La Paz, junio 28, 2004.- Usando a fondo todo su millonario aparato de desinformación y propaganda, el gobierno neoliberal de Carlos Mesa difunde por lo menos 10 mentiras sobre la nacionalización del gas y el petróleo. Con ellas pretende desorientar a la población y desanimarla para que no siga en la lucha promovida por la […]
La Paz, junio 28, 2004.- Usando a fondo todo su millonario aparato de desinformación y propaganda, el gobierno neoliberal de Carlos Mesa difunde por lo menos 10 mentiras sobre la nacionalización del gas y el petróleo. Con ellas pretende desorientar a la población y desanimarla para que no siga en la lucha promovida por la Central Obrera Boliviana (COB) y las organizaciones sociales y populares.
La intención oficial es hacer creer a la población que la nacionalización no es viable y, por lo tanto, que la única solución sería su «referéndum», instrumento con el que quiere legalizar el control total que ejercen las petroleras sobre esta industria, garantizando sus contratos y sus negocios de exportación. En esta mismo empeño están los grandes medios de comunicación comercial, los empresarios nacionales y extranjeros, las transnacionales, la Embajada de Estados Unidos y los organismos internacionales. Todos ellos le han dicho SI al referéndum de Mesa y, por eso, están amplificando su campaña de desinformación, que sin embargo está sustentada sobre bases endebles y falsas, tal como lo demuestra la Coordinadora de Defensa del Gas.
A continuación presentamos un síntesis elaborada por la Coordinadora y modificada parcialmente por Econoticias para mejor compresión del lector:
PRIMERA MENTIRA: La nacionalización es inviable porque el Estado boliviano debe otorgar, en compensación, una indemnización a los concesionarios expropiados.
LA VERDAD: La nacionalización no es inviable porque los cálculos y estimaciones de los montos a pagarse como compensación deber ser realizados una vez concluidas las investigaciones criminales correspondientes. Es evidente que estos procesos judiciales resultarán en una minimización considerable de los montos por pagarse, lo mismo en procesos judiciales dentro de nuestro país que en las cortes internacionales de comercio.
Esta evidencia se sustenta en los siguientes hechos:
a) Hay muchos vicios inconstitucionales y actos delincuenciales que obligan a anular todos los contratos que se firmaron entre 1993 y 1997 con las transnacionales. Ahí están, por ejemplo, la entrega de reservas de hidrocarburos existentes (como las del pozo San Alberto), que fueron reclasificadas como nuevas para pagar menos impuestos (Ley 1731). También se ha garantizado a las petroleras el derecho propietario en boca de pozo (D.S. 24.806) y se modificaron los impuestos a pagar al Estado, sobre el precio en boca de pozo de los hidrocarburos, de 38 a 6 por ciento.
b) Las empresas petroleras han inflado prácticamente todos sus gastos e inversiones en trabajos de exploración que no se requerían, ya que la información geológica de YPFB, sobre las reservas existentes antes de 1996, fue entregada a las transnacionales por Mauricio Gonzales, Arturo Castaños, Miguel Cirbían y otro funcionarios corruptos, que más adelante se hicieron contratar por las empresas beneficiadas como premio por sus acciones en contra del Estado
c) El contrato de compra venta al Brasil ha sido firmado en septiembre de 1996, considerando la venta de gas, principalmente tarijeño. Entonces ocurrió hecho extraordinario: poco más de dos meses después, se reclasificó a Tarija con menos de 0,2 trillones de pies cúbicos de reservas «existentes» (mucho menos de lo reportado por YPFB). ¡A pesar de que formaciones geológicas ricas en reservas de gas en la región eran perfectamente conocidas, como la encontrada en Huamampampa!
Como las anteriores, hay muchas más irregularidades y actos viciados de nulidad.
SEGUNDA MENTIRA. El monto de indemnización que se llegaría a pagar sería de alrededor de 8.000 millones de dólares.
Totalmente falso. El 50 por ciento de esta suma corresponde a lo que se dice que Bolivia deberá invertir. Los montos declarados como invertidos no pasan de 4.000 millones y han sido inflados de manera escandalosa: las transnacionales no pueden ser indemnizadas por algo que no han hecho.
TERCERA MENTIRA: Bolivia no tiene dinero, ni podrá conseguirlo, para indemnizar a las transnacionales y realizar nuevas inversiones.
LA VERDAD: Bolivia tiene reservas de hidrocarburos cuyo valor en boca de pozo sobrepasa los 100.000 millones de dólares. NO deberían existir problemas para aprovechar este potencial para obtener los préstamos requeridos y pagar a la brevedad posible a las transnacionales.
CUARTA MENTIRA: Nadie prestará dinero a Bolivia después de haber violado, con la nacionalización, los contratos y el derecho legal internacional del inversionista privado
LA VERDAD: Hay la necesidad imperiosa y urgente de unir las luchas de los pueblos de Chile, Argentina y Perú por recuperar lo que les pertenece (cobre en Chile, gas y oro en Bolivia y Perú, agua e hidrocarburos en Argentina, etc…). Unidos, se puede forzar a los países amigos a inducir sus organismos financieros a aportar los recursos necesarios.
QUINTA MENTIRA: La nacionalización haría caer el valor de todas las empresas, lo cual nos puede llevar a una situación mas difícil que la actual.
LA VERDAD: El valor de las empresas está inflado y es enorme, esto también debido a que ellas lograron expropiar ilegalmente los bienes y capitales de los países ya citados. Caerán sí o sí, si se logra hacer justicia… el valor de las empresas nacionalizadas no dependerá únicamente de los mercados, también de su utilidad social para nuestro desarrollo: eso es lo que defendemos, el derecho a beneficiarnos primero de nuestra riqueza, y eso no tiene precio.
SEXTA MENTIRA: Bolivia logró muy poco con las nacionalizaciones que se produjeron en 1937 y 1969
LA VERDAD: La nacionalización de 1937 resultó en la creación de YPFB, lo que permitió sostener la economía nacional por décadas. En 1969, coadyuvó a generar bronca y violencia extrema por las empresas afectadas, resultando en el Plan Cóndor y el asesinato sistemático de quienes, en Bolivia, Paraguay, Chile y Argentina, luchaban por sus derechos, pero de alguna manera mantuvo la propiedad de la riqueza expropiada.
SÉPTIMA MENTIRA. ¿Qué se pretende nacionalizar si las reservas hidrocarburíferas a 6.000 metros de profundidad continúan siendo de propiedad del Estado?
LA VERDAD: Se busca nacionalizar os campos íntegros, desde adentro hasta afuera, con todo lo que las transnacionales han construido para saquearnos. ¡TODO de adentro hacia afuera!
OCTAVA MENTIRA: Desarrollar los 55 trillones de pies cúbicos de reservas de gas requerirá 4.400 millones de dólares. Sin los capitales de riesgo necesarios para traer esas reservas a la superficie y monetizarlas (obtener dinero por su explotación e industrialización), estaríamos nacionalizando yacimientos sin valor alguno.
LA VERDAD: Los 4.400 millones de dólares representan aproximadamente 5 % del valor en boca de pozo de las reservas hidrocarburíferas nacionales. Es decir, tenemos mucha más riqueza de la necesaria para comenzar nosotros a explotar nuestras riquezas y para beneficiarnos con ellas.
NOVENA MENTIRA: La idea de nacionalizar va en contra de la corriente de modernidad, pues en la región y el mundo se busca captar capitales privados y no espantarlos.
LA VERDAD: Hay que espantar a la mafia transnacional. Son las transnacionales, amparadas por el modelo neoliberal, las que están provocando la muerte, por hambre, de aproximadamente 100.000 personas por día en todo el mundo, según datos de la ONU. Y en este camino no estamos solos. En Venezuela, por ejemplo, la principal empresa petrolera, encargada de la explotación y la industrialización de los hidrocarburos, es PDVSA, una empresa del Estado dedicada a beneficiar a la economía de la gente, y no a unos cuantos capitalistas…
DÉCIMA MENTIRA:. La agenda de algunos grupos ha desviado el debate económico nacional, en base a desinformación, consignas y discursos sin fondo, hacia el ámbito político-ideológico.
LA VERDAD: Todo lo que va en contra de los intereses de los banqueros está siendo calificado por ellos y sus socios (BID, CAF, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, etc.) de desinformación. No es posible que creer que ellos dicen la verdad. La NACIONALIZACIÓN ES TÉCNICA Y POLÍTICAMENTE POSIBLE. Lo que tenemos que hacer es informar con la verdad a los bolivianos y las bolivianas. No es posible que se mantenga más este esquema de saqueo y empobrecimiento.