La memoria histórica de los pueblos constituye una parte fundamental de su identidad, de los valores que lo definen y, a la vez, traza una línea de continuidad entre el pasado y el presente, aunque quizás parezca invisible, que une aquello que como sociedad no queremos y/o no debemos nunca olvidar, sobre todo cuando hablamos de los derechos sociales que se han conquistado a lo largo de la historia y a través de procesos de lucha y liberación de las formas sistémicas opresivas que niegan el bienestar común y edifican la injusticia.
Se dice como parte del saber popular que recordar es una manera de volver a vivir, y para el caso que nos concierne es una forma de mantener viva la llama de la esperanza y de la conciencia que anima a continuar el camino de construcción de una sociedad más justa y equitativa, donde la explotación laboral y la desigualdad no sean una lacerante continuidad, y esa es justamente la razón de no olvidar los agravios sufridos por el pueblo en sus luchas por mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores y los sectores populares; esa es la razón de elaborar y colocar un busto de Efraín Calderón Lara, “Charras”, quien fuera asesor jurídico de los sindicatos independientes nacidos al calor de la resistencia obrera y de la organización colectiva por la defensa de los derechos laborales que tuvo lugar en Yucatán durante los años setenta, en particular durante 1973-1974.
El “Charras” fue secuestrado, torturado y asesinado entre la noche del día 13 y la madrugada del 14 de febrero de 1974 por mandato del exgobernador Carlos Loret de Mola y de un sector de la burguesía yucateca que deseaba seguir explotando a la clase obrera. Una acción represiva que efectuaron cuando el movimiento del sindicalismo independiente se fortaleció y alcanzó conquistas legales y laborales que devolvieron un poco de justicia a los sectores productivos oprimidos por una sistémica estructura capitalista que violenta y despoja para sostenerse.
El ejemplo del “Charras” y de las y los obreros y estudiantes que lucharon juntos por mejores condiciones laborales de la clase obrera de sectores e industrias como la construcción, el calzado, el transporte público, así como de los obreros gasolineros, de los empleados manuales y administrativos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), y de otros sectores de la producción, perdura aún hoy no sólo en quienes vivieron esa época y fueron parte del anhelo reivindicador de la dignidad obrera, sino en quienes nos hemos sumado a dignificar la memoria y compartirla con las generaciones nuevas como un ejercicio continuo de concientización de que la lucha social es la que edifica los valores del pueblo y que los derechos deben defenderse siempre en cualquier contexto sociopolítico y cultural, ya que mediante la comprensión de que somos las y los trabajadores los que generamos la riqueza social y los valores que nos definen, y que para vivir con dignidad la defensa de los principios por un porvenir mejor no se negocia ni se claudica, es como conquistaremos el bienestar común.
En ese sentido, la propuesta y solicitud que realizó desde principios de este año 2025 el Centro de Investigaciones Sociales y Culturales “Efraín Calderón Lara” (sustentada con una campaña de recolección de firmas a nivel nacional e internacional) al Ayuntamiento de Mérida y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que se coloque en el Parque del Barrio de Santiago de la capital yucateca un busto del “Charras” elaborado por la arquitecta Gladys Díaz Negrón, se ha concretado y este sábado 13 de septiembre, a las 19 horas se efectuará la ceremonia de develación, lo que viene a significar un logro y un reconocimiento al camino andado por preservar viva la memoria y el ejemplo del “Charras” y de quienes formaron parte del movimiento obrero-estudiantil-popular que sacudió las estructuras de Yucatán en 1973 y 1974.
Hoy, a más de 51 años de estos sucesos, es significativo que la solicitud ciudadana haya encontrado eco para que la sociedad yucateca pueda conocer el legado histórico, dignificar la memoria de quienes lucharon y luchan por una sociedad mejor, y para que los espacios públicos sean también lugares de encuentro generacional entorno al bienestar social de las y los trabajadores y del pueblo de Yucatán.
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