En los últimos días hemos recibido noticias que nos deben hacer reflexionar, el desplome en la Línea 12 del metro de la Ciudad de México así como la sangrienta represión ejercida por el presidente Iván Duque en Colombia y las cifras por la pandemia de Covid-19 en el mundo, que ya rebasan por mucho los 3 millones de fallecidos estando México entre los primeros lugares y Yucatán cuenta ya con 4 mil defunciones, son muestras de la crisis sistémica del capitalismo global con expresiones particulares en distintos puntos de la realidad.
Las formas de degradación moral y ética del sistema se observan en la corrupción y negligencia que rodea los hechos en el metro capitalino, la represión en Colombia es ya no solo la degradación de la moral-ética sino la visualización del carácter violento del Estado y la real función de sus organismos centrales (ejercito-policía), en ambos casos, se cifran por encima de la veintena las muertes, unos condenados por sus condiciones de vida y otros luchando por superarlas, lo cierto es que la clase obrera y los sectores populares reciben golpes cotidianos, los usuarios del metro son en su mayoría proletarios que habitan en la sobrevida por el incremento de la pobreza y la marginación, los manifestantes en rebelión del país caribeño son obreros-obreras acompañando a su pueblo que resiste las formas del neofascismo que “dialoga” con las balas, la desaparición y el terror.
En el mundo, los monopolios farmacéuticos se disputan el mercado y durante meses se negaron a liberar las patentes para la producción masiva de vacunas, ahora, una vez asegurados los contratos millonarios, establecidas las rutas de mercado y distribución así como divididos los territorios de influencia entre las potencias imperialistas (Estados Unidos, Rusia y China), ya comienzan a hablar de la liberación de patentes, aunque los estragos estructurales del Covid-19 en algunas regiones de mundo son prácticamente irrevertibles, América Latina es una de esas regiones, en la que pese a quien le pese, Cuba se destaca por su política de planificación estatal y el desarrollo humanístico de su sistema de salud, lo que le permite entre otras cosas, enviar a diversos países del orbe a la Brigada Médica Internacional Henry Reeve para salvar vidas donde nadie más lo hace, y tener 5 prospectos de vacuna en proceso de elaboración propia con vistas a liberarlas a favor de los desposeídos.
La vileza con que algunos han usado y pretenden seguir usando los hechos en el metro capitalino es otra muestra de la decadencia sistémica, pues fijándose únicamente en sus intereses político-económicos atacan con rabia sin importarles realmente el dolor y la situación de millones de trabajadores y trabajadoras, los sectores ultraconservadores de México enmudecen ante el genocidio en Colombia, ocultan los logros en salud de Cuba y se sirven de la efectiva negligencia y corrupción en estos tiempos de campaña, pero misteriosamente, olvidan mirar sus propios zapatos y sus huellas, pues, por ejemplo, Yucatán está entre los estados con mayor número de defunciones y Mérida entre las ciudades más caras del país. Así que, aunque muchos se incomoden, estas y otras cuestiones nos deben hacer reflexionar y pugnar por un nuevo orden de cosas y un mundo mejor.