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Entrevista con Adrián Sotelo Valencia, sociólogo mexicano

«Digámoslo de una vez por todas: En el capitalismo no se va a erradicar la pobreza»

Fuentes: Vieiros

Adrián Sotelo Valencia, sociólogo mexicano y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estuvo hace unos días en Galiza invitado por la CIG para ofrecer la conferencia «Crisis, resistencias y alternativas. Una perspectiva desde México». Precisamente el sindicato nacionalista publicó en 2005 su libro A reestruturación do mundo do traballo. Autor de numerosas […]

Adrián Sotelo Valencia, sociólogo mexicano y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estuvo hace unos días en Galiza invitado por la CIG para ofrecer la conferencia «Crisis, resistencias y alternativas. Una perspectiva desde México». Precisamente el sindicato nacionalista publicó en 2005 su libro A reestruturación do mundo do traballo. Autor de numerosas investigaciones sobre las relaciones laborales en el universo capitalista neoliberal en que vivimos, Sotelo Valencia visitó la redacción de Vieiros para compartir con los lectores sus análisis sobre la situación socioeconómica mundial y mexicana en el contexto de crisis actual.

Vieiros: La crisis … Adrián Sotelo Valencia: La crisis hoy es el epicentro del terremoto en la economía capitalista global. Una de las vertientes que la explican es la insuficiencia del método ‘toyotista’ (sistema nacido en los 70, basado en la flexibilidad laboral, reducción de costes por la reducción del personal laboral, …) de organización del mundo del trabajo a escala global, que permita a las empresas la autovalorización del capital tanto en los países dependientes -los de Latinoamérica, por ejemplo- como en los imperialistas -EE.UU., Japón, Alemania.

¿Tiene solución dentro del propio sistema? Yo pienso, al contrario que muchos autores, que esta crisis no va a acabar con el capitalismo. Hay poder militar, hay geopolítica, hay un Imperialismo que opera a escala global, que tiene capacidad de reacción. EE.UU. interviene en Irak, Afganistán, Somalia, amenaza países soberanos como Cuba. El sistema tiene aún con que mantenerse.

¿Qué diferencias hay entre este y otros períodos de crisis económica precedentes? Las de los 80 y 90 son crisis que podríamos llamar de la globalización del capital, pero que a diferencia de la de ahora ocurren en la periferia del sistema. Te hablo por ejemplo de la mexicana de 1994-1995; de la del 97 en Corea; la crisis del 98 en Rusia, la de 2000 en Argentina, … todas crisis que el gran capital podía gestionar.

¿Y ahora no? Ahora emerge en el seno mismo del aparato productivo de EE.UU. Dejando a un lado que ramifique en crisis financiera, inmobiliaria, … hay una crisis estructural del sistema capitalista, que tiene cada vez más dificultades para crear el trabajo excedente que restituya la tasa de ganancias y la rentabilidad de las grandes empresas. Sin embargo, EE.UU. tiene capacidad para descargar, como está haciendo, el peso de su crisis en los países dependientes y subdesarrollados.

¿Cree que va a ir a peor? Yo calculo una fase de por lo menos un lustro, con cinco años en los que habrá un período de corte de uno o dos años, y volveremos a entrar en una crisis aun más profunda que la actual. En los 90 ya se observaba una tendencia a la caída del sistema. Sólo países como China -e India y Corea, en menor medida- crecieron a un promedio del 12% anual. Cada vez más, el sistema tiende a generar ciclos de crecimiento más cortos y a prolongar los procesos de crisis estructural. Sin ser trotskista, se podrían asumir sus tesis sobre la crisis permanente del sistema.

RESPUESTAS FRENTE A LA CRISIS: AMÉRICA LATINA

Las cifras de desempleo y pobreza se disparan en el mundo. ¿Puede nacer un movimiento a nivel social que se rebele contra esta situación? Yo creo que lo hay. Están los viejos movimientos, que antes de la crisis, desde el ataque de EE.UU. a Irak, con la presión de Afganistán, etcétera, impidieron un ataque masivo sobre Cuba, por ejemplo. Y hay un conjunto de países, comunidades y personas, digamos en una vertiente progresista, desarrollando alternativas. Hablo de Venezuela y Bolivia; también Ecuador, Nicaragua y por supuesto Cuba -a pesar de las contradicciones del proceso cubano; y Brasil, Uruguay y Argentina, en menor medida. Hay dos posibilidades: que estos procesos se radicalicen y eso implicaría la toma del poder construyendo sociedades nuevas más allá del capitalismo, o que fracasen.

Y aparte de los procesos anticoloniales, una contestación social en las calle -ahí tenemos el caso de Grecia, por ejemplo-, más directamente relacionada con la crisis actual … Sí, sí. Esos procesos de los que te hablo son contemporáneos. Retoman sus raíces históricas. A nivel mundial no va a haber cambios sustanciales si no se pone al frente la clase obrera. Se ve cierta resistencia social en países de Europa como Grecia o Francia … pero no es algo por lo que se pueda apostar. El capital va a tratar de superar la crisis trasladando sus consecuencias nefastas sobre la espalda de la humanidad. Hace falta reaccionar desde dos frentes: uno táctico, ante el abaratamiento de los despidos, los costes del salario y la flexibilización negativa del trabajo; y otra como la que se proponen grupos con una fuerte insurrección como los zapatistas, el MST o la APPO ( Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) . La alternativa vendrá de la interrelación de las dos vertientes.

Según un informe recientemente publicado por el Programa de Desarrollo de la ONU, existe un peligro inminente de que Latinoamérica regrese a los niveles de pobreza de los años 80 … La pobreza es parte congénita del subdesarrollo histórico de los países del continente. Y en todos los países del mundo. Digámoslo de una vez por todas: En el capitalismo no se va a erradicar la pobreza. Porque la pobreza es parte consubstancial del desarrollo del capitalismo. La Cepal y la ONU crean un mito para legitimar el modelo neoliberal. En el último informe ya no hablan de «pobreza extrema» y sí de «indigencia». No hay reducción de la pobreza y por lo tanto no estamos al borde de que se incremente. Es simple metodología. Estamos ante un proceso endémico de desempleo, subempleo, insalubridad, enfermedades, … dado por las condiciones de desigualdad, que se va a agravar con la crisis.

¿Y en México? De septiembre de 2008 a enero de 2009, según cifras oficiales, se despidieron más de 500 mil trabajadores. Un promedio de seis mil personas diarias. ¿Esa gente que va a hacer? Si le sumamos un nuevo elemento a la escena mexicana, que es que los trabajadores ya no van a EE.UU. en busca de chamba, sino que vuelven de allá, a una economía en proceso de retroceso … En 2008 la tasa de crecimiento fue de menos del 2%, y en 2009 se dice que va a ser del -1% y en 2010, incluso por debajo del -2%. Este panorama es el que se va a dar en toda América Latina si los gobiernos no toman actitudes de lucha de emergencia social.

¿Podríamos decir que México está menos preparado para afrontar la crisis que países que inciden más en la protección social como Venezuela? ¡Por supuesto! Venezuela, desde el punto de vista político, tiene un gobierno progresista. Disfruta de una mayor legitimidad y apoyo social. Incluso tendría capacidad militar para afrontar un hipotético ataque de, por ejemplo, EE.UU., igual que Colombia, en el caso de las FARC. México, no. El gobierno es de derechas, socialcristiano, proestadounidense. Sin embargo, veo un problema grave en Venezuela y en Bolivia, que son países monoproductores y monoexportadores, si sus gobiernos no gestionan con destreza la dependencia de sus economías de las fluctuaciones internacionales.

¿En qué sentido? Pasaría como en México en la transición del nacionalismo revolucionario al neoliberalismo. Antes de 1982 teníamos un proceso más nacional, sustentado en el relevo de importaciones, en el desarrollo del mercado interno. Después el gobierno de López Portillo especializó al país en la exportación de crudo, que iba a la reserva de EE.UU. Cuando llegó la crisis del 82 no hubo donde agarrarnos. No vino ningún gobierno progresista después: Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, y el de Zedillo que vendió los ferrocarriles a los gringos y ahora es su propietario allá en EE.UU. Y luego las dos gestiones nefastas del PAN, de Vicente Fox y de Calderón.

PANORAMA POLÍTICO MEXICANO

¿Hay alguna alternativa política? Yo creo que sí, si no explícitamente, sí de manera social y aislada. Tienes a los zapatistas. Están los movimientos populares en Oaxaca y en otros lugares como Guerrero, en donde hay presencia de guerrillas. Fuertes movimientos campesinos en el centro del país, como Michoacán. Y también hay una fuerte contestación de la comunidad mexicana en EE.UU.; hace poco fue la jornada de ‘Un día sin mexicanos’ y EE.UU. era una mierda, todo sucio. Lo que hace falta es procesar todas esas iniciativas populares para construir una organización independiente del Estado, del capital y de los partidos, que le hacen el juego al poder.

¿No hay algunas siglas actualmente que puedan aglutinar y desarrollar esa alternativa? No, no las hay. Las hubo en el período del 2000 cuando se lanzó el candidato del PRD, López Obrador. Pero hay una grave fractura interna. No creo que vaya a haber un cambio en el proceso de 2012 (presidenciales), va a ser más de lo mismo. Quien posiblemente dé el salto va a ser el PRI, que malgobernó dictatorialmente el país durante 72 años. El PAN está en una profunda crisis. El PRD está cayendo y se va a presentar dividido. Los únicos que se recuperaron son la gente del PRI, que ya barrieron en Yucatán y en el Estado de México …

¿Puede ser esa escisión en el PRD la esperanza de la alternativa? Desde el punto de vista legal, va a haber dos candidatos, que van a dividir el voto, y van a hacerle favor al PRI. En México la votación es universal, directa y secreta, no proporcional; aunque vote una minoría del país, si gana por un voto, ya ganó. Desde el punto de vista social, creo que sí puede haber un desprendimiento de las bases sociales del partido hacia una nueva constelación política de fuerzas que propongan una alternativa, no estrictamente electoralista, que usen otras formas de lucha y organización.

Cuando se habla de México hay dos problemas endémicos recurrentes que siempre surgen: la corrupción y la violencia. ¿Qué hay de mito y de realidad en esta cuestión? La corrupción es una constante, un factor de generación de capital en México: es un negocio. Porque la gente no se corrompe por corromperse; se corrompe porque es un medio de vida para muchísimas clases, desgraciadamente también para las populares. Ahora, de la violencia no se puede hablar en abstracto. ¿Quiénes son los violentos? La de los narcotraficantes es un tipo de violencia, pero también lo es la del Estado, que en México es sumamente violento y represivo. Hay más de 500 presos políticos. Los medios usan esta realidad del narcotráfico para maximizar el problema y generar un efecto ideológico que hace que la gente crea que el Gobierno es incapaz de gobernar el país.

¿Con qué fin? Pues para legitimar una hipotética intervención de EE.UU. en México. Los ejemplos más claros los tenemos en el Plan Mérida y en el Plan Colombia. Obama, después de liberar el dinero para recuperar el aparato productivo, liberó los fondos para el Plan Mérida, que establece un corredor de maquiladoras (empresas importadoras de materia prima que no pagan aranceles) desde Puebla hasta Panamá. Esto supone barrer todas las poblaciones indígenas. Pero necesitan seguridad, y que mejor que tener allí sus tropas, si no directamente, disfrazadas. Es una explicación a este proceso de violencia en los medios. Antes no se hablaba de México y ahora se hace todos los días, pero para mal.

Exceptuando esta situación, ¿en qué medida puede beneficiar a México el cambio en la Casa Blanca? Aunque ciertamente hay diferencias entre una Administración demócrata y otra republicana, no va a haber un cambio de sistema. La esencia de la geopolítica de EE.UU. hacia América Latina va a ser la misma que la de la era Reagan-Bush. Puede que sea más factible un acuerdo entre gobiernos en materia de inmigración. Pero Obama no dijo nada de si va a renegociar el Tratado de Libre Comercio nefasto que tenemos con los gringos y que deshizo el campo mexicano, bajó salarios, y destruyó empleos. Al contrario, esta Administración, a diferencia de la de Clinton que tuvo su auge con la llamada New Economy, afronta una recesión muy profunda. Es de esperar que Obama se centre mucho en esta fase recesiva y arrastre a los mexicanos a ese ciclo, como siempre hizo históricamente.

Imaginemos que usted llega a la Presidencia de México. ¿Qué pasos daría para afrontar este período convulso? Nosotros en México tenemos un esquema monárquico: el rey allí se llama presidente. El presidencialismo surgió en la época de la colonia, desde el XVI-XVII. Es como si fuera el rey … «sigue siendo el rey», como dice la canción … Así que las medidas no las tomaría yo como persona. Ahora, el primero sería proclamar una política de salvación nacional para evitar la destrucción del país. Segundo, generar a partir del petróleo y de otras fuentes energéticas y agrícolas un modelo de desarrollo social, fundado en una diversificación de las industrias; incorporando tecnología, fuerza de trabajo, comunidades alternativas que pudieran constituir un primer proceso que impida realmente la desintegración y la ruptura de la nación. Tenemos que recuperar procesos abandonados como la agricultura para generar una economía alimentaria, popular, alternativa, que rompa con la superexplotación y la desnutrición infantil. Ahí sí que tendríamos que recordar el viejo ‘cardenismo’ mexicano: una educación social muy fuerte. Educación, alimentación y salud, como los tres pilares fundamentales para, de entrada, comenzar a revertir el proceso.

http://www.vieiros.com/nova/72844/digamolo-dunha-vez-o-capitalismo-non-vai-erradicar-a-pobreza