José Miguel Humire nació en Bolivia, pero en la CIA todos lo llaman Joe. Diría que José Miguel remite demasiado a su cuna quechua; Joseph Michael Humire suena mejor, y así lo conocemos mediante los medios de comunicación hegemónicos, donde se lo acepta como especialista en temas de seguridad y operaciones de contrainsurgencia. El agente […]
José Miguel Humire nació en Bolivia, pero en la CIA todos lo llaman Joe.
Diría que José Miguel remite demasiado a su cuna quechua; Joseph Michael Humire suena mejor, y así lo conocemos mediante los medios de comunicación hegemónicos, donde se lo acepta como especialista en temas de seguridad y operaciones de contrainsurgencia.
El agente Joe ejerce actualmente como integrante de un ejército de analistas-opinólogos que tienen la misión de alimentar la guerra mediática y psicológica en contra de Venezuela y la Revolución Bolivariana.
La estrategia es presionar para lograr el aislamiento político de Nicolás Maduro a nivel regional y global. Este aislamiento mediante la demonización pública del ejecutivo de Maduro, es el mejor caldo de cultivo para justificar un posible derrocamiento. O sea, preparar nuestras mentes y corazones para que todos estemos convencidos de que un golpe de Estado en Venezuela es justo y necesario.
Cabe destacar que el agente Joe no está solo, en su cruzada lo acompañan «prestigiosas» entidades como el Instituto Cato, la Atlas Economic Research Foundation, la Fundación Heritage, el Center for Secure Free Society, la Fundación Panamericana para el Desarrollo, la Fundación Internacional Libertad y el famoso Faes de José María Aznar.
A ellos les gusta denominarse Think Tanks (tanques del pensamiento), su supervivencia garantizada por el financiamiento de la CIA está en casi todos los casos bien documentada (lea «La CIA y la Guerra Fría Cultural» de Frances Stonor Saunders).
Impulsan sus líneas estratégicas mediante seminarios, conferencias, cursos, publicaciones y -la frutilla del postre- apariciones como analistas en los grandes medios de comunicación.
El agente Joe es el exponente que analizaremos en este caso, sus constantes viajes por nuestro continente para denunciar los atropellos del gobierno bolivariano y su obsesión por Irán lo hacen merecedor de estás líneas.
Recuerdo la primera vez que me llamó la atención, era julio de 2013 y el agente Joe fue invitado a exponer nada más y nada menos que ante Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos; allí aseguró muy suelto de cuerpo que Irán podría haber financiado total o parcialmente la construcción de una nueva instalación de entrenamiento militar del ALBA en las afueras de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Semejante aseveración que olía demasiado a una operación de guerra psicológica en contra de Bolivia y el ALBA, me impulsó a convertirme en uno de sus fans.
No fui el único, la analista Mary O´Grady se sintió igualmente fascinada por la figura del agente Joe y en base a su exposición se animó a arriesgar que la Bolivia del «narcococalero» Evo Morales sería la próxima Afganistán.
No lo hizo en su blogg al que acceden sus padres y sus primos, sino en una pomposa columna del -otra vez- «prestigioso» Wall Street Journal.
El agente Joe presenta dos caras: intelectual y hombre de acción. Como intelectual dirige el Centro de Estudios para una Sociedad Libre y Segura. Como hombre de acción integró el cuerpo de Marines de Estados Unidos, con participación militar activa en Liberia e Irak.
Su fachada intelectual le permite participar periódicamente como analista en medios de información como CNN, Fox News o NTN 24 de Colombia. Su línea es indefectiblemente de ultraderecha, contra el ALBA y abiertamente anti iraní.
La mejor muestra de ello es su última investigación publicada en un texto titulado «La estrategia de penetración iraní en América Latina» cuyo coautor es el asesor -por no decir agente- de la CIA y el Mossad, Ilan Berman.
Gracias a su membresía a la mayor organización terrorista del globo, la CIA, el agente Joe Humire puede presumir en su curriculum de haber fungido como instructor de inteligencia de la Marina de Estados Unidos.
Como se ha visto, su status le ha alcanzado para esparcir sus matrices de opinión extremistas ante el Congreso de Estados Unidos, y también ante el brasileño y el canadiense.
En su faceta de admirador de las aventuras de Rambo y cia, el agente Joe aterrizó en junio de 2006 en Santa Cruz de la Sierra para asistir (formalmente) a un curso de «manejo de crisis y conflictos internos».
Su presencia y la de un grupo que lo acompañaba, fue descubierta y denunciada por el recientemente asumido gobierno de Evo Morales, quien justamente enfrentaba un proceso desestabilizador con epicentro en la mencionada ciudad. Más creíble es que la estadía del agente Joe obedeciera al impulso de esa desestabilización por parte de la CIA.
Cuando en junio de 2013 las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje global de Estados Unidos sacudieron a buena parte del mundo, el agente Joe fue uno de los destacados voceros mediáticos en defensa de las labores de la CIA.
De manera tal que si Ud. viera en alguno de los mencionados medios de comunicación hegemónicos -o en cualquier otro) al especialista Joseph Michael Humire denunciando el peligro por la influencia de Irán en América Latina o analizando la necesaria salida del poder de Maduro, le pido por favor tenga en cuenta tres datos fundamentales:
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Joseph Michael (en realidad José Miguel) -o simplemente el agente Joe- Humire es un asalariado de la CIA.
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(insisto) Sus jefes le han encomendado formar parte del grupo de especialistas-opinadores que apuntan todos sus cañones en contra de Venezuela, con el propósito de consolidar matrices de opinión contrarias al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, con el objetivo de justificar su derrocamiento ante la opinión pública regional y global.}
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El objetivo final de toda esta operación psicológica es volver ubicar a un títere en la presidencia de Venezuela, recuperar el control de su petróleo y asestar un durísimo golpe al inédito proceso de emancipación que vive nuestra América.
Andrés Sal.lari es periodista, corresponsal del canal iraní HispanTV en Bolivia
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