de Iowa, también aplaudió la medida tomada por el Congreso mexicano.
Productores de maíz que han sido «injustamente sacados de un mercado legítimo» podrán ahora llevar su fructuosa a los consumidores mexicanos, dijo Grassley en un comunicado.
Se espera que el retiro del impuesto cueste unos 370 millones de dólares en ganancias en México, que encabeza el consumo per cápita mundial de bebidas de Coca-Cola.