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Dos años de terapia

Fuentes: Rebelión

«Por los niños ricos que tienen tristeza…» Carlos Menem Como supo profetizar Carlos Menem, «la tristeza de los niños ricos» forma parte la agenda política. La reunión del G20 en Argentina, entre los numerosos hechos destacables que dejó, produjo perlas que vale la pena señalar. No me refiero a los caminos más recorridos: el presidente […]

«Por los niños ricos que tienen tristeza…»
Carlos Menem

Como supo profetizar Carlos Menem, «la tristeza de los niños ricos» forma parte la agenda política.

La reunión del G20 en Argentina, entre los numerosos hechos destacables que dejó, produjo perlas que vale la pena señalar.

No me refiero a los caminos más recorridos: el presidente francés recibido por un «chaleco amarillo» o hablando francés con Michetti, a quien si no le entiende el español mucho más difícil es el francés mal hablado; ni a que se confundieran con el presidente chino; ni a que Macri quedara solo en el escenario a las señas ante la huida de Trump. Me refiero al que probablemente sea el mayor éxito político de Macri: su reunión con el presidente estadounidense en la Casa Rosada.

Un extraño bigote

Es conocida la disputa que Mauricio Macri tuvo con su padre. Explica la psicóloga Beatriz Goldberg, en Revista Noticias de febrero de 2018:

La lucha interna que tuvo su hijo Mauricio fue con una figura fuerte. Hubo momentos de desvalorización con los que tuvo que pelear. Ese intento por diferenciarse empezó con dejarse un extraño bigote, por ejemplo. Y siguió por dedicarse a otras cuestiones, porque en el área empresarial no podía competir contra Franco. Ser dirigente futbolístico fue el comienzo. Buscar la presidencia, la evidencia de que iba por todo. Apuntó a un lugar fuerte para poder pasar por encima del padre. Psicológicamente Lacan decía que para poder progresar había que hacer un «asesinato» del padre. Pasar por encima del cadáver. VER i.

No podía competir con Franco en el área empresarial, entonces se dedicó a la política para consumar el parricidio simbólico.

Así que el enfrentamiento de Mauricio con Franco quizá no haya sido tan cruento para ellos como el de Edipo con Layo pero trajo a Mauricio hasta acá. O sea, para nosotros, ha sido sangriento.

Aunque en realidad habría que corregir a la psicóloga Goldberg y decir que sí compitió con Franco en los negocios. Con sus hermanos presentó una demanda por insanía para quedarse con sus bienes. Si declaraban «loco» al padre se quedaban con su fortuna. ¡Y lo consiguió! VER ii .

De tragedia griega

Superó al padre. Luego de presidir Boca, fue diputado, jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y presidente.

Sólo Dios sabe a cuánto ascenderá su patrimonio cuando podamos conocerlo pero probablemente sea una de las personas más ricas del mundo.

Es decir, derrotó a su padre en toda la línea.

Y a interpretar de las cosas que dice y hace, la reunión con Donald Trump fue el do de pecho de su triunfo. Mauricio, presidente de la Argentina, sentó en su oficina al presidente de los Estados Unidos, la potencia a la que hoy aparecemos completamente alineados. No solo lo recibió en su despacho, se trataron como amigos.

VER VIDEO AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?v=FXSxyDisiw8 (insertar video)

Su amigo, Donald Trump, contó que conoce a Mauricio hace tiempo, que era un joven buen mozo; pero que quien era, verdaderamente, un campeón… era el papá. Dos años de terapia.

Notas:

i https://noticias.perfil.com/2018/02/09/padres-e-hijos-la-conflictiva-relacion-de-franco-y-mauricio-macri/

ii  https://www.lagaceta.com.ar/nota/390468/argentina/franco-macri-confeso-hijo-mauricio-le-saco-empresa.html

Carlos Almenara es docente y periodista de Mendoza.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.