Dos millones de personas de las ciudades de La Paz, El Alto y provincias aledañas apostaron hoy aquí por la unidad nacional en un cabildo donde también defendieron la condición de sede del gobierno boliviano. «El Paceñazo», como le calificaron algunos medios de comunicación, sobrepasó las expectativas de la movilización para rechazar la propuesta de […]
Dos millones de personas de las ciudades de La Paz, El Alto y provincias aledañas apostaron hoy aquí por la unidad nacional en un cabildo donde también defendieron la condición de sede del gobierno boliviano.
«El Paceñazo», como le calificaron algunos medios de comunicación, sobrepasó las expectativas de la movilización para rechazar la propuesta de delegados del departamento de Chuquisaca, que los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) se trasladen a la sureña ciudad de Sucre.
Los participantes en la concentración aprobaron la llamada Proclama del Cabildo, en la que señalaron que el tema de la capitalía plena no debe tratarse en la Asamblea Constituyente, encargada de presentar el nuevo texto constitucional antes del 6 de agosto.
Según ese texto, que leyó Macario Tola, al frente de la brigada de delegados de La Paz, en caso contrario, se podrían declarar un paro por tiempo indefinido en la sede de gobierno y una vigilia permanente del foro.
En la multitudinaria manifestación, varios oradores, entre ellos la rectora de Universidad Mayor de San Andrés, Teresa Recala, también alertaron sobre las maniobras divisionistas de grupos opositores al gobierno de Evo Morales.
Los paceños, afirmó, apoyamos el proceso de cambio y respetamos las decisiones que adopte la Constituyente, cuyo eje central será la conformación de un Estado que defienda la igualdad, la equidad, la inclusión y la justicia social.
La energía de los bolivianos, agregó, no debe malgastarse en discusiones superficiales como el de la capitalía.
«Debemos concentrarnos en políticas estratégicas, como la lucha contra la pobreza», afirmó.
El cabildo de La Paz, que fue trasmitido de manera directa por todos los canales de televisión del país andino, reunió a más de dos millones de personas desde horas tempranas en la ciudad de El Alto, bajo el lema de «la sede no se mueve».
Los reclamos de la llamada capitalía plena son vistos por el gobierno boliviano como una maniobra para boicotear a la Asamblea Constituyente.