Después del referendo constitucional, el pueblo comienza a formularse las preguntas, para encontrar respuestas, dado que antes, no se había establecido el debate político, sino, la mutua agresión mediática. Desde las posiciones de liderazgo, se re-comenzó la confrontación: «Aquí no hay empate, hay un ganador, no hay media luna, hay una luna entera», el Presidente Evo […]
Después del referendo constitucional, el pueblo comienza a formularse las preguntas, para encontrar respuestas, dado que antes, no se había establecido el debate político, sino, la mutua agresión mediática.
Desde las posiciones de liderazgo, se re-comenzó la confrontación: «Aquí no hay empate, hay un ganador, no hay media luna, hay una luna entera», el Presidente Evo Morales Ayma, «Hemos derrotado una vez más un proyecto totalitario y vamos a seguir» el Prefecto del Beni, Ernesto Suárez, «Hay la necesidad y el deber moral de construir pactos si quieren avanzar», Mario Cossio, Prefecto de Tarija.
Para este comentario, parto de una pregunta que derivará en otras preguntas. ¿Porqué y para qué, no dialogamos, con el propósito de lograr una Constitución, que no sea producto de la unanimidad, pero sí, del consenso? Hago esta pregunta a modo de reflexión, porque para la reflexión, siempre debe haber espacio y tiempo, salvo que no haya voluntad y propósitos superiores.
Bajo las actuales condiciones sociopolíticas, cabe preguntar ¿Fue necesario, embretar el país, para llevar al pueblo a un punto de inflexión, donde la concertación sea una palabra prohibida? ¿La confrontación y la exclusión, desde otra perspectiva o con otros actores, es la salida? ¿Es mejor y válido, un nuevo racismo, disfrazado por una exagerada discriminación positiva para una parte del pueblo, en contra de las otras partes, como surge de los artículos: 2; 3; 30; 31 y 32 del nuevo texto constitucional? Pido al lector, que amablemente recurra a mis otros comentarios y en especial al texto constitucional.
La relación amigo-enemigo, sigue y suma.
Nadie, con sentimiento nacional y contenido social, puede dejar de sorprenderse de la terquedad del gobierno y la oposición, en este proceso constituyente, la empecinada relación amigo-enemigo, cada vez se acentuaba.
Desde el inicio, venia la oposición, dado que por más de 20 años, se negó toda posibilidad de una reforma total, vía Asamblea Constituyente. Se instalo la negación, se busco amigos y enemigos contra la reforma del Estado y la sociedad que significa todo proceso constituyente. Las modificaciones del 1995 y 2004, junto a la comisión de notables negaron toda posibilidad, para una nueva ingeniería constitucional.
En Bolivia, la conducta absolutista, ha signado el proceso histórico y político. Cada líder o gobierno, a su turno, quiere dejar su impronta, sobre el particular, es grande el anecdotario de nuestra historia, toda ella, tiene un corolario: por la pelea interna, por el poder transitorio, se hacen alianzas externas, hoy las aguas del Sillala con Chile, son la expresión.
Cada gobernante, en su momento, se siente elegido e iluminado, aquí, en este trance, no interesa el corazón sino las razones. Cuando me refiero al corazón, estoy adscrito al concepto de Pascal que dice, «El corazón tiene sus razones, que la razón desconoce» este concepto esta sostenido por otros criterios: «El último paso de la razón (…), es el reconocimiento de que hay una cantidad infinita de cosas que están más allá de ella».
Lo curioso en la política nacional, es la obsesión de buscar enemigos. La vital y fecunda tarea es identificar al enemigo. La búsqueda casi enfermiza de ¿Quién es el enemigo, en el proceso histórico nacional?
Quizás, los bolivianos estamos agobiado por la escatología política práctica, que tiende a negar respuestas, sostenida en conceptos filosóficos ciertos, tales como, la lucha de clases, la explotación del hombre por el hombre y otras, todas válidas y reales.
Sin embargo, creo que hay que buscar el enemigo real, no en una parafernalia antinómica, sino en los amigos-cómplice, que es la extraña alianza entre la clase política y los grupos de poder, este binomio, falto de nacionalismo y de compromiso social.
Un enemigo se establece en relación con otro enemigo, José Sánchez Parga dice» Es este equívoco el que genera tantos errores políticos, y de los que sólo la experiencia logra desengañar, cuando descubre los daños que infligen los amigos y que los considerados enemigos no habían provocado.»
Son esas extrañas alianzas de favores y apoyos elaborados en el mayor siligio, entre políticos y grupos de poder, como suceden en los cuentos: La Jaula del Tordo, del escritor mexicano Herminio Martínez. ¿Será que los bolivianos, vivimos el drama del enfermo imaginario, cuando buscamos el enemigo imaginario?.
Entre el Síndrome de Estocolmo y Síndrome de Madoff
El síndrome autonomista, es similar al síndrome de Estocolmo, dónde gobierno y oposición, secuestran al pueblo (la Asamblea Constituyente y su Poder Constituyente) para que mediatizando este secuestro, hacer que el secuestrado (el pueblo), se identifique con sus secuestradores. Resumo: ¿Quiénes son sus secuestradores? Gobierno y oposición, ¿Cómo? Por medio del Pacto del Palacio Quemado. ¿Cómo se evidencia? Con la pregunta del referendo, cuando dice: » (…) refrendar el texto del proyecto de Constitución Política del Estado presentado por la Asamblea Constituyente, y ajustado por la Comisión Especial de Concertación del H. Congreso Nacional, que incluye los consensos logrados en el diálogo entre el Gobierno Nacional con los Prefectos y Representantes Municipales sobre autonomías, (…)»
El síndrome autonomista, busca entenderse por medio de una analogía, que al ser metafórica, corren el riesgo que conlleva toda metáfora. ¿Estamos frente a un síndrome político nuevo? Sí. Para mantener mayor fluidez del imaginario, propongo llamarlo: Bolivia Madoff, al igual que existió una Bolivian Syndicate, con el Presidente Pando.
Bernard Madoff, construía su pirámide financiera bajo la atractiva oferta de una rentabilidad al inversor, donde los resultados de la inversión eran independiente del desempeño de los resultados del negocio donde se invertía el dinero, inversión sin riesgo. Garantizaba un rendimiento de la inversión (8 al 12 %, nivel muy alto), tanto a la alza como a la baja, es decir no afectaban los resultados que se obtenían en la bolsa de valores, este caso Wall Street.
En nuestro caso, Wall Street, es el Palacio Quemado (amalgamado al Palacio Legislativo), B. Madoff, es el gobierno y la oposición (Pacto de la derecha democrática, en la pregunta del referendo, está toda la salsa), La pirámide: la autonomía, que resulto ser las autonomías (ver los artículos 269 al 305 del nuevo texto constitucional) que garantiza un rendimiento alto sin importar el costo, un calculo político, económico y social sin precedentes, al igual que las ofertas que hacía Madoff, las autonomías darán un rendimiento alto, independiente del costo de funcionamiento.
Mientras tanto ¿Qué?
Mientras las cifras definitivas sean anunciadas, por La Corte Nacional Electoral, luego de recibir todos los cómputos de las Cortes Departamentales, previa verificación que exige todo proceso electoral; la mente de los líderes políticos, sociales y cívicos, se preparan para reanudar la confrontación, para que Bolivia, que se encuentra divida, profundice esa división, esa confrontación sin contenido y sin sentido histórico real, se soporta en las obsesiones dirigenciales. Estas conductas, no son resultado de una lectura serena del resultado (todavía preliminar) del referendo ¿Con los resultados finales, qué?
Lo que nos pasa en Bolivia, en torno al gobierno y la oposición, es lamentable. El altísimo grado de alienación, lleva a perder la dimensión de lo posible, se formulan in-so-lu-cio-nes, por ello es pertinente citar a José Ortega y Gasset, en la Redención de las provincias (1931), cuando dice» Por eso es justo que se permita a la política militante cierta dosis de ceguera y el uso de conceptos y tópicos que, en rigor, son falsos. Lo que no parece aceptable es que esas ideas inexactas, sugeridas por la lucha y para la lucha, sean tomadas en serio cuando se trata de explicar, de aclarar el pasado»
Para finalizar esta primera apreciación en torno al escenario post- referendo, resalto que en cuando la organización del Estado, se ha consolidado la babel autonómica, como he señalado en mis comentarios anteriores.
Pero incertidumbre y la confrontación, no parece terminar, la oposición errada y errática, como cuando formuló la autonomía, hoy formula la organización Confederal, la oposición esta yirando como en el tango de Enrique Discepolo, Yira, Yira, en la parte que dice: «Cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol….». En el mismo plano, por sus objetivos antidialogal, el gobierno que busca el estado de excepción, para hacer funcionar su nueva Constitución Política del Estado, y tiene en los artículos 137 al 140, su base.
¿Mientras tanto qué?…Bolivia, encuentra su nuevo empantanamiento: entre lo confederal y el iustititum, del gobierno de aplicar la Constitución por decretos, es como señala Giorgio Agamben, el iustititum construido como solstitium, que significa literalmente, interrupción, suspensión del derecho». Una vez más caímos en la trampa, pasaremos los momentos más decisivos y más escasos, para luchar contra la crisis económica mundial, estructurando el odio. La exigencia del momento, es una Comisión de la Verdad y la Reconciliación, como hizo Mandela, en Sudáfrica.
Actuar en sentido contrario (seguir en lo mismo), significa comprar un tiquete sin retorno, El resultado de la crisis interna y la crisis internacional, estremecerá las débiles bases de la nacionalidad boliviana. La miseria y la violencia, no serán transformadoras, será la lucha de una marginalidad no política, será de una marginalidad delincuencial, azotando a la ciudadanía. Esta realidad socioeconómica, es el resultado de un largo proceso de errores y acciones no ejecutadas, para desarrollar la economía y generar bienestar social, en las «ciudades locomotoras».
La violencia, se desarrollará principalmente en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz de La Sierra, reitero no será violencia política, será violencia del crimen organizado; aquí, los Pilatos, no podrán lavarse las manos de la ineficacia e ineficiencia.