La gran cantidad de agua caída en pocas horas, que no logró ser absorbida, anegó calles, ingresó a viviendas y arrastró autos. La mayoría de las víctimas son personas mayores que murieron ahogadas. Tres días de duelo nacional.
Una lluvia de una intensidad sin precedentes que se abatió en la noche del martes sobre la ciudad de La Plata convirtió a la capital bonaerense en una trampa mortal. En pocas horas, el agua anegó calles, se metió en las viviendas, en algunos casos hasta una altura superior al metro y medio, y arrastró automóviles hasta provocar la muerte de al menos 48 personas, según confirmaron anoche autoridades bonaerenses. El saldo, sin embargo, puede ser aún peor: los funcionarios a cargo de la emergencia temen que cuando terminen de bajar las aguas puedan aparecer más víctimas fatales. Más de 3000 personas tuvieron que evacuarse, aunque muchas de ellas anoche volvieron a sus viviendas. Y las personas sin luz superaban las 80 mil, con lo que barrios enteros quedaron a oscuras, lo que hacía crecer los temores a robos y saqueos. Por eso se dispuso un despliegue de fuerzas de seguridad en esos lugares. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner voló por la tarde a la localidad de Tolosa, en el Gran La Plata, una de las zonas más afectadas, y luego se trasladó al Barrio Mitre, en el porteño barrio de Saavedra. Antes había suspendido sus actividades oficiales y decretó tres días de duelo nacional. La magnitud de la tragedia platense desencadenó una ola de solidaridad: distintas organizaciones de todo el país promovieron colectas y donaciones para acercar a los damnificados.
Hasta el martes por la tarde, los vecinos de La Plata habían sido espectadores del desastre que, horas antes, había afectado a los porteños, donde el temporal había dejado a la madrugada un saldo de seis muertos. Todo cambió a partir de las 19. La lluvia se hizo más intensa, al punto que las posibilidades de escurrimiento quedaron virtualmente superadas y el agua, que primero anegó las calles, se metió en las viviendas y apiló autos en las zonas céntricas y en la periferia. Así, el fenómeno no hizo diferencias de clase: afectó tanto a barrios humildes como a zonas de clase media.
«Muchas de las víctimas fatales son personas mayores que quedaron atrapadas en sus casas», dijo a Página/12 un vocero de la Cruz Roja. Otras personas fallecieron atrapadas en sus vehículos, que quedaron cubiertos por el agua, o en la calle, arrastrados por la corriente. De las 48 víctimas fatales, a las 22 de ayer habían sido identificadas la mitad: 23 eran mayores de 50 años y una tenía 21. El trabajo de identificación se hacía en conjunto con el Ministerio de Justicia de la Nación y se estima que en las primeras horas de hoy se tendría la identidad de todas las víctimas fatales.
Las zonas más afectadas fueron las localidades de Tolosa y Ringuelet y los barrios de Villa Elvira, Los Hornos, San Carlos y Altos de San Jorge, en La Plata, así como la franja de las calles 32 a la 40, en el centro de la ciudad. Según el observatorio del Servicio Meteorológico Nacional, la cantidad de agua caída en La Plata fue de 181 milímetros en 24 horas, pero de acuerdo con lo registrado por la Universidad Nacional de La Plata, en algunas zonas de la ciudad superó los 300 milímetros en apenas unas horas. La magnitud del fenómeno obligó a las autoridades a habilitar 33 centros de evacuación, improvisados en escuelas, clubes y sociedades de fomento. Al personal de Defensa Civil y Cruz Roja, se sumó una importante cantidad de voluntarios pertenecientes a organizaciones sociales, barriales y políticas.
«La gente lo que tiene es temor, más allá de lo que perdió; tiene miedo ahora a la noche por la seguridad», dijo ayer a la tarde la Presidenta, en Tolosa, a donde llegó en un helicóptero para recorrer la zona afectada. Allí vive su madre, Ofelia Wilhelm, quien también sufrió los efectos de la inundación. «Está sin luz, pero no se quiere ir de la casa», contó CFK. Luego se trasladó a Villa Elvira, sobrevoló las zonas inundadas y finalmente fue hasta la gobernación, donde se entrevistó con el gobernador Daniel Scioli.
Tras la reunión, el gobernador anunció «un amplio operativo de prevención y seguridad ciudadana», ante el temor por posibles robos y saqueos. Es que al mediodía, voceros policiales habían reportado el saqueo del depósito de un supermercado en la localidad de Ringuelet, por parte de un grupo de personas. Y la oscuridad reinante en barrios enteros obligaba a muchas personas a quedarse en casas anegadas para defender sus pertenencias de posibles robos. Por lo pronto, unos cuatrocientos efectivos de la Bonaerense fueron afectados al patrullaje de los barrios afectados. «Tienen instrucción de hacer un testeo casa por casa para saber de la existencia o no de ocupantes», dijo el ministro de Seguridad provincial, Ricardo Casal.
Por su parte, la Nación aportó unos doscientos efectivos de fuerzas federales: de Policía Federal, a través de integrantes del Grupo Especial de Rescate y el Cuerpo de Bomberos, y miembros de Prefectura y Gendarmería. También el Ministerio de Defensa envió a 131 efectivos del Ejército. En tanto, el Ministerio de Salud de la Nación destinó dos unidades sanitarias provistas de médicos, vacunas, medicamentos y psicólogos para asistir a los afectados.
Allí donde todavía no habían llegado las fuerzas de seguridad, los vecinos prendían fogatas en las esquinas y montaban su propia autodefensa para proteger el barrio y sus viviendas.
Otro de los problemas que afectaba a los pobladores, incluso con más riesgos que el de la seguridad, era la falta de agua potable. Ayer se pusieron en marcha dos plantas potabilizadoras para proveer a los damnificados, pero no parecían suficientes para atender tanta demanda. Otras de las necesidades de los afectados era el suministro de colchones, frazadas y ropa, ya que sus pertenencias quedaron inutilizadas por la inundación.
En forma espontánea, esos elementos comenzaron a ser reunidos por organizaciones solidarias, universidades y gobierno provinciales (ver nota aparte). Scioli también dispuso el lanzamiento de «líneas de crédito bancario para dar respaldo y acompañamiento a las familias en este marco de desastre» (ver recuadro).
El gobierno bonaerense aclaró anoche que el asueto educativo sólo involucra a las escuelas afectadas por la inundación o al albergue de evacuados y anunció que habrá dos hospitales móviles recorriendo los lugares más comprometidos por la catástrofe. En conferencia de prensa, los funcionarios que integran el comité de crisis garantizaron la atención en los nueve hospitales de la capital provincial.
En tanto, los gremios involucrados en conflictos salariales resolvieron suspender las medidas de fuerza que tenían previstas para los próximos días. Los médicos de la Cicop, entonces, no pararán hoy y mañana, como lo habían dispuesto, mientras que los docentes del Frente Gremial pospusieron las medidas que habían anunciado para la semana próxima.
El ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía, estimó que anoche quedaban «sólo 20 mil usuarios sin luz en la ciudad de La Plata (unas 80 mil personas), de los 120 mil que había sin servicio» al principio del día. Explicó que a raíz del temporal «salieron de funcionamiento dos subestaciones y se inundaron 25 cámaras subterráneas». Por su parte, el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, aclaró que hoy «no habrá asueto administrativo», aunque señaló que se tomará en cuenta la situación por la que atraviesan muchos empleados públicos que sufrieron los daños por el temporal.
El ministro de Desarrollo Social, Martín Ferré, informó que «se trabaja en conjunto con la Nación y el municipio para asistir a los damnificados con agua potable, colchones y frazadas» y anunció que «se instalaron desde esta noche cocinas de campaña del Ejército para que todos puedan tener un plato caliente de comida».
El desastre también tuvo su impacto económico. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), por lo menos 3910 pequeños y medianos comercios de Buenos Aires y La Plata fueron afectados por el temporal, con una pérdida estimada en 530 millones de pesos. La organización reclamó que se declare el «estado de emergencia económica y social», con prórrogas para el pago de impuestos, la modificación de la ley de subsidios en la ciudad y la creación en la provincia de un fondo indemnizatorio para catástrofes naturales.
Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-217280-2013-04-04.html