Los «grandes descubrimientos» hechos por el Instituto Mexicano para la Competitividad sobre el estado en que se encuentran los salarios y prestaciones, las plazas y los pagos a los afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tardaron más en darse a conocer, que en recibir puntual respuesta de la Subsecretaría de Planeación y […]
Los «grandes descubrimientos» hechos por el Instituto Mexicano para la Competitividad sobre el estado en que se encuentran los salarios y prestaciones, las plazas y los pagos a los afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tardaron más en darse a conocer, que en recibir puntual respuesta de la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas.
Fue Enrique del Val quien a nombre de la secretaría que preside Emilio Chuayfett, evidenció que el mapa de los sueldos de los profesores contiene «múltiples errores» y por tanto «carece de seriedad y de rigor» el «análisis» realizado por la asociación civil fundada hace una década, misma que se presenta como «un centro de investigación aplicada, independiente, apartidista y sin fines de lucro cuya misión es estudiar los fenómenos económicos y sociales que afectan la competitividad de México en el contexto de una economía globalizada».
La independencia del Imco la garantiza la presencia en su Consejo Directivo de prohombres del gran capital como Valentín Díez Merodo, Eugenio Clariond Reyes-Retana y Claudio X. González Laporte; tecnócratas como Jaime Serra Puche e intelectuales orgánicos al establecimiento del perfil de Luis de la Calle y Carlos Elizondo.
El Imco, a juicio del subsecretario, para el «análisis» que hizo tendría que haber comparado más trimestres de los pagos a profesores, para así constatar que fueron irregulares, únicos y por razones diversas, como por demandas laborales y pensiones alimenticias. Pero no, se fue por la fácil, pese a que la falta de recursos no debió ser la causa con tan notables padrinos que, a su vez, forman parte del medio centenar de los dueños de México.
Luego de que el Imco dio a conocer, el miércoles 14, que 70 profesores ganan más de 193 mil pesos, sueldo mensual que percibe Enrique Peña Nieto; que 7 mil 100 docentes tienen un salario que rebasa los 100 mil pesos al mes y que mil 441 profesores de Hidalgo tienen la misma fecha de nacimiento en su registro federal de causantes y que por tanto tienen más de 100 años de edad y siguen cobrando en la nómina, la Secretaría de Educación Pública desmintió con lujo de detalles las sesudas denuncias.
Detalles que omito porque están en todos los medios, incluida la gigantesca televisora de Emilio Azcárraga a la que tanto se favorece hoy como ayer, y el que no lo hace como Graco Ramírez con 700 millones de pesos le va como en feria, para ponderar si como dicen los voceros del Imco es la falta de oportuna y completa información de la SEP la que condujo a los analistas a cometer desfiguros, y que gobiernos como el de Hidalgo anuncian procederán ministerialmente si no hay un corrección pública.
El hecho es que el Imco ratifica las conclusiones del estudio Mapa del magisterio de educación básica en México, y se justificó con la urgencia de que la SEP cumpla «con las obligaciones de rendición de cuentas». La información, insisten, fue obtenida del portal electrónico de la SEP el pasado 20 de marzo. Pero ni una palabra dicen del elemental consejo del subsecretario de comparar manzanas con manzanas y no con peras como todo indica lo hicieron, al no rastrear los trimestres anteriores.
Tras esta tomadura de pelo de un Imco por el que guarda tantas consideraciones el oligopolio mediático, seguramente se encuentra la persistente y agresiva campaña contra los trabajadores de la educación, particularmente los que exigen, organizan y están en movimiento por medio de la Coordinadora Nacional, para presentarlos como los causantes del estado en que se encuentra la educación mexicana.
Fuente original: www.forumenlinea.com