Reproducimos el capítulo de «El Peronismo que no fue. La (otra) otra historia», de Mario Hernandez y Gerardo Bavio, Editorial Metrópolis, Buenos Aires, 2014
Raúl Scalabrini Ortiz
M:- Se cumplió un nuevo aniversario del 17 de octubre de 1945, hecho que viviste de cerca. ¿Qué nos podés contar de ese acontecimiento?
G:- Yo creo que lo importante es rescatar lo que fue la lucha de la clase obrera y los sectores medios de los partidos políticos como los sectores radicales yrigoyenistas, FORJA, etc. Y resaltar esa presencia, que estalla de forma imprevista, para los medios y para quienes ven la realidad a través de los diarios, aquel 17 de octubre.
El peronismo tiene sus raíces en una gran crisis orgánica que se desarrolla durante la década del ´30, con el fraude, la corrupción, el estatuto legal del coloniaje, como lo llamaba Arturo Jauretche. Sumado a la nueva clase obrera emergente y su lucha. No eran ya esos inmigrantes de comienzos de siglo XX, aunque estaban presentes, italianos, árabes, españoles, polacos, etc., los que habían traído el anarquismo, todas esas luchas obreras, el socialismo «europeizante» de esa etapa. Fueron suplantados por una clase obrera proveniente de la migración interna, los «cabecita negra», la gente del interior, en un momento de crisis del modelo agroexportador, que creó situaciones de desempleo en el campo, y a su vez empezó a desarrollarse una industria fuerte, que creció a fines de la década del ´30 con la II Guerra Mundial.
Con esta nueva realidad, con la gestación de una nueva clase obrera es con lo que se encuentra Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión cuando aplica sus medidas sociales, la idea era que la cuestión social no se resolvía mediante represión sino con justicia social, lo dijo en varias oportunidades. Así hizo el Estatuto del Peón, hizo el Fuero del trabajo, las Convenciones colectivas, la Comisión interna de fábrica. Además aumentó salarios, jubilaciones para todos los trabajadores, todas esas medidas crearon un nuevo enfoque en una clase obrera que se encontraba bastante dividida hasta ese momento y repercutieron de manera inmediata en los sectores dominantes, en la oligarquía, la Sociedad Rural, la Bolsa de Comercio, la Unión Industrial Argentina, en las organizaciones empresariales y la cúpula de los partidos políticos tradicionales que de alguna manera eran cómplices o aliados de esa oligarquía. Eso repercutió fuertemente y salieron las solicitadas en contra de las medidas sociales, lo que provocó el acercamiento del movimiento obrero a Perón.
1945 es el año en el que se van acelerando todas estas acciones y reacciones que van a desembocar en el 9 de octubre, día en el cual sectores de las Fuerzas Armadas, desde Campo de Mayo, bajo el mando del Gral. Avalos, piden la renuncia de Perón y que sea descartado de la historia y de la política. Ese fue el hecho desencadenante de la lucha de los trabajadores ante el avance de la oligarquía sobre sus reclamos. Así, el 10 de octubre, Perón renuncia a todos sus cargos y ese mismo día se reúne en la calle Posadas 1567, donde vivía con Evita, con dirigentes gremiales. Esa misma tarde también, hay un acto de despedida en la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde Perón da un discurso muy fuerte ante una gran cantidad de trabajadores que lo respaldaban y aplaudían. Esos acontecimientos son los que desembocaron aceleradamente en aquel 17 de octubre.
«El subsuelo de la patria sublevada», éramos pocos los que apoyábamos a Perón, no sé si se nos podía llamar peronistas, pero ante esa situación entendíamos que teníamos que apoyarlo. Además en ese mismo año, en mayo, llegó como embajador de EE. UU., Spruille Braden, dueño de grandes empresas de cobre y además representante del Departamento de Estado. El influyó en organizar las fuerzas en contra de las medidas de Perón, así tiene lugar la Marcha de la Constitución y la Libertad donde, según Puiggrós, estaban todos pero faltaba alguien, y ese alguien era la clase obrera. Había pseudo representantes de un sector de izquierda que pasaba también por una etapa de crisis muy profunda, pero la verdadera clase obrera estaba ausente.
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