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Descalificaciones que sustituyen el debate

Fuentes: Forumenlinea

Apenas comienzan a colocarse en la mesa del debate los primeros posicionamientos sobre la reforma petrolera, anunciada en Londres ante el Grupo de los Ocho por Enrique Peña, y las adjetivaciones para descalificar a los críticos al desconocido proyecto oficial en términos legislativos, ya ganan espacios privilegiados. Si desde tan temprano se estigmatiza en el […]

Apenas comienzan a colocarse en la mesa del debate los primeros posicionamientos sobre la reforma petrolera, anunciada en Londres ante el Grupo de los Ocho por Enrique Peña, y las adjetivaciones para descalificar a los críticos al desconocido proyecto oficial en términos legislativos, ya ganan espacios privilegiados.

Si desde tan temprano se estigmatiza en el mundo oficial a los herejes que no aplauden una inexistente iniciativa de ley de los firmantes del Pacto por México, la que muy difícilmente tiene posibilidades de formularse, ya se puede imaginar usted cómo estarán de polarizadas las fuerzas políticas y sociales dentro de uno, dos y tres meses. De pronóstico reservado y más aún si los anatemas sustituyen a los juicios y las razones, como con singular beligerancia lo hace justamente el presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Senadores, David Penchyna, y con menos torpeza Manlio Fabio Beltrones.

El hidalguense de Pachuca descubre el hilo negro, con la soberbia que lo distingue, al afirmar que el petrolero «es un tema en el que muchos actores de la izquierda encuentran un oportunismo (sic): el mejor ejemplo es (Marcelo) Ebrard, que entiendo hoy no tiene cargo político alguno, no representa a nadie, y es una expresión que demuestra que por su actitud peleonera, lo que menos le importa es el tema técnico de lo que requiere el país. Se sigue viendo desde un ángulo de disputa política con el ánimo de llevar presencia política a su molino». Seguramente Penchyna Grub no hace política con la vista puesta en ocupar la gubernatura de Hidalgo, como todos los políticos que se precien de serlo actúan en el presente, observando el siguiente puesto o espacio público a ejercer, Enrique Peña incluido.

De tal suerte que resulta ociosa, por no escribir tonta, la descalificación de quienes apoyan o critican » asociaciones de Pemex con empresas, donde se comparten utilidades» (Beltrones Rivera dixit), pues «No se trata de compartir la renta petrolera con empresas trasnacionales», sólo porque tienen proyectos políticos individuales que, por cierto, no lo son tanto si se trata de pujar por sí mismo y sus partidarios.

El otrora gobernador de Sonora, y en esa condición presunto interrogador de Mario Aburto, el asesino material de Luis Donaldo Colosio, no cantó mal las rancheras y exigió a los críticos del desconocido proyecto gubernamental sobre Pemex, «tiren sus tabúes al bote de la basura» para que «nos fuéramos a una reforma constitucional que gire alrededor de que el petróleo no quede en manos privadas. No sigamos con esos falsos debates, de un falso nacionalismo». Los que desde 1929 y hasta 1982 en forma muy destacada realizaron la construcción ideológica del denominado nacionalismo revolucionario, manoseado incluso hasta 2000 cuando el hartazgo del electorado llevó a Vicente Fox a Los Pinos, ahora pretenden nuevamente borrón y cuenta nueva para abrir paso al proyecto de Peña Nieto y sus cuatro antecesores, reforma que no sometió al juicio de sus electores ni de su partido, sino ya instalado en la silla presidencial promovió una exitosa reforma a la Declaración de Principios del Partido Revolucionario.

Los impugnadores del provocador anuncio hecho en Inglaterra por el titular del Ejecutivo federal mexicano, están a buen tiempo de obligar al establecimiento a colocar sobre la mesa del debate los alcances y propósitos de su proyecto petrolero, para que la discusión gire alrededor de lo sustancial y rehuir, así, la morralla de las excomulgaciones a cargo de los que ahora se presentan como «los modernizadores de México», como antes lo hizo su aún maestro y amigo Carlos Salinas.

Fuente original: forumenlinea