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Las compañías telefónicas facilitan todas las conversaciones a la Seguridad Nacional

EE. UU. controla todas las llamadas

Fuentes: La Vanguardia

George W. Bush confirmó ayer tácitamente la noticia del USA Today de que el espionaje estadounidense, en complicidad con las compañías telefónicas, rastrea el origen y el destino de casi todas las llamadas para descubrir posibles complots terroristas. Prometió que sólo se escuchan conversaciones autorizadas por el juez.

La Administración Bush apura los límites constitucionales – o, según algunos, los rebasa sin pudor- para librar la guerra antiterrorista. Según una nueva revelación, realizada ayer desde la portada del diario USA Today, el más vendido de Estados Unidos, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) registra el origen y el destino de casi todas las llamadas telefónicas hechas dentro del propio país, tanto desde aparatos fijos como móviles. Este programa, en el que han sido cómplices la mayoría de compañías del sector, está destinado a descubrir pautas que delaten a terroristas, pero no incluye – a priori- la escucha de las conversaciones o la identificación de quienes se comunican.

El presidente George W. Bush, como ya hizo con otro escándalo previo de la NSA – relativo a escuchas de llamadas y de correos electrónicos por internet-, decidió coger el toro por los cuernos y salir él mismo a comentar la situación para intentar abortar una crisis. Sin confirmar ni desmentir de manera explícita la noticia, aunque tácitamente hizo lo primero, Bush leyó un comunicado desde la Casa Blanca en el que aseguró que únicamente Al Qaeda es el objetivo de las acciones, puntualizó que no se escuchan conversaciones telefónicas con origen y destino final en EE. UU. sin autorización judicial, y que se ha informado de las operaciones «a los miembros apropiados del Congreso, tanto republicanos como demócratas».

«Al Qaeda es nuestro enemigo y queremos saber sus planes», dijo Bush. «Después del 11 de septiembre, prometí al pueblo estadounidense que nuestro Gobierno haría todo lo que permitiera la ley para protegerlo de otro ataque terrorista – explicó-. Como parte de este esfuerzo, autoricé a la Agencia de Seguridad Nacional a interceptar las comunicaciones internacionales de gente con conocidos vínculos con Al Qaeda y organizaciones terroristas afiliadas. En otras palabras, si Al Qaeda o sus asociados están haciendo llamadas a Estados Unidos y desde Estados Unidos, queremos saber lo que dicen».

Hasta ahí, Bush se estaba refiriendo a lo conocido ya hasta el día de ayer, antes de la exclusiva del USA Today. A continuación matizó esa última noticia para dejar claro ante la ciudadanía «lo que el Gobierno hace y lo que no hace». Y prometió: «No estamos indagando y fiscalizando la vida particular de millones de estadounidenses inocentes; nuestros esfuerzos se han centrado en los vínculos con Al Qaeda y sus asociados». Luego añadió una reflexión que casi siempre se ahorra, por obvia prudencia. «Hasta ahora hemos tenido mucho éxito en prevenir otro ataque en nuestro territorio», aseveró, y añadió a modo de advertencia y sin ocultar cierto enfado: «Por regla general, cada vez que se filtra información delicada de inteligencia, se daña nuestra capacidad para derrotar al enemigo. Nuestra tarea más importante es proteger al pueblo estadounidense de otro ataque y lo hacemos respetando las leyes de nuestro país». La intervención de Bush ante las cámaras duró apenas dos minutos.

Gigantes de la telefonía como la histórica ATT- que tuvo durante decenios un cuasi monopolio-, Verizon y BellSouth han colaborado con la NSA, si bien sostienen que no han hecho nada ilegal. Entre las compañías grandes, sólo Qwest se negó a hacerlo. A esta empresa, con base en Denver, no le convenció el hecho de que la NSA le pidiera los listados de llamadas sin autorización judicial. También temía, al parecer, el perjucio económico de eventuales multas. Tras destaparse el escándalo, es posible que se beneficie de clientes ajenos que pueden sentirse traicionados.

La sofisticada tecnología que maneja la NSA, con sede en Fort Meade (Maryland), ha permitido establecer un enorme banco de datos, tal vez el mayor del mundo, en el que queda constancia de centenares de millones de llamadas desde aparatos fijos y móviles. Aunque las fuentes del USA Today insistieron en que las conversaciones no se graban, y que tampoco queda constancia del nombre y la dirección de quienes hablan, resulta muy fácil para la NSA grabarlas en el futuro y averiguar nombres y direcciones si lo estima necesario.

La NSA fue una institución casi secreta durante la guerra fría, a pesar de que su aparcamiento en Fort Meade, junto a la autopista que une Washington y Baltimore, tiene capacidad para miles de vehículos. La agencia está especializada en la interceptación de señales electrónicas en todo el mundo y en su encriptado. Se dice que en ningún otro lugar del planeta trabajan tantos matemáticos.

La bomba informativa que hizo estallar ayer el periódico USA Today llega justo cuando el Senado debe confirmar el nombramiento del general Michael Hayden – director de la NSA entre los años 1999 y 2005- como nuevo jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El escándalo hará más difícil que pase el examen. El Comité de Justicia abordó ya ayer el asunto. El senador demócrata Patrick Leahy, visiblemente enfadado, agitó el ejemplar del USA Today y dijo que sentía vergüenza de enterarse por un diario de lo que el Gobierno hace. Por su parte, el senador republicano Arlen Specter anunció que convocaría a declarar a los responsables de las compañías telefónicas afectadas.