No hay nada más inmovilizante que el pensar condicionado por un razonamiento moralizante, antes que político. El orientar la lectura de la realidad por una certeza moral, no permite ver el proceso que se desenvuelve en el campo político.
Ese es el error del juicio en los cuadros del gobierno. Ellos parten de la certeza de que Evo ya no tiene apoyo social, que su estatura moral ha sido erosionada, de que el tiempo de su liderazgo ya pasó o simplemente de que la renovación es un acto que se debe dar para salvar el proceso de cambio. Estas ideas que son parte del repertorio de convicciones de los operadores del gobierno están llevándolos a producir lo contrario de lo que sus aspiraciones les sugieren.
Si intentamos explicitar el razonamiento que está detrás de las acciones del gobierno, de donde debemos partir es de las acciones concretas de sus actores. Siguiendo a Marx, cuando quiere mostrar las creencias de los actores sociales, no se plantea analizar las posturas discursivas (defendemos el proceso de cambio, la democracia, etc.), sino que, según él se trata de analizar las acciones concretas de los sujetos.
“fijémonos en el judío real que anda por el mundo, no como hace Bauer en el judío sabático, en el judío cotidiano. No busquemos el misterio del judío en su religión; busquemos el misterio de su religión en el judío real”, de lo que se deduce lo siguiente: “¿cuál es el culto profano que el judío [o cristiano] practica? La usura. ¿Cuál es su dios secular? El dinero”1
Siguiendo esta metáfora podríamos hacer el mismo razonamiento y diríamos para el proceso boliviano actual. No busquemos el misterio de los cuadros del gobierno en el horizonte discursivo que plantean (lo que está inscrito en la continuidad del proceso de cambio); busquemos el misterio de sus creencias en lo que hace el cuadro de gobierno real. ¿Cuáles son las prioridades que orientan sus acciones? Anular la candidatura de Evo. ¿Cuál es su creencia principal? Que Evo ya no sirve y que ellos deben tomar su lugar.
Si bien esta idea era parte de un sector del gobierno desde el inicio de la gestión del Lucho Arce, esta fue matizada por la agenda de urgencias que había que resolver después de la pandemia, posteriormente, al quedar el gobierno sin más perspectiva, el espíritu que trasuntaba lo interno de los actores del gobierno, ahora se hace presente, sin falsas fachadas, como el orientador central de todas las acciones del aparato de gobierno.
Es por eso que los voceros de gobierno dicen, sin sonrojarse, que defienden la prorroga ilegal de los magistrados porque así estarían evitando que Evo controle la justicia para validar su repostulación. Se trata claramente de una simplificación de las prioridades del gobierno y de la cosificación de las instituciones que administran para lograr el único fin que ellos ven válido. Para ellos instrumentalizar todas las instituciones para evitar que el diablo vuelva está teológicamente justificado; puede arder el país, pero ellos son el arcángel Miguel que debe redimir al mundo matando a lucifer. Se trata de una narrativa teleológica de la que ellos son los elegidos, por eso están en una cruzada que no les permite ver lo que realmente está pasando en el país. Se trata de una convicción de fe que ahora se convierte en política de Estado. Como toda convicción de fe, ésta opera superponiéndose a los procesos concretos de la realidad social, haciendo que todo lo que pasa se explique por la doctrina religiosa que se tiene. Es un proceso similar en el que está preso el gobierno, lo que le está impidiendo ver los procesos inéditos que se están produciendo y donde su discurso se limita a culpar de todo a Evo.
Pero las certezas sobre la que los cuadros del gobierno han fundado su superioridad sobre Evo se están modificando por las mismas acciones u omisiones que ellos han promovido.
“A Evo solo le interesa sus ansias de poder”
Dejando de lado la interpretación que se impone desde el gobierno sobre las razones del conflicto actual, que se reducen a: “evo está paralizando el país para repostularse” y el repetido “a nadie le interesa quién sea magistrado, la gente está preocupada por otras cosas”, si uno ve la manera en la que se ha politizado la prórroga de los magistrados en varios sectores del país, se puede decir que esto se está convirtiendo en una demanda legítima en proceso de expansión. Una demanda en proceso de expansión, es capaz de aglutinar varios descontentos que no dicen todavía su nombre. Si dejamos de lado la retórica de que solo es posible movilizar gente pagando (que siempre es lo que cree falsamente el poder), podríamos decir, que si bien la justicia o los magistrado no son centrales en el debate de la sociedad, por las condiciones actuales se convierten en una válvula de escape por donde los descontentos, de variada índole, contra el gobierno, están teniendo su espacio de manifestación.
Y este es el aspecto central que no está viendo el gobierno por las múltiples cegueras que tiene, Evo ha logrado instalar varias ideas fuerza en varios sectores sociales (de la que ahora no se sabe magnitud de su recepción), hay varios planteamientos que ha ido cincelando pacientemente en los últimos años, como: “gobierno traidor”, “gobierno que negocia con el litio”, “gobierno incapaz de manejar la crisis económica”, “gobierno lleno de corrupción”, “gobierno que no hace obras”, “gobierno que divide organizaciones sociales”, ideas que pueden ser discutibles por su falta o no de objetividad, pero que han ido ganado terreno, instalándose en el sentido común de varios sectores, que ahora el grupo que apoya a Evo cosecha en su primer enfrentamiento directo con el gobierno.
Claramente Evo está haciendo política, sembrando ideas, que solo prenden en la subjetividad de la gente si se condice con lo que viven y sienten. Este es el proceso de construcción de un movimiento, cuya primera meta es disputar la base dura del MAS al gobierno, que son los sectores indígenas, campesinos y sectores populares. Evo, a contrario sensu de lo que piensa la opinión mainstreim no está solo obsesionado por repostularse, sino está construyendo un movimiento político, por tanto está produciendo la agenda de la disputa política en el país. Lo que no quiere decir que tenga garantizada la victoria.
“Evo ya no tiene apoyo de las organizaciones sociales”
Es llamativo ver en conferencia de prensa a los representantes del “pacto de unidad” cochabambino que apoya a Arce, amenazando a la gente que está bloqueando las carreteras hace una semana, sin que puedan hacer nada para evitarlo. Lo que se devela con eso es que los dirigentes de Arce no tienen base real y al parecer Evo sí. Falta ver el devenir de esta disputa en el campo de las organizaciones sociales en el resto de los departamentos, ¿los dirigentes que apoyan a Arce tendrán bases reales o son solo un espejismo como la dirigencia de Cochabamba?
“Evo ya no expresa el proceso de cambio, la gente tiene otras aspiraciones”
Una idea fuerza que instalaron los sectores conservadores del país, que tuvo gran capacidad de llegada a los sectores de clase media, fue que “Evo era un ignorante que apenas salió bachiller”; además, el proceso de ascenso social que el mismo gobierno de Evo permitió, con más posibilidades de acceso a educación superior para los sectores populares, mostraba un panorama donde la aspiración de liderazgos nuevos con mayor “formación” parecía lo lógico dentro del campo popular. Sin embargo, cada coyuntura tiene sus propias exigencias y la gente apela a lo que le hace falta en un determinado momento. Lastimosamente la experiencia de contar con un gobierno dirigido por “ilustrados”, para la mayoría de la gente está siendo negativa, por los resultados adversos, fundamentalmente en la economía y por el desorden e improvisación de la mayoría de las carteras del Estado. Es ese el contexto donde puede tener mayor sentido la reinvindicación de una personalidad fuerte para dirigir el gobierno, donde el capital central no sean las credenciales académicas, sino el conocimiento de la realidad social del país y la cercanía a los sectores decisorios de la política boliviana: “los doctores fracasaron, que venga el indio que sí conoce este país”. Obviamente la imagen de las características de la representación que la gente aspire, todavía está en disputa, pero el gobierno de Arce no las tiene fácil, debe mostrar que sus resultados pueden ser mejores que la gestión de Evo para que su imagen quede como impronta.
El gobierno en la encrucijada
El gobierno actualmente apuesta a la desacreditación de la movilización que impulsan los sectores evistas, pero están en un callejón sin salida. Si aceptan la renuncia de los magistrados y el llamado a elecciones judiciales (parece que no tienen de otra), aceptan que Evo les ganó esta primer enfrentamiento. Si mantienen la postura de rechazar las demandas de elecciones judiciales, aparte de destruir lo poco de institucionalidad que prevé la constitución, defendiendo algo ilegal e ilegítimo, se arriesgan a acelerar el proceso de transferencia de legitimidad al sector evista.
Mientras Evo hace política, partiendo desde abajo, el gobierno hace teología, lo que lo aleja del poder reconocer las exigencias concretas que la realidad está manifestando en la actual coyuntura.
Nota:
1 Dussel, Enrique (2018). Las metáforas teológicas de Marx. Siglo XXI Editores. Págs. 119, 121.
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