Mi nombre es Venturino Torres Escobar, tengo 44 años de edad, vivo en la comunidad Nucatili en el municipio de Chiapa de Corzo, Chiapas, soy integrante del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), soy expreso político.
Hace dos años fui víctima de la represión que desató el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas en contra de las organizaciones populares, me encarcelaron de manera arbitraria a manera de castigo por la lucha que desarrollamos como organización en la defensa de nuestros derechos, por la defensa del derecho a la tierra, por justicia y por mejores condiciones de vida para el pueblo trabajador.
Luego de dos años de encarcelamiento injusto y después de una incesante lucha por parte de la organización, del abogado defensor, de organismos independientes de derechos humanos, por nuestra libertad, logramos salir de esa mazmorra del Estado el día 29 de octubre de 2021.
A continuación voy a relatar mi experiencia vivida como víctima de una violación a los derechos humanos como lo es la detención arbitraria y el encarcelamiento por motivos políticos, esto con el fin de que mi testimonio sirva para demostrar el verdadero rostro represivo de la autodenominada Cuarta Transformación en Chiapas, y sirva también como evidencia de que es necesaria la organización y la protesta para luchar contra esta política de represión, y en específico para liberar a los presos políticos.
El día lunes 21 de octubre del año 2019 fui detenido conjuntamente con mi esposa y compañera de lucha Asunción Gómez Sánchez en el municipio de Chiapa de Corzo, en el lugar conocido como Santa Fe a eso de las 8:30 de la noche.
En ese lugar el gobierno estatal preparó un operativo policíaco para llevar acabo nuestra detención, seis elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) institución en la que estaba al frente el represor Jorge Luis Llaven Abarca, a bordo de una suburban blanca fueron los que ejecutaron mi detención y la de mi esposa.
Nosotros estábamos en una parada de transporte, íbamos a comprar un boleto para ir a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, lugar donde laboramos como trabajadores de la construcción, en ese momento los policías ministeriales nos rodearon y sin darnos ninguna explicación nos esposaron y nos subieron a la suburban, yo pregunté el motivo del por qué nos estaban deteniendo, los agentes de Estado sólo respondieron “ustedes ya saben”.
Los policías nos llevaron con rumbo a la Fiscalía de Chiapa de Corzo, llegamos a dicha institución pero no nos bajaron del vehículo, sólo un policía ingresó, minutos después salió del lugar, se subió al vehículo y de ahí nos trasladaron al ministerio público de la Fiscalía en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en ese lugar nos documentaron y fotografiaron, yo y mi esposa pedimos que nos dijeran por qué motivos nos detuvieron, nuevamente recibimos la misma respuesta, “ustedes ya saben”.
Más tarde, fuimos trasladados hacia el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados No. 14 conocido como El Amate, ubicado en el municipio de Cintalapa Chiapas, a ese lugar llegamos aproximadamente como a las 12:30 de la madrugada del día 22 de octubre.
Al amanecer, como a las 11:00 de la mañana se llevó acabo la primera audiencia, en donde el Juez nos vinculó a proceso con la Causa Penal 36/2018 con el delito de despojo de tierras, a partir de ese momento nos dejaron en prisión.
Es ahí donde nos dimos cuenta que el gobierno nos fabricó una carpeta de investigación, e inventó un delito para justificar nuestra detención, no es primera vez que lo hizo, ya lo había hecho con dos compañeros que igualmente fueron detenidos y encarcelados con fines represivos, hablamos de Javier González Díaz y Armando Hernández Sánchez.
Nosotros no cometimos ningún despojo de tierras, y lo comprobamos, por el contrario la Fiscalía no pudo demostrar el delito que nos imputaba, por ello, el Juez no tuvo más opción que dictar una sentencia absolutoria en la Audiencia de Juicio.
Cuando nos vincularon a proceso el día 22 de octubre de 2019, nos mantuvieron toda la tarde en una celda que está junto al juzgado, fue hasta las 6:30 de la tarde que nos ingresaron al penal, en ese momento me sentí algo preocupado pues no sabía cómo le iba a ir a mi esposa en esta situación de encarcelamiento injusto, para ella era su primera experiencia en una cárcel, yo por el contrario, ya había estado en prisión en el año 2005, igualmente por motivos políticos.
En el 2005 el gobierno me mandó a detener y encarcelar para intentar que desistiera de luchar por el derecho a la tierra y renunciara a la organización popular e independiente, tardé un año en prisión, logré mi libertad por la lucha de la organización.
Ingresamos al Amate y ya en el área donde nos documentaron me separaron de mi esposa, pasamos a revisión médica y todo un proceso para ingresar al penal. Después a ella se la llevaron al área Femenil y a mí al área varonil en el módulo conocido como 72 horas, al llegar a ese lugar “el chaca” como se le conoce a las personas que controlan el penal bajo órdenes de las autoridades penitenciaras, me pidió 10 mil pesos, un claro acto de extorción y tortura, ante ese hecho respondí que no tenía para pagar esa cantidad y el chaca me dijo “te pondrás a trabajar durante 15 días”, estuve trabajando esos 15 días, los primeros cinco días no me dejaron dormir día y noche estuve trabajando de manera forzada.
El tiempo que permanecí en esa área traté de comunicarme con mi esposa, pero fue imposible, puesto que me negaban todo tipo de comunicación, me decían que como no había pagado la cantidad que me pedían en la extorsión no tenía ese derecho. Pero no dejé de insistir, metí mis documentos para acreditar que Asunción es mi esposa, un personal del área técnica me apoyó en ese asunto.
Después de esos 15 días, me pasaron al área de población, ahí me llevaron al módulo azul o número 2, me ubicaron en el 3°b, lugar donde el vocero de esa área me pedía 20 mil pesos, nuevo acto de extorsión, ante esa situación respondí que no tenía dinero para pagar, en consecuencia me pusieron a trabajar pero ahora más duro, hicieron que subiera agua hasta el tercer nivel para todos los internos, empezaba el trabajo a las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche, de ahí me bajaban a la guardia toda la noche hasta que llegaba a las 6 de la mañana y luego a acarrear agua, estuvo pesado el trabajo.
Estuve en esa situación como tres semanas, en este tiempo me visitó una comisión de la organización, en donde manifesté lo que estaba pasándome, información que la organización expuso a modo de denuncia pública y metieron una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el resultado de esa denuncia fue que me visitara personal de la CEDH y corroboraran lo expresado en la queja.
El personal de la CEDH pudo constatar mi denuncia, pues vieron mi mal estado de salud, tenía los pies y las manos lastimadas, dolor intenso de la rodilla izquierda, tenía agotamiento producto del desvelo, cansancio por los trabajos forzados y amenazas en los que era sometido constantemente. En esa visita el monitor de derechos humanos me dijo que trataría de ver que podía hacer para detener lo que me estaban haciendo.
En esa misma visita pude ver a mi esposa y eso me calmó pues vi que estaba tranquila, y no estaba siendo tratada mal como yo, en ese momento pude platicar sobre mis hijos y acordamos que tendrían que incorporarse a la organización, no tardamos en platicar mucho.
Tres hijos menores de edad quedaron en mi casa cuando me detuvieron, estaba preocupado por su situación, sin embargo, la organización no los dejó solos, estuvo al pendiente de ellos y eso me hizo estar tranquilo. Al gobierno no le importa dejar a los niños sin padres, lo único que le interesa es reprimir al pueblo que lucha y protesta por sus derechos.
En la segunda visita que me hizo la CEDH el personal de esta institución me sugirió pagar 5 mil pesos de la extorsión que me pedía el vocero, pues me dijo que de nada me serviría sacarme y ponerme en otro módulo porque el chaca iría por mí y la pasaría más mal.
Esta situación fue indignante, dado que la CEDH en vez de proteger y evitar que haya arbitrariedades dentro del penal, lo que hacía con su actitud era convalidar la corrupción que se vive ahí en el CERSS, estos hechos fueron informados a los compas, quienes hicieron la denuncia e informaron al presidente de la CEDH lo que estaba pasando con su personal.
En una tercera visita que me hizo la instancia de derechos humanos me preguntaron si era cierto lo que el visitador me sugirió la visita anterior, le dije que sí. Por todas estas denuncias, el director y el chaca, me llamaron y preguntaron que si yo había hecho esas declaraciones, mi respuesta fue que sí, el director me dijo que si quería yo me iba a cambiar de módulo, pero un comandante me sugirió quedarme en ese módulo pues había muchas formas para trabajar y aprender oficios.
Lo que quedó demostrado es que quedarnos callados por las violaciones a los derechos humanos sólo beneficia a las autoridades, porque son los que se quedan con todo el dinero de la extorsión, de la venta de drogas y demás actos de corrupción en el penal, la denuncia es necesaria para evitar tratos crueles e inhumanos hacia los internos.
Me quedé en el módulo donde estaba, al regresar a mi celda me llamó el chaca y me dijo que antes de hacer la denuncia lo hubiera buscado para platicar, en ese momento llamó al vocero del nivel donde estaba y le dio indicaciones de que me levantara el castigo, me diera una celda y una plancha para dormir, le dijo que diera indicaciones a todos los del nivel que no se metieran conmigo, y que si algo me pasaba se la verían con él.
Como ya me levantaron el castigo empecé a gestionar para poder ver a mi esposa con frecuencia, hasta que lo logré.
Después de todas estas dificultades la cual lo superamos junto con mi esposa, empecé a buscar la forma de aprender a trabajar las bolsas de plástico, hice amistad con unos internos, me encontré unos conocidos que ya sabían trabajar ese material y ellos me ayudaron a aprender, mi esposa consiguió trabajo en limpiar, celdas, lavar ropa, vender tortillas. Esto para juntar unas monedas y comprar mi material y tener para la subsistencia, fue así como emprendimos nuestro trabajo, hasta el día de nuestra salida.
A los cuatro meses de mi encarcelamiento la Fiscalía a través de un abogado de oficio llegó para plantearme una oferta que según serviría para mi libertad, esta consistía en aceptar el delito, pagar una fianza de 50 mil pesos y así inmediatamente lograba mi libertad, el gobierno pensó que estaba desesperado y que iba a aceptar esa propuesta.
La abogada de oficio me dijo que si no aceptaba iba a estar mucho tiempo en la cárcel, ante dicho planteamiento mi respuesta fue clara, dije que no aceptaba, en primera porque no cometí ningún delito, por tanto, no tenía nada que pagar, no soy un delincuente, soy un preso político y voy a salir de aquí sin condiciones, el tiempo que tarde.
La prisión de este modo no tiene un carácter reformatorio, es utilizado para castigar a luchadores sociales, es un centro de descomposición social donde hay tráfico de drogas, prostitución, y una sarta de corrupción. Para las autoridades carcelarias es un negocio en donde pueden a través de la extorsión obtener beneficios económicos.
Estando en prisión se aprende muchas cosas, vivimos en carne propia la represión gubernamental, la cual la enfrentamos e hicimos de nuestra situación una enseñanza más de la vida, nunca vimos la prisión como un castigo, pues sabíamos que la organización exigiría nuestra libertad.
Siempre prevaleció la confianza, así que nuestra obligación como presos políticos era resistir, y jamás doblegarse, cuando llegaba nuestro abogado, le decíamos que no se preocupara que fuera con calma, que sí anhelábamos nuestra libertad pero no bajo condiciones.
A través del abogado nos enterábamos de todo lo que hacía la organización, y de cómo mis hijos se sumaron a la lucha por nuestra libertad y de todos los presos políticos del país, eso nos hacía sentir orgullosos como padres y militantes de la organización, sentía que eso me hacía más fuerte.
Tratamos siempre de mantenernos ocupados con el trabajo, para que pudiéramos aportar algo a la causa, cuando llegaba el abogado, teníamos preparado artesanías, le entregábamos para que afuera los vendieran y el recurso sirviera para la lucha.
Teníamos claro que nuestra situación era parte del camino de la lucha, por lo tanto no podíamos ponernos a llorar, sino todo lo contrario era ponernos a trabajar muy duro para poder sobrevivir en prisión, hicimos de la cárcel una trinchera de lucha.
No nos desesperamos en ningún momento, pues existió siempre la confianza hacia la organización, platicábamos con mi esposa que debíamos de estar preparados para recibir una sentencia y hacer planes en caso de que sucediera eso, pues la Fiscalía pedía para nosotros 10 años de prisión, ya estábamos preparados en el caso de que se nos dictara una sentencia condenatoria, el gobierno quería mantenernos mucho tiempo encarcelados para intentar así que abandonemos la lucha por la defensa de los derechos del pueblo.
En el mes de agosto nos llegó la notificación de que nuestra Audiencia de Juicio Oral se celebraría el día 25 de octubre de 2021 en el Juzgado de Control y Tribunales de Enjuiciamiento Región 1 en el municipio de Cintalapa, en esa audiencia la parte acusadora intentó presentar sus pruebas para demostrar el delito que me imputaron, sin embargo, dichas pruebas fueron inconsistentes, contradictorias y hasta absurdas.
De nuestra parte presentamos las pruebas que demostraban que el delito era un invento de la Fiscalía, logramos demostrar que no despojamos de sus tierras a nadie, y que la supuesta víctima era un sujeto que se prestó al juego del gobierno para armar la carpeta de investigación y así encarcelarnos. Esa audiencia tardó más de tres horas.
El Juez no dictó sentencia ese día, suspendió la audiencia y fijó el 28 de octubre la fecha para su reanudación, en esa fecha tampoco dio sentencia, volvió a suspenderla y reanudarla el día 29 de octubre, ese día por fin el Juez dictó sentencia, explicó que la Fiscalía no comprobó sus dichos y por lo tanto quedamos absueltos.
Gracias a la organización, a la defensa jurídica y la solidaridad de las organizaciones populares e independientes el gobierno no logró su objetivo, fuimos liberados el día 29 de octubre del 2021 después de dos años en prisión. Hoy somos parte de una victoria política, y seguimos firmes pues no nos doblemos, seguimos en pie de lucha y seguiremos adelante.
Demostramos ante el pueblo que los delitos que se nos imputó fueron falsos al igual que los delitos de todos nuestros compañeros presos políticos, está demostrado que existen presos políticos en el país y que la política de la 4T en Chiapas es la represión y la violencia contra el pueblo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.