Recomiendo:
2

Drogas, corrupción y el ejército (II)

Fuentes: Rebelión

Elecciones para la presidencia de México (julio de 2018).

Un huracán en forma de 30 millones 113 mil 483 votos impide y hace inviable el que sería cuarto fraude consecutivo y consiguiente robo de la presidencia de México desde la caída del sistema que favoreció a Carlos Salinas de Gortari en 1988. Ocupa la Silla Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de la Cuarta Transformación. Esperanzas de cambio para un país traumatizado por doce años de guerra. Pero el Pacto de Impunidad continúa.

Los expresidentes de México y todo el aparato de Poder que durante varios sexenios fueron consolidando un Estado mafioso, contaban para garantizar su seguridad a posteriori con un Pacto no escrito, un Pacto de impunidad. Andrés Manuel López Obrador para acceder a la Presidencia, también tuvo que acatar ese Pacto, aunque él mismo no formara parte de la mafia del Poder.

Durante décadas Washington ha controlado la política mexicana a través del presidente. Lo expresó abiertamente en 1924 el exsecretario de Estado de los Estados Unidos, Robert Lansing, molesto porque la Revolución mexicana amenazaba los intereses de las grandes compañías norteamericanas: México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente.

A fines de la década de los ochenta y durante toda la década de los 90, el monopolio priista y el presidencialismo mexicano empezaron a mostrar signos de desgaste y la oposición democrática avanzaba tanto en el terreno partidista (fueron los principios del Partido de la Revolución Democrática –PRD-) como en las diferentes expresiones de la lucha social urbana y campesina.

La nueva clave para seguir sometiendo a México fue implementar la “guerra contra las drogas” que, en realidad fue una guerra contra el pueblo de México. Había que forzar la situación y agravar el criminal escenario para obligar a que el esquema de Seguridad mexicano se adaptara, más bien se convirtiera, en el esquema de Seguridad estadunidense. Eso suponía profundizar en los niveles de corrupción de los políticos (se calcula que la delincuencia políticamente organizada financia las campañas electorales hasta en un 80% del territorio nacional) pero también corromper al Ejército, desde la base hasta la cúpula militar.

La DEA ordenó la detención del general y ex secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos en el aeropuerto de Los Angeles, el jueves 15 de octubre, pero la investigación sobre sus contactos con el narcotráfico datan de hace 10 años. La periodista Anabel Hernández cita al general y sus nexos con los Beltrán Leyva en el libro “México en llamas” (año 2011).

Cienfuegos Zepeda fue Secretario de la Defensa en plena guerra contra México en la que el ejército era denunciado por violaciones a los derechos humanos cotidianamente. El caso más conocido fue cuando padres de familia de los 43 estudiantes víctimas de desaparición forzada, junto a miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente, GIEI, solicitaron ingresar a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería de Iguala, Guerrero. El general Cienfuegos se negó rotundamente alegando que “solamente respondemos a las autoridades ministeriales mexicanas”… “No puedo permitir que interroguen a mis soldados, que no cometieron hasta ahora ningún delito”.

Entonces el Pacto de Impunidad no podía romperse desde dentro del sistema de poder mafioso en México… y se rompió desde fuera; lo rompieron los que otorgan o niegan, quienes ponen y quienes quitan. Los que es sabido, porque así lo han declarado, que ellos no tienen amigos, tienen intereses.

Fueron las Agencias de Seguridad estadunidenses las que impusieron la militarización extrema y violenta en México. El general Cienfuegos, como otros personajes de alto perfil, eran operadores muy cercanos de las Agencias norteamericanas. Lo que interesa entender es el sentido político que puedan tener estas u otras acciones futuras.

El mensaje, como ahora hace un año, del fallido intento de detención de Ovidio Guzmán en Culiacán, Sinaloa: nosotros imponemos la iniciativa y condicionamos los términos, porque si hay cambios en las tendencias del gobierno mexicano o no se respetan acuerdos pasados, podemos exhibir a todos, incluyendo al ejército mexicano, porque todos son corruptos. En los dos casos (culiacanazo y detención del general) hubo visitas previas a México de agentes de la DEA. En los dos casos hubo malestar e inquietud en altos mandos militares. La consecuencia inmediata al interior del ejército es la desmoralización y la división.

Política de la Cuarta Transformación

La línea de actuación que López Obrador ha seguido en materia de seguridad y combate a la delincuencia, en principio es la misma que la de sus antecesores en el sentido de la permanencia del ejército en labores de patrullaje y vigilancia policial, pero quitándole el efecto letal y optando en casos de extrema tensión por retirarse del escenario o ejercer mínima violencia. Aquí ya hay un principio de malestar por parte de generales partidarios de la línea dura y de gatillo ligero.

Otro cambio importante es la ampliación de funciones, misiones y destinos que se están adjudicando a los militares: en julio de este año el presidente López Obrador anunció que la Marina y el Ejército estarán al mando de los puertos y aduanas, “a fin de erradicar la corrupción y frenar la entrada de drogas al país”. (revista Forbes México). También el resguardo y distribución de libros de texto gratuitos, vigilancia de papelería electoral, producción y siembra de árboles, combate al robo de combustibles, la construcción de aeropuertos civiles, la construcción de las miles de sucursales del llamado Banco del Bienestar impulsado por la 4T y hasta la construcción de dos de los tramos del proyecto turístico conocido como Tren Maya.

La Secretaría de la Defensa Nacional, asumió, desde el pasado 6 de octubre el control operativo de la Guardia Nacional. Hay malestar en las Agencias de Seguridad estadunidenses, porque aunque López Obrador ha optado por militarizar México, no es en el sentido ni con las consecuencias que Washington quiere, o sea, aplicando la teoría del caos y con la sangre corriendo como en tiempos de Calderón y Peña.

Y Donald Trump ya ha estado avisando que al poder imperial no le agrada esa línea.

“México correrá un grave riesgo de que se descubra que no ha cumplido de manera demostrable sus compromisos internacionales de control de drogas”… “Los decomisos de drogas en México siguen siendo demasiado bajos… estos cárteles representan una clara amenaza para México y la capacidad del gobierno mexicano de ejercer un control efectivo sobre partes de su país”… México debe demostrar claramente su compromiso de desmantelar los cárteles y sus empresas criminales y hacer más para proteger las vidas de los ciudadanos mexicanos y estadunidenses amenazados por estos grupos” (Memorando Presidencial para Determinar a los Países Principales de Producción y Tránsito de Drogas Ilegales. – 16 de septiembre 2020 -).

Con un panorama político desalentador, ya que las últimas rebatiñas y peleas por la dirigencia de MORENA, dejan ver que no hay posibilidad de respaldar con un movimiento político o social los cambios en la política mexicana que pretende la Cuarta Transformación, para profundizar y tener expectativas más allá de lo que dure López Obrador en la presidencia, México corre el riesgo de tener un ejército con demasiado protagonismo. Así las cosas, es fácil que se rompa aquello de la subordinación de los militares al poder civil (¿fue real alguna vez?).

Así pues, puede empezar ya a cuestionarse la imagen por décadas cultivada en México de un ejército admirado y admirable, con niños desfilando y marcando el paso en las escuelas con todo y Banda de Guerra, entregado para servir a su pueblo y saludado con fervor en los desfiles por una masa acrítica que nunca sospechó que “el patriotismo es el último refugio del sinvergüenza”.

Fuentes:

La Jornada.

Forbes.com México.

«Más allá de la detención del general Cienfuegos» (Felipe León López) Astillero.com

«El patriotismo es el último…» Samuel Johnson (Inglaterra 1709-1784).