Hace varios años que el movimiento obrero argentino no alcanza tanta trascendencia a partir de una serie de conflictos abiertos como los que se vienen desarrollando desde noviembre último, cuando entre otros, los telefónicos y los compañeros del subte abrieron la discusión por el salario obteniendo importantes triunfos. El conflicto del subte se prolongó hasta […]
Hace varios años que el movimiento obrero argentino no alcanza tanta trascendencia a partir de una serie de conflictos abiertos como los que se vienen desarrollando desde noviembre último, cuando entre otros, los telefónicos y los compañeros del subte abrieron la discusión por el salario obteniendo importantes triunfos.
El conflicto del subte se prolongó hasta mediados de febrero, y posteriormente comenzó la lucha de los trabajadores de Lafsa y el reclamo de recomposición salarial de los compañeros del Garraham.
La paciente y tenaz construcción por abajo comienza a tener también sus manifestaciones por arriba, tanto a nivel de las organizaciones sindicales como también a partir de la generación de algunos reagrupamientos en el activismo obrero.
Un gran trabajo, se abrió con la construcción del movimiento por las 6 horas de trabajo donde confluyeron importantes sectores. Otro hecho significativo fue la presencia de los dirigentes sindicales clasistas más destacados en la reivindicación del 19 y 20 de diciembre.
La «cofradía»
Es en este proceso donde parece que se dan importantes aprendizajes, frente a la debilidad notoria que implica la falta de estructuras sindicales a disposición de los intereses de los trabajadores.
Uno de ellos es la conformación de una «cofradía» obrera: un conjunto de sectores de base que han tomado la lucha de compañeros de otras actividades como propia, solidarizándose y apoyándolos en cada conflicto. Una de las expresiones más altas en este sentido es la de los compañeros del subte, que han parado el servicio en solidaridad frente al conflicto de Lafsa y el Garraham la semana última. Frente a este hecho, nos preguntamos ¿Hace cuanto que no vemos en el movimiento obrero argentino una medida de estas características? La respuesta que han dado los compañeros no es solo novedosa, sino que con esta medida están ampliando la frontera corporativa que toda lucha gremial implica.
Varios de estos conflictos que han tomado estado público son llevados adelante por representaciones sindicales de base: juntas internas, cuerpos de delegados; mientras las conducciones sindicales se enfrentan con sus propios límites para tomar las demandas de los compañeros.
Mucho y poco a la vez…
La recomposición es significativa pero también limitada. Significativa si consideramos el importante avance de las fuerzas obreras en relación a años anteriores. Son varios los nuevos delegados y comisiones internas, se han «recuperado» sindicatos e incluso alguna estructura de mayor grado dirigida por lo más anquilosado del movimiento obrero se está desmoronando.
Pero es importante tener en cuenta, que la representación gremial es muy desigual, son muchísimos los establecimientos y fábricas donde los patrones logran imponer las condiciones de trabajo que se les antoja, donde lo que prima es la arbitrariedad, en donde el convenio colectivo es directamente letra muerta, o donde la representación sindical es nula.
Otra cara de la misma de la moneda, también lo representa una gran cantidad de sectores con convenio ultra flexibilizados y que dificultan el respeto de las condiciones más elementales.
Ambas situaciones implican que un gran número de trabajadores sufran fuertemente problemas en su salud, tanto física como psíquica, a partir de las condiciones de trabajo impuestas por las empresas. Este sin duda es unos de los problemas centrales a revertir junto al salario.
A la vez son varios los lugares de trabajo, donde varios compañeros se vienen organizando. Es realmente loable lo que han logrado estos compañeros, resistiendo en algunos casos tanto a la presión empresaria como la de una estructura sindical que no promueve el trabajo de base.
También se está dando un importante reagrupamiento de fuerzas. Activistas, delegados y comisiones internas están desarrollando espacios y agrupaciones que están en condiciones de comenzar a dar una disputa mayor, como es el caso de los trabajadores de la universidad, y los trabajadores de la carne de capital y gran buenos aires. En algunos casos se ha logrado triunfar en las elecciones del sindicato, como es el caso de los telefónicos de Rosario y varios sindicatos docentes.
Estas experiencias son sin duda muestra que se puede por un lado priorizar las reivindicaciones centrales de los trabajadores, y por otro disputar los espacios ocupados por dirigentes no honestos.
Uno de los frentes donde «gordos» están sufriendo una de las mayores bajas, es en Telefónicos, donde recientemente el segundo sindicato más importante del país, Rosario, se desafilió a la federación nacional, liderada por Rogelio Rodríguez. Esta decisión en el plenario general del sindicato, ya generó un efecto dominó que provocó la desafiliación de Tucumán y Santa Fé, por lo que se abre la posibilidad de construir una nueva federación sobre otras bases.
Otros Aprendizajes
Uno de los puntos claves en la recuperación de las fuerzas obreras, viene de la mano del enfrentamiento de diferentes estrategias empresarias, que han resultado muy perjudiciales para los trabajadores como son la tercerización y la subcontratación de servicios.
Uno de los casos más resonante de respuesta sindical del último tiempo, lo han dado los compañeros de Taym junto al cuerpo de delegados del subte, al haber logrado convencionar a trabajadores que antes estaban bajo el sindicato de maestranza en una categoría laboral del convenio colectivo de Metrovías (UTA). Con esta lucha han logrado triplicar el sueldo y reducir la jornada de trabajo. De estas forma, los trabajadores de control de evasión del subte, han tomado también este reclamo, al también ser contratados por una empresa que al igual que Taym pertenece al mismo grupo Roggio.
Los telefónicos de Foetra Bs. As., han salido a dar pelea en este sentido: se han propuesto lograr la representación de todos aquellos trabajadores que de forma fraudulenta Telecom y Telefónica han ubicado bajo el encuadramiento de otros sectores, como son comercio y la construcción. Previamente los compañeros han resuelto el problema de la estabilidad, la precariedad de los contratos, y la recomposición en los salarios.
También en algunos establecimientos industriales, los trabajadores de base están reclamando el encuadramiento en el convenio de la actividad principal. Los aparatos sindicales, presionados por la bases, tienen que optar si ceden a la presión de las bases, por lo que podría convertirse en un punto de inflexión en la concesión de derechos que han vivido los trabajadores en más de tres décadas.
Por otra parte, no siempre la estrategia de la tercerización resulta favorable a la estrategia de las empresas. En este sentido está interviniendo oportunamente camioneros, que ha buscado obtener el encuadramiento del sector de logística y distribución de empresas subcontratadas por las grandes cadenas de supermercados. Estos conflictos llevados adelante desde la conducción del sindicato tienen sin duda un valor a destacar: la lucha es por mejorar las condiciones de trabajo, en camioneros los trabajadores aumentarían significativamente su salario y tendrían un convenio que refleja mejor las necesidades de derechos por la tarea que realizan.
La fortaleza de la democracia sindical
Uno de los puntos centrales donde radica esta recomposición de las fuerzas obrera, surge del fortalecimiento de la participación de la base.
Buena parte de estos conflictos es discutido y decidido en asambleas y plenarios, son los mismos trabajadores, delegados de base, y dirigentes que actúan en base al mandato de sus asambleas, los que llevan adelante las acciones.
Son estas instancias las que sostienen y fortalecen este proceso de recomposición, donde es fundamental extender la participación al conjunto de los trabajadores de la actividad.
Alcances de los conflictos
Sin duda cada victoria que se está llevando adelante es un importante paso en el avance de las posiciones obreras, por lo que también se hace necesario no exigir más de lo que cada conflicto puede dar.
De esta forma se hace imprescindible que los conflictos deben estar dirigidos por los mismos trabajadores; nadie mejor que ellos para definir los tiempos y los alcances de la lucha que emprenden.
Análisis realizado por Federico Vocos, Intergrante del Taller de Estudios Laborales (TEL), para ANRed (www.anred.org)