Reproducimos el capítulo de «El peronismo que no fue. La (otra) otra historia», de Gerardo Bavio y Mario Hernandez (Editorial Metrópolis, Buenos Aires, 2014) referido al 1/5/1974, donde se relata el momento de la ruptura de Juan Domingo Perón, a dos meses de su muerte, con la JP-Montoneros.
«No es con tiros como van a depurar el Movimiento. La única verdad la tiene el pueblo peronista. Dejemos que el pueblo se exprese»
Párrafo final del editorial firmado por Dardo Cabo, director de El Descamisado, el 2 de octubre de 1973
M:- Habíamos acordado referirnos al 1º de mayo de 1974, que marca uno de los momentos más críticos en la historia del Peronismo, y sobre todo del proceso abierto en 1973.
G:- Yo creo que cabe un breve recuerdo del 1º de mayo de 1886, en la huelga reprimida de los trabajadores de Chicago. A partir de ese momento el reclamo de los trabajadores en todo el mundo se manifiesta el 1º de Mayo con un reclamo fundamental que es la jornada de 8 horas y la defensa de los derechos del trabajador. Yo creo que esto hoy tiene vigencia, también en el movimiento obrero, creo que debemos reclamar para que hoy no haya trabajo en negro, ni tercerización, que son las maniobras que desarrolla el capital y los grandes empresarios para no cumplir esas normas y esos derechos de los trabajadores.
M:- Y que se llevó la vida de Mariano Ferreyra.
G:- Exactamente. Bueno y hablando del 1º de mayo de 1974, creo que ese día eclosiona un conflicto que se fue gestando, prácticamente desde aquel 20 de junio en Ezeiza, ahí empieza a manifestarse un conflicto entre dos proyectos dentro de lo que llamamos el Peronismo, el que expresaba al Peronismo de la Resistencia, de la CGT Auténtica, del programa de Huerta Grande y de La Falda, el programa de la CGT de los Argentinos de 1968, que eran programas revolucionarios que avanzaban hacia una transformación social. Luego vienen el Cordobazo, las luchas obreras y estudiantiles, el «luche y vuelve», eso se expresa en el programa mínimo de las Pautas Programáticas que son las que votó el pueblo en 1973. Ese era un proyecto que se fue desarrollando durante esos 18 años.
Pero el proyecto de Perón era otro en ese momento, y ahí está establecido el conflicto en ese movimiento político y social tan vasto y tan heterogéneo que es el Peronismo. El Peronismo de Perón, de la comunidad organizada, del proyecto de construcción y liberación nacional, el armonizar las clases sociales en conflicto, el Pacto Social, tratar de ir frenando el conflicto que existía ya en las bases económicas, sociales y políticas del país y que eran herencia de 18 años de dictadura. Esas diferencias que se manifestaron en el discurso de Perón del 1º de mayo ante la Asamblea Legislativa, que entraba en colisión con la corriente revolucionaria dentro del Peronismo, que le llamaban «la tendencia», y que entró en un conflicto que podría haberse dirimido democrática y políticamente. Yo recuerdo que en ese momento pensábamos que los proyectos del Pacto Social y de la Comunidad Organizada, no estaban en contra de lo que nosotros decíamos, pero eran otros tiempos y otros ritmos los que planteábamos, distintos a los de Perón, y además hay que rescatar que había un conflicto entre lo que llamamos la izquierda peronista y sectores de la derecha que estaban encumbrados.
De todas maneras, lo que está presente en esto también, es la acción destituyente y golpista del enemigo, de lo que podríamos calificar como gorilaje reaccionario proimperialista que estaba instalado en la sociedad y es algo para tener en cuenta en la realidad actual. Creo que fuimos manejados desde Ezeiza, por una actitud inclusive criminal, porque prontamente comenzó a actuar la Triple A. En vez que las diferencias internas del movimiento Nacional y Popular se fueran dirimiendo, afianzando la democracia y la discusión interna, fue transformándose en un conflicto de antagonismos irreconciliables que tendrían su eclosión más adelante.
El 1º de mayo de 1974 dentro de lo que eran las organizaciones revolucionarias y lo que era «la tendencia», pensábamos que era el momento para decirle a Perón muchas cosas, que no estábamos conformes con muchas cosas, «que está lleno de gorilas el gobierno popular», que teníamos que avanzar profundizando la transformación social y no acordando con el adversario. Esto fue el componente fundamental que nos llevó a muchos a reunirnos en la Plaza de Mayo aquel día, fuimos de casi todo el país, y llenamos prácticamente la plaza. Fuimos caminando desde la Facultad de Derecho y desembocamos en Plaza de Mayo. Nuestras consignas eran muy duras, le decíamos esto de «está lleno de gorilas el gobierno popular», «el pueblo te lo pide queremos la cabeza de Villar y Margaride», que fueron designados por Perón en la Jefatura de Policía en aquella etapa y eran dos gorilas reaccionarios y asesinos. Eso nos dolía mucho y se lo dijimos. También hubo silbatinas cuando aparece Isabel, le gritábamos «no rompan mas las bolas, Evita hay una sola», y después los calificativos que le dirigíamos a López Rega recordándole a su madre, todo eso, repercutiría seguramente en Perón.
Además estaba presente el fantasma de Rucci, digo yo, en la mente de Perón, eso lo indignaba, y sumó para que nos dijera «imberbes que gritan», eso está en toda la prensa y es conocido por todos, y terminó en que nos retiramos de la plaza, muy dolidos, muy desconcertados, porque para nosotros Perón seguía siendo el líder, pero un líder ya no cuestionable, sino cuestionado y criticado, y nos retiramos y fue un momento de ruptura.
Yo creo que haciendo autocrítica, ese no era el lugar ni el momento para una asamblea popular, ahí deberíamos haber evitado ese enfrentamiento y volcarnos hacia la acción de masas porque la lucha económico, social y política estaba presente, no era posible una conciliación y un pacto social tan fácilmente, como lo determinaba el Plan Trienal de reconstrucción y liberación nacional que era el que había impulsado Gelbard. En ese momento tendríamos que haber volcado todo nuestro esfuerzo hacia la acción de masas, que los trabajadores y las bases reivindiquen sus derechos en ese pacto social, que hicieran cumplir los elementos básicos de ese pacto y que se mantengan los derechos del trabajador. Pero no fue así, evidentemente los sectores empresariales y capitalistas fueron los primeros que rompieron el Pacto Social y empezó la inflación y el deterioro del salario.
M:- El desabastecimiento también.
G:- Fueron echando abajo lo que se estimaba que podía ser algo así como una tregua en la lucha de clases. Eso también estaba presente en la autocritica que nos hicimos nosotros posteriormente, que deberíamos haber tenido una concepción política más clara, no haber cometido ese error imperdonable, si es que fuimos nosotros, porque todavía se discute quién asesinó a Rucci, eso impactó muchísimo en las bases.
M:- Perdía desmiente en el libro que va a presentar en los próximos días en la Feria del Libro que Montoneros haya sido el autor del asesinato de Rucci.
G:- Bueno, yo creo que puede que tenga razón, habrá que profundizar en la historia. Posiblemente, en el caso de tener una vinculación con las organizaciones armadas, que haya sido un grupo aislado.
M:- Esa es la versión que da él, que ellos no controlaban todas las acciones, a los diferentes grupos, que muchos de ellos estaban en un proceso de acercamiento a Montoneros y que posiblemente alguno de esos grupos haya sido el autor de esa acción.
G:- Puede ser, es una hipótesis que hay que incorporar al análisis para saber qué pasó.
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